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Trombosis: las claves para prevenir esta enfermedad que causa una de cada cuatro muertes en el mundo

Sep 25, 2024

Miercoles, 25 setiembre 2024

  • Si bien aumentan los casos, también mejoran los métodos de detección y tratamientos.
  • Así lo indicó a periodistas una especialista en Medicina Vascular de Clínica Mayo.

Trombosis: las claves para prevenir esta enfermedad que causa una de cada 4  muertes en el mundo

En el avión, si existe riesgo de trombosis, pueden usarse medias de compresión.

“La gente tiene mucha información respecto de los síntomas de un infarto o de un accidente cerebrovascular (ACV), y saben que tienen que buscar atención rápida. En cambio, hay mucho menos reconocimiento de los síntomas de embolia de pulmón o trombosis venosa”, contrapone con preocupación Ana Casanegra, médica argentina especialista en Medicina Vascular de Clínica Mayo, de visita en el país.

Su señalamiento, a poco de conmemorarse el Día de la Trombosis el próximo 13 de octubre, apunta a uno de los pilares que se necesitan, según su mirada, para mejorar el abordaje de esta enfermedad.

Como dirá en esta entrevista, además de las campañas para que la población general conozca los síntomas; la existencia y el cumplimiento de protocolos en los sanatorios para prevenir trombosis post cirugías u hospitalizaciones, así como contemplar el alto costo de nuevos medicamentos y la problemática vinculada acceso, constituyen las otras cuestiones que es necesario tener en cuenta.

Considerando que en el mundo una de cada cuatro muertes se produce a causa de afecciones relacionadas con coágulos en la sangre, puede comprenderse el énfasis que la profesional pone en los principales pilares de prevención. Sobre todo porque no es lo mismo diagnosticar una trombosis de manera temprana y hasta poder prevenirla, que cuando ya produjo efectos.

“Lo más importante es reconocer que la trombosis venosa y la embolia de pulmón son una enfermedad muy, muy prevalente. Mucha gente la puede sufrir, impacta en muchas vidas y es una causa importante de mortalidad a nivel global; entonces, el estar atento a cuáles son los síntomas, prevenirla en todas la situaciones en que se pueda, y tratarla lo antes posible, tienen que ser los pilares con los que vamos a intentar bajar no sólo su prevalencia, sino el número de personas que mueren por esta condición”, enfatiza.

trombosis

Sin embargo, lejos está de trasladar la responsabilidad a los pacientes: “Hay trombosis que no se pueden prevenir, que suceden, pero muchas trombosis son prevenibles, suceden después de una cirugía, de una inmovilización, o de una hospitalización. Y determinar cuál es el riesgo de una persona para poder prevenirla, es clave.”

Trombosis, trombofilia y estado hipercoagulable

“Hablamos de trombosis cuando se forma un coágulo dentro de venas o de arterias. Generalmente usamos más este término para referirnos a lo que ocurre en las venas y las arterias pulmonares, pero puede haber trombosis en las arterias también, aunque eso tiene otros nombres: una trombosis en una arteria del corazón es un infarto, y una trombosis en una arteria que va al cerebro causa un ACV”, puntualiza.

“Usamos el término trombofilia para un grupo de enfermedades con predisposición a generar trombosis, y en general son genéticas o hereditarias. Por ejemplo, una trombofilia muy común es el factor V Leiden, que es una mutación en uno de los factores de coagulación que se hereda, pasa de generación en generación y esos pacientes tienen un ligero aumento en el riesgo de tener trombosis”.

La profesional explica que también existe lo que se denomina un estado hipercoagulable, definido como cualquier situación en la cual el riesgo de tener un coágulo es más alto.

Trombosis: las claves para prevenir esta enfermedad que causa una de cada  cuatro muertes en el mundo

Luego de una hospitalización, debe chequearse que la pierna no está hinchada o duela.

“Eso no es hereditario, sino que depende de la situación, por ejemplo, el embarazo y el postparto son un estado hipercoagulable, son momentos en que una mujer presenta más riesgo tener una trombosis que cuando no está embarazada o en el postparto. El cáncer también es un estado hipercoagulable”, diferencia.

A medida que somos mayores, los hábitos de vida saludable (mantener un peso saludable, no fumar, estar activo físicamente), pueden ayudar a reducir el riesgo de trombofilia.

“En la trombosis venosa, que puede ser en una pierna, en los brazos o en las venas del abdomen, la complicación más temida es que un coágulo se pueda desprender y causar una embolia pulmonar, que varían mucho en su presentación: puede ser un hallazgo sin síntomas en una tomografía que se hacía por otro motivo, o puede ser un evento grave que puede causar la muerte. Es todo un espectro”, explica Casanegra.

—La prevalencia del sedentarismo es muy importante, y la expectativa de vida creció. Teniendo en cuenta que justamente son dos factores de riesgo para trombosis ¿están percibiendo un incremento?

