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Rosario: Vecinos en alerta porque en Fisherton permitirían abrir nuevos patios de comidas

Martes, 22 noviembre 2022

Es uno de los cambios que el Concejo aprobó el jueves en un trámite exprés. Advierten que la norma «contradice las características del barrio»

La aprobación de las nuevas normativas urbanísticas para los barrios Fisherton, San Eduardo, Hostal del Sol y Aldea sigue dando polémica. A días de que el oficialismo logró imponer su propuesta en el Concejo, los vecinos advirtieron que la ordenanza deja abierta la puerta para habilitar patios de comidas o food trucks, como el que se instaló en Alvarez Condarco y Schweitzer. Por eso, pedirán que se revean los rubros permitidos y prohibidos en las áreas residenciales.

En la sesión del jueves pasado se aprobó la ordenanza que establece los parámetros de nuevos emprendimientos inmobiliarios en el noroeste de la ciudad. Concretamente, fija alturas para edificar e incorpora el factor de impermeabilización y el de ocupación del suelo para el interior de los barrios y las avenidas en Fisherton, San Eduardo, Hostal del Sol y Aldea. Además, establece los usos comerciales que podrán tener estas parcelas.

La norma se aprobó con el voto a favor de los interbloques del Frente Progresista (Arriba Rosario, Socialista, Rosario Progresista y Partido Demócrata Progresista) y de Juntos por el Cambio (UCR/Juntos por el Cambio y Unión Pro/Juntos por el Cambio); Ciudad Futura, Volver a Rosario y Unión Cívica Radical. Cosechó 20 votos a favor y 6 en contra.

Aún así, los vecinos que acompañaron el debate parlamentario cuestionan algunos puntos de la flamante normativa, sobre todo el relacionado a los emprendimientos comerciales que se podrán desarrollar en el barrio. «Con la nueva ordenanza es todo muy gris», aseguró Juan Romano, referente de los vecinos de Aldea y anticipó que esta semana tendrán una reunión con concejales del oficialismo para «crear un nomenclador de comercios que se pueden habilitar y dejar bien especificado cuáles rubros sí están permitidos y cuáles no».

Una de las inquietudes de quienes viven en los cuatro barrios abiertos del noroeste de la ciudad es la posibilidad de que se instalen nuevos food trucks como el que abrió este otoño en Alvarez Condarco y Schweitzer o el que se vislumbra en avenida Real al 9100. Según advierten los vecinos, la instalación de estos paseos de comidas contradice las características residenciales del barrio.

¿Qué dice la ordenanza?

La ordenanza aprobada el jueves plantea una serie de «usos no admitidos» en estos barrios. Por ejemplo, no se podrán radicar industrias y depósitos, salas velatorias, estacionamientos, cocheras, estaciones de servicios y locales con actividad bailable, entre otros.

Tampoco comercios minoristas, excepto «cuando se encuentren ubicados en una misma parcela», señala la norma.

Por otra parte, señala que los sanatorios, hospitales, escuelas, instalaciones deportivas u otros emprendimientos que sumen «gran afluencia de público» deberán presentar un estudio de accesibilidad para lograr su habilitación.

Y, en este punto, los concejales que no votaron la ordenanza plantean sus dudas, ya que entienden podrían permitir la llegada de proyectos que hasta ahora estaban prohibidos con el objetivo de mantener la fisonomía de estos barrios.

Los reparos

Para Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular), la nueva ordenanza permite la apertura de emprendimientos que hasta ahora estaban prohibidos dentro de las áreas residenciales, como hospitales, escuelas o instalaciones deportivas «con un único requisito, que es un informe de accesibilidad, lo cual sabe a poco»

La concejala destacó que «resulta peligroso que algo que estaba prohibido ahora pueda tener permiso sólo con un informe de accesibilidad» y se preguntó que pasaría si un empresario quiere montar un gran complejo gastronómico y de fiestas y lo encuadra entre los lugares con gran afluencia de público.

Por otro lado, planteó sus dudas respecto a la posibilidad de agrupar comercios minoristas en una misma parcela. «Nos genera dudas sobre si esto no da lugar a la posibilidad de habilitar patios de comidas o locales a los que los vecinos se están oponiendo», apuntó.

Los mismos reparos expuso la concejala peronista Silvana Teisa. «Nuestra gran preocupación se centra en los usos con gran afluencia de público, que son los que pueden generar el mayor impacto territorial, principalmente con las áreas residenciales existentes o factibles de establecerse”, planteó y cuestionó que la norma “no sólo permite el establecimiento de estos emprendimientos, sino, además, deja a criterio de la Secretaría de Planeamiento la forma en que podrían radicarse los mismos sin mayores detalles».

La integrante del bloque «Todos hacemos Rosario» consideró que la presentación de un estudio de accesibilidad “puede dar lugar a arbitrariedades y discrecionalidades”.

Por eso, consideró «importante determinar, en la presentación de este estudio, que se garanticen las factibilidades de servicios en los sectores en donde aún no se cuenta con los mismos, o se encuentran, pero de manera deficiente”, tanto como «la autorización ante escribano público de los linderos inmediatos y posibles damnificados”, como requisitos previos a la habilitación de esos rubros.