Domingo, 02 julio 2023
Lorenzo Altamirano y Victorio Echavarría fueron usados como «sobres» para perpetrar amenazas. Lo de Wilson Daniel Perdomo Silveira aún no está claro
Entre el complejo entramado de delitos que se le imputó la semana pasada a Pablo Nicolás Camino, un (¿ex?) miembro de la banda de Los Monos enfrentado en un duelo sin cuartel con Damián “Toro” Escobar y Leandro “Pollo” Vinardi, ambos hombres cercanos a Máximo Ariel “Guille” Cantero, se exhibieron muestras de crueldad absoluta que exponen el nivel de violencia que manejan sus secuaces en las calles. Entre los 18 hechos atribuidos a la banda hay balaceras, intimidaciones públicas y cinco asesinatos entre los que se destaca por su crueldad extrema el de Lorenzo “Jimi” Altamirano, ejecutado en la puerta de la cancha de Newell’s Old Boys el 1º de febrero pasado tras ser levantado en la calle al azar.
Pero hubo otros asesinatos en los que puede observarse el completo desprecio por la vida que tiene la banda de Camino y sus principales laderos: Carlos “Hermano” Olguín, preso en el penal de Coronda, y su supuesta pareja Antonela “Gorda Anto” Fernández, detenida en marzo pasado. Tales son los casos de las muertes de Victorio Benjamín Echavarría y Wilson Daniel Perdomo Silveira.
Camino está preso en la cárcel federal de Rawson purgando una condena a 24 años de prisión por dos crímenes, uno de ellos el del barra de Newell’s Rubén “Tuby” Segovia cuando compartían el pabellón en Coronda.
Emboscado por desistir
Victorio Benjamín “Cámara” Echavarría tenía 25 años cuando el 1º de marzo a las 19 se subió a un Renault Sandero gris para ir, junto a otras cinco personas, a concretar una amenaza con cartel intimidante incluido que había sido ordenada desde el pabellón 2 de Coronda por Carlos Olguín. El Sandero llegó hasta Amenábar 6244 escoltado por una moto Rousser negra conducida por Antonela Fernández. Los dos vehículos dieron una vuelta manzana y cuando sus ocupante se sintieron seguros estacionaron. Entonces tres de los hombres que iban en el Sandero bajaron. Echavarría tomó la delantera y en un bolsillo de su pantalón llevaba una nota dirigida a Emanuel Agustín “Tato” Leguizamón, sindicado como organizador y recaudador de una banda de extorsionadores y tira tiros liderada desde prisión por Camino.
Cuando en noviembre pasado Camino rompió las relaciones con Pollo Vinardi y Toro Escobar, el mencionado Leguizamón optó por quedarse con estos últimos. Y esa ofensa le costó el mote de “Sapo”, que en la jerga callejera significa ser soplón, delator o traidor.
Cuando nada le hacía preveer a Echavarría que estaba ante una emboscada se escucharon nueve detonaciones y el cuerpo del mensajero se contorsionó por el dolor. Caminó un par de pasos por acto reflejo y cayó de bruces al piso. Cuando la policía llegó al lugar y revisó el cuerpo encontró la nota que iba a dejar: “Te trajimos un regalito Tato. Para Emanuel Leguizamón. Sapo. Si se sienten zarpado nos zarpamos. Atte. La Mafilia”. Según pudo saberse Tato, detenido desde noviembre de 2021, tiene familiares cerca de la escena del crimen de Echavarría.
En ese marco, en la audiencia en la que se acusó a Olguín, Fernández, Tais Natividad Frettes y su ex novio, Leonel Broin (dueño del Renault Sandero robado y acusado de encubrimiento), se supo que el móvil del crimen de Echavarría fue que el muchacho había anticipado que quería “dejar de matar porque no era lo suyo”. Su idea era salirse del juego de la banda de Camino después de haber sido testigo en la investigación por el homicidio de Carlos “Bocacha” Orellano.
Victorio Benjamín “Cámara” Echaverría, una de las cinco víctimas fatales en la guerra entre facciones de la banda de Los Monos.
