Viernes, 02 junio 2023
La idea es garantizar las frecuencias con unidades antiguas que a veces son incómodas o se rompen. Sigue habiendo quejas por demoras de noche
Debido a las demoras en la llegada de unidades cero kilómetro, el sistema de transporte de Rosario tiene en la calle coches viejos para poder garantizar las frecuencias. Mientras se define un nuevo aumento del boleto que lo llevaría a 120 pesos, la discusión por la calidad del servicio sigue álgida, ya que con la venia del municipio, Rosario Bus está intentando capear la crisis de la flota largando colectivos con 10 o más años de antigüedad, que a veces se rompen y otras son incómodos para los pasajeros.
De los 57 coches nuevos anunciados por el intendente Pablo Javkin llegaron 47, debido a la falta de entrega de las terminales en el marco de una macroeconomía tormentosa y de importaciones que entran a cuentagotas. La última tanda de 10 estaría pronta a llegar. Pero el anuncio viene desde marzo. No es una novedad ni es específico del rubro: la falta de insumos es un mal que afecta a muchas empresas y las carroceras no le escapan a esto.
Sin embargo, tratándose de un servicio público esencial, se deben tomar cartas en el asunto. En 2019, antes de la pandemia, la flota era de 792 coches, de las cuales 711 eran operativos y funcionaban simultáneamente en hora pico, y los otros 81 esperaban en los galpones de repuesto. Hoy hay 697 rodando y 55 de reserva, casi con la misma demanda. El objetivo es volver a estar en los 710, número de funcionamiento normal.
Por eso, cuando empezaron las clases y aumentó el número de pasajeros, el municipio le permitió a Rosario Bus que utilizara coches más viejos para mejorar las frecuencias mientras se espera que lleguen los nuevos. La prioridad es que haya más flota en la calle, mientras las quejas de usuarios por demoras en ciertas zonas y horarios siguen resonando.
Según pudo averiguarse, se trata de unidades modelo 2012 y 2013 que eran de la flota que ya tenía en la ciudad. En algunos casos, se trata de unidades viejas y maltrechas. Aunque la antigüedad no debería ser de por sí un impedimento, ya que los trolebuses brasileños llevan 29 años en servicio, es cierto que los coches viejos se rompen más y dejan huecos en la grilla. Además, un porcentaje de estos no cumplen con los requerimientos del pliego, que exige piso bajo con accesibilidad.
No es la única con problema para adquirir coches. Ante la imposibilidad de comprar, Movi hizo gestiones para sumar unidades por fuera de las cero kilómetro. La idea era alquilar colectivos de Azul S.A.TA, una empresa del mismo grupo de Rosario Bus que presta servicio en otras ciudades, la mayoría del Área Metropolitana de Buenos Aires. Pero el tema viene algo trabado porque tienen poca disponibilidad y aún no llegaron a Rosario.
Seguimiento
“Cada vez se ven más coches en malas condiciones de estructura. En las calles se ven seguido colectivos parados esperando su relevo o su grúa. Los de piso alto no deberían estar circulando, evidentemente se hace la vista gorda para no disminuir aún más la cantidad de flota. Pero la gente sigue reclamando por las demoras en las paradas, así que evidentemente siguen faltando unidades”, dijo Silvana Teisa, edila del PJ e integrante de la mesa de seguimiento del transporte.
La concejala señaló que aguardan que el Ejecutivo cite a una nueva reunión de ese espacio, ya que por ordenanza se debe realizar cada dos meses y la última la tuvieron en marzo. “Así como dicen que estudian el aumento del boleto, también sería bueno que analicen cuáles son las necesidades de los vecinos, porque los reclamos son constantes y siempre los mismos”, disparó y mencionó innumerables expedientes en el Concejo sobre frecuencias y recorridos de distintas líneas.
Esto es cierto. Para las organizaciones de usuarios, el piso alto es lo de menos: les importa prioritariamente que el colectivo pase seguido. Y si bien la situación no se parece a los peores momentos de la emergencia del transporte, porque ha habido algún refuerzo, tampoco está en un momento ideal.
“Son reiterados los reclamos de los usuarios por demoras excesivas, tanto en horario diurno como nocturno. Incluso en muchas oportunidades se observan dos o tres unidades de una misma línea circulando juntas en el lapso de 5 minutos, lo que implica para el paso de la siguiente unidad mínimo 45 minutos de espera”, dijo Claudio Gershanik, de la Multisectorial en Defensa del Transporte.
Para el referente de Tablada, el problema de las frecuencias “se agrava con los servicios nocturnos, ya que no se contemplan áreas fundamentales para el desenvolvimiento de la ciudad y que se ven abandonadas a su suerte, más en la realidad de la inseguridad reinante, como los estudiantes, trabajadores gastronómicos, de la salud o de seguridad privada”.
En tanto, desde otras organizaciones denunciaron que por política empresaria se empiezan a retirar unidades a los galpones muy temprano, después de las 19, lo que restringe la oferta de servicios a la noche y los fines de semana. En la práctica, esto significa que Rosario Bus presenta un cuadro de horario a la Municipalidad, pero luego no lo cumple. Por eso Google Maps y el Cuándo Llega anuncian unidades programadas que en la práctica no están, sin que sufran sanciones. Pero no es la única. También señalan que Movi, que en la gestión anterior era más cumplidora con las frecuencias, ahora niveló para abajo a la par de la privada.