El envenenamiento por la picadura de un escorpión provoca alrededor del 85 por ciento de los accidentes por animales ponzoñosos en Santa Fe. Por eso, para Salud provincial es un tema relevante y en los últimos años se viene fortaleciendo la capacitación de los médicos, el registro de casos y la difusión a la población de las medidas de prevención, y señales de alerta.
Sábado, 7 de diciembre de 2024
En Santa Fe se registran unos 600 casos por año. El calor y la humedad aumentan la presencia de escorpiones. Cómo prevenir su aparición
Son unos 600 casos por año, un número que se mantiene relativamente constante. Desde octubre y hasta marzo se produce la mayor cantidad de eventos. Enero, febrero y marzo acumulan el grueso de las consultas por picaduras, sobre todo en el centro y norte de la provincia.
Existen muchos tipos de alacranes. El género Tityus es el que se encuentra con frecuencia en nuestro territorio, siendo el Tityus trivittatus el más peligroso, por su ponzoña.
Si bien la mayoría de las consecuencias son leves, hay casos moderados y severos que requieren asistencia médica inmediata, muchas veces internación y la colocación del suero anti alacrán.
Más del 90% de los casos donde hay sintomatología que requiere una consulta profesional corresponde a bebés y niños, que son los más vulnerables porque el grado de afectación está relacionado a la cantidad de veneno del alacrán y el peso de la persona que ha sido picada.
Analía Chumpitaz, directora de Promoción y Prevención de Ministerio de Salud de Santa Fe, habló con La Capital sobre las características de este problema, cómo evitar la aparición del animal en los hogares y cómo actuar ante la picadura, teniendo en cuenta que arrancó la temporada en la que se incrementan los episodios.
«La gente se asusta mucho. Si bien tenemos otros arácnidos, como las arañas, que pueden ser riesgosos para la salud, el más temido es el alacrán», señaló la funcionaria.
Mantenerlos a raya
Chumpitaz puso el acento en la necesidad de tomar medidas para prevenir que los alacranes ingresen al hogar. «Es indispensable colocar mosquiteros que no tengan agujeros o no cubran la totalidad de puertas y ventanas; cubrir las rejillas con mallas o tela mosquitera que impidan que salgan por las cañerías y desagües; tener los patios y otros sectores de la casa ordenados, despejados; no acumular escombros, ni ladrillos, ni leña, y revocar bien las paredes, porque allí el alacrán encuentra su lugar», señaló.
Respecto a las fumigaciones, cuando hay sospecha de que aparecieron alacranes, o cuando ya se los vio en algún sector de la casa o departamento «no está mal hacerlo porque en realidad esa acción eliminará el alimento del alacrán: arañas y cucarachas, disminuyendo su presencia».
Los alacranes, además de comer, necesitan tomar agua (pueden estar días sin alimento pero no sin beber), por eso es común encontrarlos en zonas húmedas como los baños. Allí hay que prestar especial atención.
«Es muy importante pensar qué hacer para que no estén en la vivienda. Erradicarlos definitivamente es difícil, entonces hay que evitar que circulen por la casa», señaló la especialista, y agregó: «La mayoría de los hechos significativos se dan en el centro y norte provincial pero pueden presentarse en cualquier lugar por el cambio ecosistémico, incluso en sitios donde años atrás no había tantos, como casas céntricas y departamentos».
Entre otras recomendaciones es importante sacudir sábanas y ropa de cama antes de acostarse o acostar a un bebé. No colocarse zapatillas sin antes fijarse (no con la mano) si hay un alacrán adentro. No dejar ropa tirada en el piso y también sacudirla antes de colocársela.
El año pasado hubo un caso severo en un nene que se puso una gorra, el alacrán estaba ahí y lo picó. «Esto deben saberlo los adultos y explicárselo muy claramente a los niños».
En Santa Fe, entre 2020 y 2024, se registraron 2.247 eventos producidos por animales ponzoñosos, de los cuales 1.900 (el 85 por ciento del total) fueron por alacranes.
En 2023 se notificaron el doble de picaduras que el año anterior, pero pudo haber influido la pandemia, y que luego de ese período de aislamiento, comenzó a hacerse una vigilancia mayor por parte de los equipos de salud, y más denuncia de casos.
Actuar a tiempo
La picadura del Tityus trivittatus «es realmente muy dolorosa», dijo la médica. «En bebés o niños muy pequeños, que no pueden expresarse aún con claridad, hay que estar atentos si lloran mucho y de repente, si no se calman. No siempre se encuentra al alacrán, tampoco suele dejar marcas, por lo tanto es importante llevarlos a la guardia más cercana ante la mínima sospecha», añadió Chumpitaz.
«Debemos estar sumamente atentos a los síntomas posteriores, que son más sistémicos, ya que el veneno compromete el sistema nervioso. Pueden aparecer taquicardia, dificultad respiratoria, aumento de la salivación, temblores, lagrimeo, además de vómitos y diarrea», indicó la funcionaria de Salud.
Al asistir a un centro médico, los profesionales evaluarán los síntomas y la clínica del paciente y decidirán si lo dejan en observación, si lo internan y si necesitan el suero. «En Santa Fe tenemos suero antialacrán distribuido en distintos efectores. No todos lo tienen porque es un material escaso a nivel país. Pero hay una red que funciona y se lo suministrará a quien lo precise. El Insituto Malbrán es el único lugar del país que lo produce y lo distribuye a todas las provincias», cerró la funcionaria.