Viernes, 03 noviembre 2023
Cada local podría incrementar al menos 16 cubiertos sobre los boxes de estacionamiento. Piden una reglamentación para todos con reglas claras
Rosario hoy cuenta con la ordenanza N° 9.727 de 2017 que habilita la instalación de islas de este tipo en la puerta de bares, pero aún no fue reglamentada.
Los gastronómicos de Rosario lanzaron una campaña para promover la instalación definitiva de islas callejeras que permitan ganar a los bares hasta un 15% de espacio sobre los boxes de estacionamiento. Se trata de un fenómeno que surgió en la pandemia, cuando los sectores al aire libre se hicieron más importantes y parte del paisaje. Sostienen que el público los elige y sus beneficios son múltiples, ya que permiten ampliar al menos 16 cubiertos con mesas sobre la calle.
La iniciativa de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Rosario (Aehgar) se denomina Rosario Zona de Todos, y pretende mostrar los beneficios de compartir los espacios públicos para uso recreativo y culinario, entendiendo que la gastronomía es un área clave para el desarrollo turístico y económico de la ciudad, y la apuesta es potenciarla, permitiendo a los locales aumentar su capacidad de recibir consumidores al aire libre.
En principio, a cualquier bar de 8,66 metros de frente con una isla de dos metros de ancho, que es lo tienen varios hoy instalados, le permiten ganar 16 cubiertos como mínimo, aunque puede estirarse un poco más. Eso significa incrementar por lo menos en un 15% el espacio, ya que el promedio de plazas estimadas en Rosario ronda las 100 por establecimiento. A su vez, esto significa ampliar un 30% la cantidad de mesas y sillas en veredas.
Rosario hoy cuenta con una ordenanza (la N° 9727 de 2017) que habilita la instalación de islas de este tipo. Pese a su falta de reglamentación, permite presentar proyectos y planos en el caso de locales que no están en zona de estacionamiento, no tienen paradas de colectivos ni se ubican en áreas restringidas. La Secretaría de Movilidad es la que baja o sube el pulgar a estos trámites. Los gastronómicos entienden que la reglamentación de la norma, autoría del concejal Martín Rosúa, aportaría mayor claridad al circuito de habilitación de los también denominados «parklets».
El título de la campaña «Rosario Zona de Todos» pretende llamar la atención sobre la idea de que «la ciudad es un destino placentero y hospitalario con los visitantes, un lugar para compartir y desarrollar la convivencia, crear buenos momentos y lazos sociales y comunitarios», sostuvieron desde Aehgar.
Para materializar la campaña y darle difusión, la Asociación produjo una serie de videos que difundirá a través de sus redes sociales (@aehgar.rosario en Instagram, Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines Rosario en Facebook) a fin de exponer los beneficios que trae la instalación de las islas a todos los rosarinos y turistas que visitan la ciudad.
Beneficios
Entre esas ventajas, mencionaron las económicas, ya que ampliar la capacidad de los bares y restaurantes «permite atender a más gente, por lo tanto aumentar la facturación y el componente tributario al Estado que la misma conlleva. Además, beneficia a los proveedores que actualmente trabajan en el armado e instalación de las mismas».
A su vez, genera empleo: «Según datos del Ministerio de Trabajo de Santa Fe, en el último año el sector de los servicios de turismo fue el que encabezó el crecimiento del empleo registrado en la provincia. Dentro de ese dato, la gastronomía ocupa un lugar muy importante, por lo que ampliar la cantidad de mesas a atender redundará en la creación de nuevos puestos de trabajo para cubrir la demanda de los clientes», señalaron.
La seguridad es otro punto importante, porque «la presencia de los bares en el espacio público genera mejor iluminación en los barrios, y mayor circulación de gente durante más horas del día. La presencia y ocupación de los espacios públicos los vuelven más seguros».
En tanto, mejora la convivencia, ya que «la ubicación de las mesas y sillas en boxes genera que haya más espacio para disfrutar de la gastronomía, que los peatones tengan más espacio en las veredas, y que los vehículos circulen a menor velocidad por la calle, separados de los consumidores por barreras físicas».
Por otro lado, es una decisión sustentable, teniendo en cuenta que «colocar una isla callejera implica quitar uno o dos autos estacionados, desalienta su uso y lo reemplaza por familias, grupos de amigos y turistas disfrutando. Muchas de ellas contienen bicicleteros para quienes deseen reemplazar el vehículo por la bici. De ese modo logran un menor impacto ambiental, y un beneficio social y económico».
Por último, indicaron que son buenas para el turismo. «Las islas callejeras han tenido éxito en otras ciudades de Argentina y el mundo. No sólo amplían la posibilidad de recibir más turistas que disfruten de una comida al aire libre, sino que fortalecen al sector gastronómico, clave en este rubro, y dan vida y actividad a los espacios de la ciudad, generando en ellos corredores gastronómicos y volviéndolos más atractivos para los visitantes», cerraron.