—Sí, hay un aumento por varios motivos. Uno, como decís la longevidad de la población. Cuanto más gente de más edad tenemos, más trombosis hay, y también más complejidad, gente que llega a una edad avanzada, muchas veces con muchas enfermedades concomitantes.

Pero también tenemos mejores métodos de detección. Las ecografías y tomografías que hacemos ahora son mucho mejores que las que podríamos hacer 15 años atrás. Y ahora, muchas veces detectamos trombos muy pequeños que antes hubieran pasado, o no se hubieran visto por la definición de las imágenes.

—¿Quiénes tienen más factores de riesgo y deberían estar más atentos?

—Es muy importante prestar atención, sobre todo cuando uno ha estado expuesto a un factor de riesgo; por ejemplo, las cirugías, la hospitalizaciones aumentan el riesgo de tener una trombosis. Por eso muchas veces se da un medicamento preventivo durante la hospitalización, o por un tiempo después de la cirugía. Hay que generar más conciencia de que muchos pacientes tienen que recibir esa prevención después de una cirugía para reducir el riesgo de trombosis.

Luego de una hospitalización, los pacientes deben estar atentos, ver si hay síntomas de que la pierna está hinchada o duela, falte de aire, un dolor de pecho como puntada. Esos son síntomas que hacen que uno tenga que ir a que lo examinen, para hacer estudios, detectar si hay una trombosis y empezar el tratamiento lo antes posible.

También es muy importante la historia familiar, si alguien tiene un familiar de primer grado que ha tenido una trombosis siendo joven, eso tiene que llamarle la atención al médico que trata a ese paciente, porque muchas veces las trombofilias pueden no estar diagnosticadas o no se diagnosticaron en su momento.

Ahora tenemos más tests, análisis de sangre para diagnosticar trombofilias, si se compara con lo que teníamos 20 años atrás. Entonces, compartir la historia familiar con el médico tratante son cosas son muy importantes a la hora de establecer un plan de prevención.

—Si uno tiene un estilo de vida activo y saludable, ¿también es recomendable no pasar mucho tiempo sentado y sin moverse?

—Cada persona es diferente y tiene riesgos muy distintos. Uno puede tener un riesgo basal que es más alto que otra persona, porque uno es una combinación de las proteínas, de factores de coagulación, los estilos de vida, son muchas cosas diferentes.

Nos suelen preguntar sobre los viajes, porque es un tema relacionado a trombosis muy publicado, y en general, se considera que los viajes en avión pueden ser un factor que contribuya a trombosis para viajes muy largos, hablamos de viajes de 6 horas o más sin interrupción.

Y siempre recomendamos que se muevan en la medida de lo posible, dentro de las restricciones del avión que son cada vez más chicos. También mantenerse bien hidratado, caminar antes y después del avión. No es necesario que todo el mundo se levante cada hora a caminar por el pasillo, porque eso sería realmente difícil de manejar.

Trombosis: las claves para prevenir esta enfermedad que causa una de cada  cuatro muertes en el mundo

Moverse es importante en todas las etapas de la vida y para prevenir trombosis y muchas otras enfermedades.

Pero sí le recomendamos a la gente que tiene riesgo alto por la edad, por la historia familiar o porque toman anticonceptivos, o porque hay algo más, que usen medias de compresión elástica, que se mantengan bien hidratados y que en lo posible se muevan, se levanten, se estiren. La posición en estar quieto en la cabina hace que no usemos las piernas, que son lo que ayuda a bombear la sangre desde el lado venoso. Y además, el efecto de los cambios de presiones, el nivel de oxígeno en la cabina.

Una vez que se diagnostica ¿cómo se trata?

—El tratamiento principal de las trombosis es administrar un anticoagulante, que lo que hace es detener o enlentecer nuestro sistema de coagulación para que ese coágulo no siga creciendo y no se desprenda y vaya a los pulmones.

Y con el tiempo, nuestro organismo se va a ir encargando de ir resolviendo el cuadro de a poco, pero los anticoagulantes son el primer paso y el más importante para tratar las trombosis. Se toman por un mínimo de tres meses, pero a veces por un período extendido o de por vida, dependiendo de la severidad del caso y de cuáles han sido los factores que causaron esa trombosis

¿Tiene efectos adversos?

—En general son muy bien tolerados. Como estamos poniéndole un freno a nuestro sistema de coagulación, aumentan el riesgo de sangrado. Entonces hay que buscar un balance entre el riesgo de sangrado y el riesgo de trombosis. En general el riesgo de sangrado es bajo, pero es algo que tiene que discutir también con el médico, sobre todo en el momento de decidir si el paciente va a continuar por tiempo prolongado con anticoagulantes.

