Domingo, 01 setiembre 2024
Este santo, que era un monje ermitaño, se destacó por su capacidad milagrosa de curar enfermedades y dar consejo, entre otros dotes divinos
San Gil nació en la época medieval
San Gil se conmemora en todo el mundo cada 1° de septiembre. Este religioso fue venerado a lo largo de los siglos por ser un modelo de compasión. En su historia y sus vivencias resalta la gentileza y la sabiduría en el trato con quien se le acercaba, así como su firme compromiso en exhortar a todos hacia la conversión.
En la tradición germánica antigua, San Gil figura entre los “14 santos auxiliadores”, un grupo de santos que se destacan por su notable “capacidad” para atender las peticiones de sus fieles.
San Gil es conocido por muchos como el “abogado de los pecadores” y se lo considera patrono de los leprosos y protector de pobres, tullidos y de los arqueros, ya que, se cree que una vez fue herido por unos cazadores y sobrevivió. También es muy recordado como un gran intercesor por enfermedades, como el cáncer y la epilepsia, que algunos incluso llaman mal de San Gil.
La historia de San Gil
En esta obra, se representa el encuentro de San Gil con el rey
San Gil nació aproximadamente en el año 640, en el seno de una familia noble. Según la Agencia Católica de Informaciones- ACI Prensa, cuando sintió el llamado divino, decidió convertirse en un monje, repartir su patrimonio entre los pobres, viajar a Provenzal (al sur de Francia) y consagrarse a la ascesis y a la oración, en una vida simple y austera.
La tradición recuerda muchos milagros variados que incluyen desde sanaciones a enfermos con parálisis o fiebres altas, curaciones a personas con mordeduras mortales de serpientes, la conversión de tierras estériles a fértiles e, incluso, la resucitación de muertos. Según se cree, allí su popularidad era tan alta debido a sus milagros que el monje decidió retirarse a un bosque en la desembocadura del río Ródano y comenzar una vida completamente ermitaña.
Según expresa la ACI, recluido en el bosque, un día se encuentra con el rey Childeberto I, quien intentaba cazar una cierva que el santo protegía. Entonces, el político bajó el arma y comenzó una conversación profunda que terminó en una confesión de pecados muy graves. Las palabras de San Gil impactaron de tal manera en el rey que el monarca decidió resarcir su mal brindando ayuda al ermitaño, y mandó a construir un monasterio en el paraje donde San Gil estaba viviendo (en el bosque que, años más tarde, se conocería como Bosque de San Egidio, o Gil). El santo sería el abad del templo que orbitaría bajo la regla benedictina.
El monasterio no tardó en ganar popularidad entre los fieles, ya que muchos buscaban al santo para ser sanados de males, corporales o espirituales. San Gil se dedicó a sus peregrinos durante muchos años, y aprovechaba la soledad para encontrarse con Dios en el silencio y la oración.
Murió a los 84 años de edad en el Pirineo catalán (alrededor del año 720 o 725).
San Gil es el patrono de los leprosos
Qué oración rezar para pedir la ayuda de San Gil
Tal como indica la ACI, esta es la oración para invocar a San Gil y pedirle una gracia:
Dios nuestro, que llamaste a San Gil para que buscara tu reino en este mundo por la práctica de la caridad perfecta, concédenos que, fortalecidos por su intercesión, avancemos por el camino del amor con espíritu gozoso.
Por Jesucristo Nuestro Señor, tu hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.