• 12 de marzo de 2025 06:16

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Trump había prometido un boom económico a los norteamericanos, pero ahora su discurso está cambiando

Mar 11, 2025

Martes, 11 de Marzo 2025

Las grandes promesas del presidente norteamericano se están chocando de frente con la realidad que implica gobernar

Trump promulga histórico plan económico de 2 billones de dólares para EEUU

WASHINGTON.- Cuando era candidato, Donald Trump prometió “un boom económico como nunca se ha visto”.

Pero a ocho semanas de haber arrancado su segundo mandato, Trump dijo que no descarta que su país entre en recesión, un sorprendente cambio de tono y de contenido en su mensaje, sobre todo para un hombre que volvió a la Casa Blanca montado en la ola generalizada de descontento por la economía y con la promesa de hacer que Estados Unidos “sea asequible otra vez”.

Sus declaraciones se produjeron en medio de un tembladeral en el mercado bursátil —el lunes, las empresas que integran la lista S&P500 cayeron un 2,5%, tras haber caído un 3,1% la semana pasada— y con la dirigencia empresaria espantada por la incertidumbre sobre los aranceles a las importaciones. De hecho, hasta algunos republicanos antes temerosos de sufrir represalias por enojar a Trump, han comenzado a manifestar su preocupación por esos gravámenes.

El presidente Donald Trump, seguido por el padre de la primera dama Melania Trump, Viktor Knavs, a la derecha, desembarcan del Air Force One a su llegada al Aeropuerto Internacional de Palm Beach, Florida (AP Foto/Manuel Balce Ceneta)El presidente Donald Trump, seguido por el padre de la primera dama Melania Trump, Viktor Knavs, a la derecha, desembarcan del Air Force One a su llegada al Aeropuerto Internacional de Palm Beach, Florida 

La coyuntura encierra un desafío crucial para Trump, un showman que lanza promesas absolutas y generalizadas que inevitablemente se chocan con la realidad de tener que gobernar.

Trump heredó una economía sólida según muchos parámetros, con bajo desempleo, un crecimiento moderado y un índice de inflación que, si bien sigue siendo más elevado de lo que quisiera la Reserva Federal, se ha reducido de manera sustancial. Pero la incertidumbre que sus medidas han inoculado en el panorama actual contrastan drásticamente con el cuadro que Trump les pintó a los votantes durante su campaña.

“Con nosotros los ingresos se dispararán”, dijo Trump en octubre durante un acto de campaña. “La riqueza crecerá astronómicamente, con millones y millones de nuevos puestos de trabajo y un boom de la clase media. Va a ser un boom como ningún otro boom que hayamos visto”.

Ese compromiso de generar un boom económico ha entrado en conflicto, al menos por ahora, con la herramienta económica favorita del presidente: los aranceles a las importaciones. Ya había prometido aplicarlos durante la campaña, y como advirtieron entonces los economistas, ahora son la causa primera del sombrío panorama económico que enfrenta el país. Tanto los pronósticos de JPMorgan como los de Goldman Sachs dicen que los aranceles de Trump aumentan las probabilidades de que durante los próximos 12 meses Estados Unidos entre en recesión.

Ahora el presidente parece estar tratando de bajar las expectativas. En una entrevista emitida el domingo por Fox News, Trump puso objeciones cuando Maria Bartiromo le preguntó su esperaba una recesión para este año.

“Odio hacer predicciones sobre esas cosas”, dijo Trump. “Hay un periodo de transición, porque estamos haciendo algo muy grande, que es traer la riqueza de vuelta a Estados Unidos. Eso es algo muy grande. Siempre hay periodos y lleva un poco de tiempo, pero creo que sería algo importantísimo para nosotros”.

En su discurso de la semana pasada ante el plenario del Congreso, Trump reconoció que los aranceles causarían “un poco de turbulencia”, pero agregó que “Eso está OK y no será mucha turbulencia”.

Y por más que los mercados se hundan, los líderes de todo el mundo se subleven y los empresarios salgan a quejarse, Trump ha dejado en claro que no piensa modificar su estrategia arancelaria. La semana pasada les impuso amplios aranceles a los productos que ingresan desde Canadá, México y China, y para el mes que viene promete avanzar más allá. Pero Trump es propenso a cambiar de posición en un abrir y cerrar de ojos, y ya revirtió algunos aranceles, y podría hacerlo con otros.

