Martes, 15 noviembre 2022
El director municipal de Control de Vectores, Carlos Tasinato, dio detalles de las tareas que se llevan adelante para controlar la población de aves
La cantidad de palomas en Rosario ha crecido exponencialmente en los últimos 25 años.
El director municipal de Control de Vectores de la Municipalidad, Carlos Tasinato, dio detalles de la prueba piloto que se está realizando en plazas de Rosario con un antiparasitario para controlar la población de palomas pero destacó que ese tipo de intervenciones «no son suficientes» si la población «no cambia algunos hábitos y prácticas culturales como darles de comer».
Tasinato asistió a la reunión de la comisión de Ecología y Ambiente -se realizó en el anexo «Alfredo Palacios»- y ante los ediles allí explicó los alcances de la prueba piloto que se realiza en la ciudad desde hace dos años para controlar la población de palomas.
Hace unos días, el edil de Volver a Rosario, Miguel Tessandori, propuso para la erradicación de las palomas el uso de productos hormonales, según una experiencia que se lleva a cabo en la ciudad de Córdoba.
Tasinato explicó que el proyecto que lleva adelante la Municipalidad abarca a las plazas Pringles, del Foro, San Martín y Montenegro. «Nosotros estamos utilizando un antiparasitario aprobado por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) que se denomina Nicarbazina, que inhibe la síntesis de calcio y contribuye a la no generación de huevos, a lo que combinamos con un repelente orgánico», señaló ante la comisión.
La plaza Montenegro, uno de los espacios públicos donde se alimenta a las palomas con granos impregnados con anticonceptivos.
Foto: Héctor Rio / La Capital
Si bien indicó que no podía realizarse aún una evaluación de los resultados de ese trabajo -por tratarse de procesos a largo plazo- consideró que «estas intervenciones no alcanzan si no se cambian hábitos y prácticas culturales como darles de comer a las palomas«, explicando que ese tipo de aves «tienen buena prensa» en algunos sectores de la sociedad y aún no fueron declaradas plaga.
«Si bien tenemos denuncias sobre el daño que causan los desechos en edificios y mobiliario urbano, también recibimos las denuncias de otros ciudadanos, quejándose por situaciones de maltrato animal», contó Tasinato.
Tasinato explicó que, a la hora de analizar medidas, en la región se complica aún más debido a la existencia de dos tipos de especies que son la columba y la zenaida, esta última nativa y más numerosa. El funcionario planteó entonces la necesidad de abordar el problema con otras variables. «Si bien miramos y aprendemos sobre las experiencias en otros lados, es importante adaptarlas a nuestros medios», destacó.
Por su parte, el edil de Juntos por el Cambio, Alejandro Roselló, mencionó que «las palomas transmiten enfermedades», además de los daños que generan sus desechos en autos y edificios, y se manifestó a favor de la reducción de su cantidad, a través del control de natalidad y otras alternativas, entre ellas, no alimentarlas. En ese sentido, recordó que «la venta de alimento para palomas está prohibida».