Miercoles, 27 diciembre 2023
La embarcación fue donada en 2019 a la Municipalidad por empresas privadas para limpiar la desembocadura del arroyo. Jamás se puso en funcionamiento y este miércoles apareció sumergida
Pasaron más de cuatro años, una prueba, ninguna utilización y hasta vandalismo, y un día el Sabalito Barredor, la embarcación que fue donada a la Municipalidad para limpiar la desembocadura del arroyo Ludueña, dijo basta. Este miércoles a la mañana apareció hundido en ese curso de agua. Triste, solitario y final.
En julio de 2019 se presentó en sociedad el “Sabalito Barredor”, una embarcación que iba a encargarse de recolectar la basura que bajaba por el arroyo Ludueña. La idea era que funcione en la zona frente al shopping Portal tras una donación que una serie de empresas hicieron a la Municipalidad. Pero nunca se usó, por obras demoradas y la bajante del río Paraná.
Quienes donaron la embarcación fueron cinco empresas privadas, en 2019: las guarderías Los Marinos y Puerto Ludueña, el shopping Portal, el Sorrento Open Club y el laboratorio Greenlab. La finalidad de la embarcación era juntar la basura que venía siendo arrastrada por el cauce del arroyo para que no llegue al río Paraná y genere contaminación.
El nombre Sabalito Barredor se eligió pensando en una de las especies más características del Paraná, que se alimenta de los sedimentos del fondo del río. Para sumarle un toque de color, la artista rosarina Flor Balestra intervino la embarcación con sus clásicos dibujos coloridos y divertidos.
El Sabalito Barredor, el 4 de julio de 2019, el único día en el que se utilizó
El funcionamiento del Sabalito iba a darse con dos barreras flotantes de contención, que funcionarían como brazos para acercar la basura, para luego pasar por una cinta transportadora perforada en la que se enredaban los objetos y se levantaban.
La cinta llevaría los residuos por la correa hasta una tolva, por la que todo iba a entrar a un contenedor. Con el recipiente lleno, se remolcaría a la orilla para que los residuos se depositen en un camión de basura.
La embarcación tenía todas las cualidades para ayudar al medio ambiente: no solo limpiaría el cauce del arroyo sino que, además, la entonces secretaria de Ambiente y Espacio Público, Marina Borgatello, señalaba que el Sabalito tenía “la posibilidad de funcionar con energía solar” y anunciaba: “La basura recolectada entrará al circuito normal de los residuos de Rosario«.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
En la primera y única prueba que se hizo, la embarcación retiró dos volquetes llenos de residuos del arroyo Ludueña, equivalentes a diez toneladas (uno solo carga 5 mil litros), según informaron entonces desde la Municipalidad.
Las obras que tenía que hacer la Municipalidad eran para alimentar de energía al Sabalito, con un pilar con energía trifásica; un cerramiento y una grúa para sacar la basura que iba recolectando la embarcación. Solo se colocaron unas rejas y el pilar, aunque los vecinos no saben si tiene energía. En el medio, fue vandalizada y le robaron algunas partes.
Más de cuatro años después de su botadura en el arroyo Ludueña, el Sabalito Barredor no soportó la desidia, el maltrato y la desconsideración, y dijo adiós. Se hundió en las aguas que justamente iba a limpiar convirtiéndose paradójicamente en un residuo más del cauce.