Martes, 08 de Abril 2025
Declaró en la novena audiencia del juicio por la muerte del Diez en los Tribunales de San Isidro. Apuntó contra el neurocirujano al recordar que dijo que había operado a Maradona y después se enteraron que no fue así.
El testimonio más espero de la novena jornada en el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona (60) fue el de Verónica Ojeda (43), ex pareja y madre de su hijo más chico, Dieguito Fernando (12), quien relató cómo fueron los últimos días del ex campeón del mundo, lloró en medio de su exposición en la que apuntó contra el neurocirujano Leopoldo Luque: “Nos mintió en la cara a toda la familia”.
Antes del comienzo de la segunda parte de la jornada, Ojeda se abrazó con Jana Maradona (29), la única hija que declaró en el juicio por la muerte del astro futbolístico.
Minutos antes de las 16 comenzó su exposición que incluyó llantos al momento de recordar los últimos días junto a Maradona, cuando ya estaba viviendo en la casa del barrio privado San Andrés de Benavídez.
“Necesito hablar y sanar también”, dijo Ojeda, entre lágrimas. Segundos antes les contó a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 3 de San Isidro la última vez que vio a Maradona, el lunes 23 de noviembre de 2020.
“Lo vi hinchado, con la panza hinchada, desfigurado, las manos hinchadas. Me llamó la atención que Coria (Julio, el custodio) lo tenía de la mano”, sostuvo. Aquella visita se realizó luego de la llamada que recibió de parte de Vanesa Morla, hermana del abogado Matías Morla y asistente de Diego, que le dijo que vaya “porque no fue nadie a verlo”.
Vadim Mischanchuk, abogado de la psiquiatra Agustina Cosachov, una de las de las acusadas.
La declaración de Ojeda es la cuarta de un familiar de Maradona. Primero declaró Jana (29), una de las hijas, y tres de las hermanas del Diez. La madre del hijo menor de Maradona es una de las acusadores en este debate oral.
En uno de los fragmentos más intensos de su testimonio, Ojeda hizo referencia a la internación en la Clínica Olivos, donde Maradona se operó de un hematoma subdural, el 3 de noviembre del 2020. Llegó ahí luego de un chequeo general en la clínica Ipensa de La Plata.
Fue en la Clínica Olivos que tuvo contacto más directo con Luque, de quien Maradona le dijo que era “su médico de cabecera”. “Tenía buena relación”, señaló.
Allí participó de la reunión para definir la externación tras la operación, donde Luque recomendó que sea una internación domiciliaria.
Luego, Ojeda relató cómo se enteró de que Luque no fue el médico cirujano que operó a Maradona del hematoma subdural.
Fernando Burlando este martes al llegar a la novena audiencia del juicio.
“A nosotros Luque nos dijo que lo operó él, pero después nos enteramos que fue otro médico. Nos dijo que lo operó y que la operación fue un éxito. Nos mintió y se rio de todos en la cara, a toda la familia. Es una vergüenza”, sostuvo, indignada.
La casa de Benavídez
Ojeda estuvo presente el 11 de noviembre, cuando Maradona salió de la clínica y se dirigió a la casa de San Andrés.
«Estaba bien, tomó su sopa. Le preguntaba cosas de hace un montón de años a ver si me recordaba y estaba bien. Ese día disfrutó de Dieguito. Fue el único día que lo vi bien. Al segundo día (el 18) que no quería salir de la habitación, estaba enojado, no quería ver a nadie. Dieguito iba corriendo a tirarse a su papá, al único que no echó porque era su adoración”, recordó.
Ahi fue el quiebre de Ojeda. Empezó a llorar al recordar los últimos días que vio a su ex pareja y en lo que significó para su pequeño hijo.
“Por la condición que tiene (autismo y trastorno en el habla) le hacía bien estar con su papá. Siempre me costó que tenga una relación con su hijo, siempre luché para que ellos tengan un diálogo. Mi hijo lo ama, lo ve a su papá. De hecho cuando mostró su imagen acá (ya muerto), Dieguito lo vio y me dijo ‘vi la foto de papá’. Hablé con la psicóloga y me dijo que tengo que contarle la verdad y le dije ´si, es papá, le tuvieron que sacar fotos para que el día de mañana se haga justicia´. Él sabe que viene a declarar para el bien de su papá. Que se haga justicia y se sepa la verdad”, dijo, llorando.
Mario Baudry, pareja de Verónica Ojeda y abogado querellante en la causa por la muerte de Maradona.
La última vez que vio con vida a Maradona fue el lunes 23 de noviembre, dos días antes de la muerte. Fue tras un llamado de Vanesa Morla, quien le dijo que vaya a verlo porque estaba solo. Cuando llegó a la casa estaba Coria una enfermera a la que describió como “rubiecita”.
“Lo vi hinchado, con la panza hinchada, desfigurado, las manos hinchadas. Me llamó la atención que Coria lo tenía de la mano”, destacó.
Ojeda llamó a Morla y le dijo que ahi tenían que estar los médicos. “Nadie me dio bolilla”.
“Le dije que tenía que llevarlo a la clínica avril, a otro lugar. Estaba solo. Por mí me lo llevaba al campo donde esté tranquilo, en cualquier lugar menos ahí, en esas condiciones, con un baño al lado de donde dormía, con ese olor a pis y a otras cosas. Es horrible vivir así”, sostuvo.
Cómo se enteró de la muerte del papá de su hijo
El miércoles 25 cerca del mediodía recibió un llamado del periodista Jorge Rial, quien le preguntó hacía cuánto tiempo no hablaba con Maradona.»Llamá o anda para Tigre», le dijo el periodista ante la consulta de qué sabía.
Camino a la casa se comunicó con Vanesa, quien le dijo que “vaya para Tigre que Diego no andaba bien”. En medio del camino, junto a Dieguito Fernando, escuchó la noticia de la muerte de Maradona por la radio.
«Cuando llegué estaban Dalma, Gianinna, Jana, las hermanas, los policías, los fiscales.
Todos empezaron a despedirse, primeros las hermanas, luego Dalma y Gianinna, Jana, Claudia (Villafañe) también. Ahí viene Laura Capra (fiscal) y me dice ‘Verónica no sé si conviene que entre Dieguito porque es muy fuerte verlo así‘”, recordó.
Fue entonces que Ojeda ingresó sola a la habitación donde estaba el cuerpo de Maradona. A un costado estaba Gianinna, contemplandolo.
“Decidí que no entré, entré yo y lo vi todo hinchado, la panza toda hinchada, con la boca llena de burbuja, espuma en la boca. Recé y salí del cuarto. Después me desvanecí, me sostuvo Claudia. Con Claudia decidimos dónde lo íbamos a velar. Llamaron de presidencia para poder llevarlo allá. Los hijos decidieron todo”, rememoró.