“Miren, a nuestro país lo han esquilmado durante muchas décadas, muchas, muchas décadas, y no nos van a seguir esquilmando”, dijo Trump en Fox News.

Trump, que en diciembre tocó la campana de apertura de la Bolsa de Nueva York, monitorea de cerca la evolución del mercado bursátil. En su primer mandato, citaba frecuentemente la prosperidad de la Bolsa como una evidencia del éxito de su gobierno. Muchos líderes empresarios lo apoyaron durante la campaña, convencidos de que sus intereses económicos serían prioritarios para Trump, pero ahora algunos CEO y propietarios de pymes se quejan del perjuicio económico que sufrirán por los nuevos aranceles. Este martes probablemente escuche esas mismas quejas directamente de boca de los máximos CEO del país, cuando se reúna con los miembros de la Business Roundtable, integrada por los directivos de las principales compañías norteamericanas.

Este lunes, cuando los mercados sufrieron su peor día desde diciembre, en la Casa Blanca trataron de desviar la atención hacia otros temas.

“Desde la elección del presidente Trump, los dirigentes industriales han respondido favorablemente a su agenda ‘Estados Unidos primero’ en materia de aranceles, desregulaciones y para desatar la energía norteamericana con billones de dólares en compromisos de inversión que crearán miles de nuevos empleos”, dijo en un comunicado el vocero de la Casa Blanca, Kush Desai. “En su primer mandato, Trump hizo un histórico trabajo en materia de crecimiento del empleo, del salario y de las inversiones, y volverá a hacerlo en su segundo mandato”.

El secretario de Comercio estadounidense Howard Lutnick en el Congreso en Washington el 4 de marzo del 2025. (AP foto/Ben Curtis)El secretario de Comercio estadounidense Howard Lutnick en el Congreso en Washington el 4 de marzo del 2025.

En los últimos días, los máximos asesores de Trump han tratado de tranquilizar a los mercados y a los dirigentes empresarios. Howard Lutnick, el locuaz secretario de Comercio, dijo el domingo que no había “ninguna posibilidad” de una recesión. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, no fue tan categórico: el viernes afirmó que habría un “ajuste natural” hasta que la economía atraviese “el período de desintoxicación” por su dependencia del gasto público.

“La presión a fondo que ejercieron el presidente y sus representantes este fin de semana revela que ellos mismos están siendo presionados por las personas a las que sí escuchan: el mercado de valores, los legisladores republicanos y los dirigentes de las empresas”, señala Kate Kalutkiewicz, CEO de la consultora McLarty Associates.

Kalutkiewicz, que durante el primer mandato de Trump trabajó en el Consejo Económico Nacional, apunta que los comentarios del presidente y sus colaboradores sugieren que no tienen planes de cambiar de rumbo frente al creciente coro de alertas y preocupaciones.

Stephen Moore, economista de la Fundación Heritage y exasesor económico de Trump, señala que el problema que enfrenta el presidente es la cuestión de la oportunidad. Para Moore, antes de imponer los aranceles Trump debería haber esperado a que el Congreso aprobara rebajas de los impuestos.

“Primero logremos el boom económico y después hablemos de los aranceles”, dice Moore. “Me parece que se impone un pequeño cambio de prioridades”.

El senador Ron Wyden, el demócrata de mayor rango dentro del Comité de Finanzas del Senado, dijo que la visión que tiene el gobierno de Trump sobre los aranceles es “veneno” para la economía norteamericana.

“El caos que generan a diario es básicamente un lastre en la economía de Estados Unidos, y cuanto más dure la situación, más serán los trabajadores que sean arrastrados bajo el agua”, dijo Wyden en una entrevista. “Estamos tratando de detener ese proceso”.

La pregunta que se cierne sobre Washington es cuánto tiempo puede soportar Trump un mercado bursátil en caída y la consiguiente cobertura mediática negativa.

“Es una buena pregunta, pero no lo sé”, dice Moore. “Estoy seguro de que el presidente está preocupado por las pérdidas que sufrió la Bolsa en los últimos diez días. Todos estamos preocupados”.

 

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