Domingo, 12 febrero 2023
El procedimiento se llevó adelante como consecuencia de una tarea de monitoreo de cámaras. Las autoridades detectaron un festival de infracciones viales.
Narcolemia y alcoholemia positivos y 22 autos y 16 motos trasladados al corralón municipal. Ese fue el saldo de un operativo de control que realizó el municipio, con asistencia de efectivos policiales, durante la madrugada de este domingo en la zona sur de la ciudad. El procedimiento tuvo lugar en las inmediaciones de bulevar Oroño y Lamadrid.
El operativo se realizó como consecuencia de una tarea de monitoreo de cámaras. A través del mismo se detectó que en esa zona se estaban produciendo «picadas» y distintas maniobras temerarios (piruetas).
Las faltas por las que se remitieron los distintos vehículos al corralón fueron alcoholemia y narcolemia positivo, suspensión modificada, falta de documentación, falta de casco, y falta de condiciones de seguridad del vehículo.
«No hay más chances para los irresponsables al volante. No más», expresó la secretaria de Control y Convivencia de la Municipalidad, Carolina Labayru, a través de un posteo en su perfil de la red social Twitter, en el que también comentó cómo empezó y cómo terminó el operativo.
“Los estábamos mirando por las cámaras de videovigilancia, tanto nosotros como la policía”, señaló ante La Capital la secretaria de Control y Convivencia Carolina Labayru. Además, aumentaron la detección de motos con patente fraguada, oculta o poco visible en el marco de infracciones recurrentes que se fiscalizan por la ciudad.
Al menos desde 2017 en adelante ese punto del bulevar, en la zona sur, es escenario de recurrentes picadas y carreras clandestinas. Sobre sus calles se han registrado decenas de detenidos y se incautron vehículos por competir y desarrollar altas velocidades.
El fenómeno del “picódromo” de Oroño viene sumando notas a los archivos de los medios de comunicación, con incautaciones de rodados, detenidos y hasta denuncias de falta de seguridad y miedo a los robos de los propios corredores.
Ahora, la policía los mira desde la central 911 y el municipio desde el Cior con sus videocámaras. Se ve cómo los espectadores se ubican en el cantero central del bulevar, en la estación de servicio de la ochava, y en un minimarket que justamente fue clausurado por expender bebidas alcohólicas en horario prohibido.
Patentes tapadas.
Además, en el marco de las tareas de patrullaje a partir del sistema de videocontrol muchas motos optaron por fraguar, adulterar o tapar total o parcialmente la patente. Así, en el recorrido por las calles, los agentes detectaron varias. Se labra el acta y si se puede hacer legible y recuperar el dominio para que circule como corresponde, solo se confecciona la multa. De lo contrario, se remite el vehículo al corralón.
Y así como entre los infractores, hay trabajadores de delivery, cadetes, motos de baja y alta cilindrada, conductores de escasos y medianos recursos; también se registraron casos de infractores con coches de alta gama.
Las multas arrancan desde los 9 mil pesos y pueden llegar hasta los 67 mil. Y son las infracciones en moto más recurrentes junto a faltas de casco, patentes tapadas, ausencia de patentes, irregularidades en la documentación y malas condiciones para circular del rodado.
El problema en este ardid de “zafar de la multa” se da cuando se sube un escalón más en ponerle una calcomanía a una parte o a la totalidad de la patente. O cuando se le pone el candado, la caja del delivery, la cadena, una cinta o un elástico o un caucho. Cuando hay lesiones a la chapa y se entiende que existe adulteración maliciosa se ingresa en el universo del posible delito penal. Y los agentes evalúan la denuncia correspondiente además de la infracción.
La maniobra surgió para evadir la invasión de carriles exclusivos, el giro indebido, la maniobra de doblar en U, o circular contramano. Ahora, habrá que hacer el descargo al Tribunal de Faltas.