Sabado, 31 agosto 2024
- Ocurrió en la ciudad de Comodoro Rivadavia. El hombre le ofreció asistencia, la subió a su auto y la llevó a un descampado.
- El imputado quedó detenido en prisión preventiva por 30 días.
Diego Alejandro Almazán, profesor de kick boxing de 37 años y acusado de abusar de una menor.
En la tarde del 25 de agosto, una menor de edad caminaba descalza y con el rostro cubierto de lágrimas por las calles del barrio Quirno Costa, en Comodoro Rivadavia. Huía de su casa después de que su madre le propinara una golpiza. Fue en ese momento cuando Diego Alejandro Almazán, un profesor de kickboxing de la zona, la vio. Detuvo su auto y le ofreció ayuda: «Te llevo a la comisaría, vas a estar bien«, le dijo.
La promesa de auxilio se transformó rápidamente en una pesadilla. Tras algunas vueltas y excusas para no ir directamente a la policía, Almazán llevó a la menor (de quien no trascendió identidad ni edad) a una zona apartada conocida como «La Caballeriza». Allí, la pesadilla se materializó en forma de abuso. La chica, herida y asustada, logró escapar de su agresor y caminó hasta encontrar ayuda. Fue asistida por la policía y trasladada a un hospital, donde se comprobaron las lesiones sufridas.
La detención de Almazán fue casi inmediata. Gracias a la descripción de la víctima, el agresor fue capturado en el barrio Pietrobelli. El profesor de kickboxing, de 37 años, quedó detenido bajo el cargo de abuso sexual con acceso carnal.
Durante la audiencia, el juez Alejandro Soñis avaló la prisión preventiva por 30 días, mientras se lleva adelante la investigación. «Hay elementos de convicción para tener al imputado como probable autor del hecho», expresó el fiscal Adrián Cabral.
El caso generó un profundo impacto en la comunidad de Comodoro. La escuela de kickboxing Warriors, donde Almazán enseñaba, emitió un comunicado repudiando los hechos.
“Ante los aberrantes hechos de público conocimiento, donde se le atribuye a Diego Alejandro Almazán, quien dictaba clases de kick boxing, ser el autor de actos de violencia y abuso que atentan contra los derechos de una persona menor de edad, desde la escuela Warriors expresamos nuestro absoluto repudio por esta situación, y comunicamos que Almazan ya no forma ni formará parte, de nuestra institución”, escribieron en redes sociales.
La defensa de Almazán, a cargo del abogado Gustavo Oyarzún, no se opuso a la legalidad de la detención ni a la apertura de la investigación, pero sí rechazó la prisión preventiva solicitada por el fiscal, argumentando que su cliente tiene arraigo en la ciudad por lo que no existe riesgo de fuga y que la versión presentada por la Fiscalía no es concluyente. «El solo hecho de que sea grave no puede justificar la medida más severa», señaló Oyarzún.
Mientras tanto, la menor recibe asistencia psicológica para enfrentar el trauma. La fiscalía, representada por Leila Ritta, funcionaria de fiscalía, sostiene que la víctima estaba en una situación de extrema vulnerabilidad y que el abuso fue cometido aprovechando esa circunstancia. El juez Soñis coincidió con la postura de la Fiscalía y destacó el riesgo de fuga del imputado como uno de los factores clave para justificar la prisión preventiva.