El material balístico secuestrado en la escena del crimen de Echavarría coincidió con el secuestrado en un hecho de abuso de armas ocurrido el 27 de febrero alrededor de las 21 en Garay al 3400. Aquella noche dos personas dispararon contra una casa desde un taxi y dejaron un cartel que rezaba: “Por no pagar los alquileres MN (Melisa Negro)”, en referencia a la novia de Camino, quien además está acusada junto a otras tres personas por los femicidios de las hermanas Estefanía Mariel y Marianela Andrea Gorosito, ocurridos el 19 de julio de 2022 en Cabín 9.
La ejecución
El 11 de marzo pasado Antonela Fernández fue detenida en inmediaciones de los monoblocks de Rouillón y bulevar Seguí junto a otras personas en una redada contra tira tiros de la banda de Camino. Le secuestraron un celular marca Samsung SM-A107M del cual, recién el 18 de mayo, los fiscales tuvieron acceso al informe pericial sobre la extracción de datos que realizó personal de la Policía Federal Argentina (PFA) y el Organismo de Investigaciones (OI) provincial. El contenido de lo obtenido de ese aparato fue medular para el desarrollo de la investigación que derivó en las imputaciones a la asociación ilícita liderada por Camino desde prisión.
En un chat del 28 de febrero pasado y cuya copia figura en el expediente, consta que Fernández y Echavarría habrían mantenido una relación sentimental. El día de su cumpleaños 25 el muchacho le contaba que había decidido alejarse porque no servía para matar: “Yo no estoy para matar y menos a inocentes”. Un día después fue asesinado por miembros de su propia banda.
La historia del crimen de Echavarría comenzó unos días antes cuando un Fiat Mobi fue robado a punta de revólver en Colombres y Derqui, jurisdicción de la subcomisaría 22ª. Con ese vehículo el 28 de febrero Antonela Fernández junto a Carlos Gregorio “Cachito” Ruiu fueron hasta Constitución al 3300 y le robaron el Renault Sandero gris a Leo Broin, por entonces novio de Tais Natividad Frettes, otra de las integrantes de la banda.
Broin realizó la denuncia tres días después del robo contando que el hecho había sido a mano armada y de manera violenta. Sin embargo, un testigo de identidad reservada lo delató y contó que el robo fue una “entrega”. En una escucha sobre el celular de su ex novia, la mujer le cuenta a una amiga que antes de separarse le había hecho robar “el celular y el auto” a Broin. Y que luego de la sustracción el hombre le habría dicho que iba a contar todo lo relativo al grupo. Entonces recibió un llamado desde la cárcel de Coronda en el cual Olguín le puso los puntos sobre las íes y lo conminó a que le entregara los papeles del auto.
El dueño de Milton
Para cuando Broin hizo la denuncia del robo del Sandero, con su auto se habían cometido dos homicidios: el de Echavarría y el de Wilson Daniel Perdomo Silveira, dueño del carrito de comidas de pasaje Independencia y Vera Mujica, el pasado 3 de marzo.
Según testigos, al momento de ejecutar a Silveira el Renault Sandero era conducido por una mujer y el ejecutor fue un sicario de pelo largo y recogido que bajó del rodado y disparó una docena de veces contra la víctima que estaba sentada con la puerta abierta en su camioneta Ford Ranger negra. En la audiencia imputativa contra Camino y su gente no se mencionó el móvil de ese crimen.
Tras la ejecución, la pareja asesina circuló unas siete cuadras hasta que dejaron el auto en Ceres y Vera Mujica. Posteriormente intentaron quemar el vehículo pero el fuego no se propagó. El Sandero fue secuestrado el 8 de marzo por personal de la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). Adentro había documentación de Broin y de su madre. El hombre fue imputado como autor de encubrimiento agravado por el delito especialmente grave en grado de consumado (dos hechos).
Pero el Sandero no fue el único de los vehículos utilizado para cometer las atrocidades de la banda. Con el Fiat Mobi robado en jurisdicción de la subcomisaría 22ª realizaron un ataque a balazos contra una casa de Dorrego al 3900 el 11 de marzo. Tras la balacera fueron detenidos Antonela Fernández, Carlos Ruiu, Axel César y el menor Elías J. En este punto se corta la saga de hechos acusados hasta el momento y por los cuales el martes próximo a partir de las 14, en el Centro de Justicia Penal (CJP), el juez de garantías Héctor Núñez Cartelle resolverá las medidas cautelares solicitadas por los fiscales contra Camino, Olguín, Fernández y otras diez personas.