Miercoles, 12 abril 2023
Tras las quejas de los vecinos del Concejo Municipal y el bar VIP, agentes de Control recorren el área o instalan puntos fijos
La reacción y el reclamo de los vecinos próximos al Monumento a la Bandera, en barrio Martin, a raíz de las actitudes extorsivas y amenazantes de los cuidacoches surtió su efecto. La Secretaría de Control y Convivencia del municipio puso en marcha un punto fijo de control desde una camioneta o bien con rondas en la zona de 1º de Mayo y Rioja con el fin de evitar o desactivar situaciones violentas. “Hace varias semanas que estamos allí y entendemos que la medida tuvo buenos resultados y una valoración positiva. Estamos analizando llevarla a otros puntos que se presenten críticos, en el marco de diversas medidas, como los cuidadores de plazas”, indicó la titular del área municipal, Carolina Labayru.
La temática se abordó este lunes en la reunión de la comisión de Seguridad del Concejo. Y la respuesta oficial llega luego de que varios vecinos de la zona del Monumento y del bar VIP acudieran al Palacio Vasallo para plantearles a los ediles que eran blanco de hostigamiento, amenazas y extorsiones sin contar que hasta les han arrojado basura en los ingresos a los edificios para intimidarlos.
Unos 30 frentistas y comerciantes ya habían firmado una carta que impulsaron quienes viven sobre el pasaje Tarrico y en otros edificios de la zona y denunciaron cobros obligados de hasta 1.500 pesos por dejar el auto en la calle. “Venimos padeciendo desde hace más de un año el incremento de trapitos en la zona durmiendo en los espacios de ingreso y salida, así como en las cocheras”, se indicó. El epicentro de la violencia es justo a metros del Vasallo, en la plaza de la Coronación y en una parte ribereña de barrio Martin.
“Después de algunas reuniones pusimos un punto fijo y también una recorrida por la zona. Ha dado resultados, también lo hemos instalado en otros sectores y en tres plazas de Rosario. Un tema es no dejar mucho tiempo al personal en un sitio porque quizás se pierda el objetivo ya que trapitos hay en toda la ciudad. Estamos conformes no sólo por este método, sino por las recorridas en madrugadas evitando incidentes en fuentes de la plaza o en recovas de edificios. El tema es con la gente que se pone violenta y agresiva. También el municipio le ofrece ir a un refugio y algunos desisten ya que allí hay que convivir y cumplir algunas normas”, se explayó la funcionaria.
Desde Control, los dispositivos se van alternando según la magnitud y la conflictividad. Puntos fijos y permanencia por algunas horas. Luego en las plazas San Martín, López y Pringles se reeditó la figura del guardián de la plaza, entre las 8 y las 21, con dos agentes por turno.
“Estamos pensando en armar todo un esquema para tomar más puntos, es un análisis quirúrgico dónde ir. Esto puede ser un principio de solución, pero no hay que perder de vista que el recurso es escaso. Y que también necesitamos siempre a la policía de nuestro lado porque en situaciones conflictivas un empleado tiene un silbato y un talonario de actas solamente.
Vuelven a hacerlo
En cuanto a las personas denunciadas por vecinos suelen ser reincidentes; algunas cuentan con antecedentes penales. “Lo de los puntos fijos pasa por intentar solucionar un tema que nos piden los vecinos. Y las denuncias se pueden hacer a la línea gratuita 147 o bien al 911”, remató Labayru.
Los trapitos son un tema crónico que da vueltas sobre sí mismo hace décadas en el parlamento local. Actualmente, existen al menos tres expedientes que apuntan a la regulación con diferentes miradas y modalidades, además de la prohibición y se agregó el otorgamiento a entidades de bien público de la tarea a través de “cuidadores sociales”. Esto último es una ampliación de la experiencia que ya funciona en la Rambla Catalunya con la cooperadora del Hospital Alberdi: pechera identificatoria, tarifa regulada y entrega de ticket. Incluso, y ante las amenazas y agresiones, se propuso en la Legislatura santafesina arresto de 30 días para los violentos.
El presidente de la comisión de Seguridad, el concejal justicialista Lisandro Cavatorta, sacó a relucir artículos del actual Código de Convivencia para insistir que con decisión política y voluntad se puede atacar el problema de los violentos y extorsionadores que cuidan vehículos, a los que sencillamente los tildó de “delincuentes”. “Con ésto y el Código Penal se puede intervenir sin la necesidad de ninguna nueva ordenanza”, concluyó.
De esta forma, Cavatorta mencionó párrafos destacados de la normativa. “Quienes en la vía pública, lugar público o de acceso público profieran insultos mediante gritos o realicen señas, gestos o ademanes de provocación con el objeto de incitar, maltratar, acosar, turbar, intimidar, menoscabar psicológicamente o inferir agravios a cualquier persona”, dijo. También recordó que hay multas para quien genere “daños, roturas, remociones, alteraciones, pintadas, escrituras, manchas o cualquier acto de vandalismo sobre bienes, edificios, instalaciones o mobiliario urbano público y privado”, y quienes arrojen residuos en la vía pública podrán ser multados.
“No hay que esperar ninguna ordenanza de cuidacoches. Eso es falta o delito”, resumió para agregar: “Notamos una ausencia del Estado municipal en el control del territorio. No son sólo estos vecinos. Si el Estado interviene, las cosas mejoran, pero la Secretaría de Control tiene pocos recursos económicos”.