Para la mayoría de los pacientes el tratamiento es: anticoagulantes por lo menos por tres meses. En algunos casos, cuando la trombosis es muy severa, por ejemplo, una embolia de pulmón que pone en riesgo la vida del paciente, en este caso también se usan otros medicamentos llamados trombolíticos que disuelven los coágulos, o se hace el procedimiento con catéter para aspirar los coágulos, estabilizar al paciente y ayudar a la recuperación.

También eso se hace ocasionalmente cuando son trombosis en las piernas muy extensas, que involucran a toda la pierna, hasta la pelvis. Esos procedimientos tienen más riesgo de sangrado porque es un medicamento diferente, es un trombolítico que disuelve los coágulos que se han formado, con el consecuente riesgo de sangrado. Se usa entonces sólo cuando hay una trombosis que es muy severa, que está poniendo en peligro la vida del paciente.

—¿Suelen tener éxito los tratamientos si se actúa a tiempo?

—Sí, aunque depende de muchas variables, como la situación del paciente, de cuán grande es la trombosis, de cuán a tiempo tiempo empezó el tratamiento, pero la embolia de pulmón o la trombosis venosa, son una causa importante de muerte.

Por eso la importancia de generar reconocimiento y que la gente esté alerta a sospecharlo, buscar tratamiento y tratarlo lo antes posible, esa es la clave y lo que queremos hacer de cara al Día de la Trombosis: generar más reconocimiento en la población.

—Además de avances en lo que tiene que ver con el diagnóstico, ¿se avanzó en cuanto a los tratamientos?

—En los últimos años, ha habido constantes avances en cuanto a imágenes para detección de las trombosis. Y siempre se están buscando otras posibilidades para tratar de detectarlos con el menor riesgo posible.

Hay mucha investigación en mejorar resonancias magnéticas, paro no necesitar usar radiación, pero eso todavía no es el estándar para el diagnóstico, sigue siendo ultrasonido para las piernas y tomografía computada para el pulmón.

Si es posible, moverse en viajes de más de seis horas. Foto Shutterstock.

Si es posible, moverse en viajes de más de seis horas.

Hay avances en anticoagulantes, durante muchos años, el único anticoagulante oral disponible eran los inhibidores de la de la vitamina K, como acenocuramol y la warfarina, y en 2010 aproximadamente se empezaron a probar otros anticoagulantes orales que se llaman anticoagulantes orales directos, cuya ventaja es que no necesitan análisis de sangre para regular las dosis, sino que el paciente toma una dosis fija sin necesidad de tener que ir a la clínica, sacarse sangre, hablar con el médico, ajustar las dosis.

Y hay medicamentos anticoagulantes en líneas de investigación con el objetivo, que a todos nos gustaría, de tener un anticoagulante que detenga los coágulos sin aumentar el riesgo de sangrado. Ha habido algunos estudios en estados preliminares, no han sido tan exitosos como se esperaba, pero eso a veces sucede al inicio, y esperamos que haya modificaciones en la estructura o en la molécula que produzcan otros anticoagulantes con un mejor perfil de seguridad que trate la trombosis, efectivamente, pero con un riesgo de sangrado bajo o cercano a cero.

—Usted nombró trombosis prevenibles y no prevenibles. ¿Cuáles son las más comunes dentro de las trombosis prevenibles?

—Las más comunes son las relacionadas con cirugías y hospitalizaciones. Esas son las que son más fáciles de prevenir. Porque sabemos que un paciente va a tener cirugía o que está hospitalizado, y hay mucha investigación sobre cuándo prevenir, por cuánto tiempo prevenir.

Incluso hay unas guías de prevención argentinas y latinoamericanas. Tenemos que seguir peleando para que se implementen en todos los hospitales, y en todas las circunstancias.

Creo que los pacientes tienen un rol importante en hablar con el médico y reclamar sus derechos, decir “quiero que evalúen cuál es el riesgo de trombosis que yo tengo para recibir prevención si la necesito”, pero también es una política institucional. Las iniciativas más exitosas para reducir trombosis por cirugía o por hospitalización cuentan con programas a nivel institucional.

Por ejemplo, muchos hospitales cuentan con historia clínica electrónica, y cuando uno genera un caso de cirugía o admite un paciente por cirugía, sale una alerta, en la pantalla que dice “hay que evaluar el riesgo de trombosis para este paciente”.

Y hay cuestionarios que ayudan a cuantificar el riesgo. Por ejemplo, en el score de Caprini..

No todo los pacientes que van a tener una cirugía necesitan recibir prevención para trombosis, porque hay que mantener un balance entre el riesgo de sangrado y el riesgo de trombosis. Una persona joven, sana, que no está tomando anticonceptivos, que necesita una cirugía simple o una cirugía ambulatoria, no necesita recibir prevención, porque su riesgo es mínimo, va a estar caminando al día siguiente.

Por Fabian