Miércoles, 31 de Enero 2024
El inmueble de Laprida esquina Santa Fe que fue desvalijado dejó de tener movimiento en diciembre pasado y se detuvieron los planes de refacción para que funcione el ente de control de la Hidrovía. Fue construido en 1931 y declarado patrimonio arquitectónico de Rosario
La casona de la esquina de Santa Fe y Laprida, en la que hubo muchas dependencias públicas y donde iba a estar el ente de control de la Hidrovía, está siendo saqueada producto de la desidia política. Tras el cambio de gobierno nacional, el lugar se quedó sin movimiento y en los últimos días un grupo de oportunistas lograron irrumpir en el inmueble y lo empezaron a desvalijar.
Primero forzaron un portón y entraban de noche, y luego empezaron a robar hasta a plena luz del día. Se llevaron hasta los inodoros. En la noche del lunes intervino el municipio, que dejó agentes resguardando el lugar, y este martes por la mañana lo clausuraron hasta tanto se haga cargo Nación.
Se trata de un edificio de época, de gran valor patrimonial, ubicado frente a la plaza 25 de Mayo, en el casco histórico rosarino. Pertenece a Nación, y allí estuvieron organismos como la obra social Pami y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). El gobierno de Alberto Fernández había anunciado que Laprida 702 sería la sede del Ente de Control y Gestión de la Vía Navegable (Ecovina), creado para llevar adelante el proceso licitatorio nacional e internacional para la adjudicación de las obras de la Hidrovía Paraná-Paraguay.
La casa fue construida en 1931 por los arquitectos José Garbino y Leopoldo Scwartzen, los mismos que realizaron las obras de ampliación de la catedral de Rosario, para la familia Rouillón. Fue declarado patrimonio arquitectónico de la ciudad, inventariado con la categoría superior, lo que significa que no se le puede dar ningún otro destino. En la década de 1980 funcionó una delegación del Pami, y después pasó a ser del propiedad del Senasa. En 2015 quedó prácticamente abandonado.
La Cámara de Diputados de la provincia, que tiene un anexo en el inmueble contiguo, denunció desde entonces filtraciones de humedad y que se metían ratas en el edificio. Hubo multas e intimaron al Senasa para que hiciera las mejoras. El diputado provincial del Partido Socialista Joaquín Blanco hizo en 2019 un pedido para que se transfiera a la ciudad y volver a ponerlo en valor. Enviados del ministerio de Cultura, liderado por Tristán Bauer en la gestión Fernández, lo fueron a ver para reconvertirlo en un centro cultural. Es proyecto también quedó en la nada.
Finalmente, el 15 de marzo de 2022 la Agencia de Administración de Bienes del Estado (Aabe) firmó un convenio para ceder el uso al organismo de control de la Hidrovía el inmueble estatal ubicado en Laprida 702, con la intención de que funcionara allí su sede en Rosario. Un decreto presidencial designó como titular al santafesino Abel De Manuele y a los 15 vocales integrantes, siete por las provincias y 8 del Estado nacional, y el ente comenzó a funcionar.
Reconstrucción y desidia
En septiembre de 2023 el organismo firmó un convenio con la provincia para hacer una limpieza interna, y que se pudiera así ingresar nuevamente a un edificio que llevaba 8 años desocupado. Pero el inmueble todavía no estaba en condiciones porque no funcionaban los baños. Transporte alquiló una oficina cercana y las reuniones con mayor cantidad de personas se hacían de prestado en La Fluvial.
Candelaria Del Pino, secretaria de Gestión Federal de Omar Perotti y quien ocupaba la silla por Santa Fe en el ente, recordó que luego el Ministerio de Infraestructura de la provincia abrió una licitación para hacer obras de limpieza y mantenimiento, la impermeabilización de techos y el exterior y poner en funcionamiento la planta baja. Pero a principios de noviembre quedó desierta, porque no hubo oferente que ofreciera el monto que se había puesto. Todos lo duplicaban o triplicaban.
«Cuando estábamos nosotros había movimiento. No teníamos oficina porque faltaban algunas obras, pero en el último tiempo de la gestión, desde agosto a diciembre, íbamos muy seguido y no estaba más abandonado. Hubo gente hasta el último día», puntualizó. Hasta el 10 de diciembre la casona de Laprida 702 estaba en reparación, limpieza y acondicionamiento. Había quedado todo como para empezar a utilizarlo en breve. Y vino el cambio de gobierno que inauguró un proceso de transición que tiñó las cosas en penumbras.
Al asumir Javier Milei, De Emanuele presentó la renuncia, pero todavía no se la aceptaron y el Ecovina aún no fue derogado. La nueva gestión no le renovó el contrato al secretario administrativo del ente, que pagaba Nación. En el medio, el viernes supuestamente se le pidió la dimisión al ministro de Infraestructura de Milei, Guillermo Ferraro, tras una filtración a la prensa. Es la cartera que absorbió Transporte y de la que dependía el ente autárquico que estaba en formación.
Así las cosas, la responsabilidad del inmueble es puramente de Nación. De todos modos, el análisis político indica que Rosario debería defender que la ciudad sea la sede del ente de control de la Hidrovía. Hay indicios que señalan que a la nueva gestión de Milei no le interesa cuidar ese inmueble ni la existencia del Ecovina. Las acefalías en las áreas, la falta de designaciones y, finalmente, el saqueo del edificio en el que debía funcionar, se convierten de este modo en todo un símbolo de la desidia.