Lunes, 29 abril 2024
“He decidido seguir”, dijo el presidente del gobierno tras cinco días de incertidumbre; duras críticas de la oposición
Pedro Sánchez envió un mensaje televisado desde La Moncloa
BARCELONA.- El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se queda. Después de haber dado pie a todo tipo de especulaciones durante los cinco días más extraños de la política española en décadas, Sánchez compareció ante la Moncloa para explicar a la ciudadanía que el periodo de reflexión que abrió de manera inesperada el pasado miércoles ha desembocado en la decisión de continuar en el cargo para liderar “la regeneración de España”, cuya política se ha visto marcada por “las mentiras y la difamación”, y de la que habría sido víctima su esposa.
El miércoles pasado, el líder del PSOE situó los ataques a su familia, y en especial a su esposa, Begoña Gómez, como una línea roja. Ese mismo día, se supo que un juzgado de Madrid había abierto una investigación sobre un posible caso de tráfico de influencias a favor de Gómez, una sospecha que habían alimentado algunas informaciones de la prensa, pero que Sánchez considera “una difamación” y una muestra más de una política española marcada por “el ejercicio del odio, de la insidia y de la falsedad”.
Sin embargo, Sánchez, difícilmente habrá conseguido poner ese “punto y aparte” en la deriva de polarización en la política española que asegura querer promover. La oposición vio reivindicada su interpretación inicial del movimiento de Sánchez: un cínico acto de tacticismo para reforzarse. En una conferencia de prensa, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó a Sánchez de ser “un presidente que no está a la altura de sus ciudadanos”, y explicó sus acciones de los últimos días como “pura estrategia judicial, política, o ambas”.
Y es que en el horizonte próximo se perfilan dos contiendas decisivas, las elecciones catalanas del 12 de mayo, y las europeas del 9 de junio. Habida cuenta de que Sánchez depende del apoyo de los dos principales partidos independentistas en Cataluña, un cambio de escenario en la Generalitat podría quebrar su coalición en el Congreso. Así las cosas, en lugar de contribuir a sosegar la política española, la actuación de Sánchez, probablemente, logrará todo lo contrario.
Con gesto serio, y tan solo minutos después de visitar al rey Felipe VI para comunicarle su decisión, Sánchez hizo un discurso breve, de menos de diez minutos en el que apeló a los valores tradicionales de la sociedad española, con la familia en el centro, para explicar su comportamiento. Además, expresó su agradecimiento a su “querido partido”, por el apoyo recibido, y justificó su decisión final en “la movilización social” acaecida durante los últimos días para pedirle su continuidad.
Antes de anunciar solemnemente su decisión final, seguir “con más fuerza si cabe”, Sánchez lamentó que en España se haya confundido la “libertad de expresión” con la “libertad de difamación”, y que su familia lleve siendo víctima de este fenómeno desde hace diez años. “La campaña no parará, pero no es lo más relevante. Podemos con ella”, dijo en la primera frase que ya dio una señal clara de qué camino iba a emprender.
El discurso
“El pasado miércoles escribí una carta dirigida a toda la ciudadanía. En ella les planteaba si merecía la pena soportar el acoso que desde hace diez años sufre mi familia a cambio de presidir el Gobierno de España. Hoy, tras estos días de reflexión, tengo la respuesta clara”, dijo Sánchez al comienzo de su discurso.
“Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará. Llevamos 10 años sufriéndola. Queremos agradecer de corazón las muestras de solidaridad y de empatía que hemos recibido de todos los ámbitos sociales. Gracias a esa movilización social, que ha influido decisivamente mi reflexión y que vuelvo a agradecer, quiero compartir con todos ustedes lo que finalmente he decidido”, continuó.
“He decidido seguir, seguir con más fuerza si cabe, al frente de la presidencia del Gobierno de España. Esta decisión no supone un punto y seguido, es un punto y aparte. Por eso asumo ante ustedes mi compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad, por la regeneración pendiente de nuestra democracia y por el avance y la consolidación de derechos y de libertades”, anunció el presidente socialista.
ARCHIVO – El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se ve junto a su esposa, Begoña Gómez, durante un acto de cierre de campaña en Madrid, España, el viernes 21 de julio de 2023.
“Solo hay una manera de revertir esta situación: que la mayoría social, como ha hecho estos cinco días, se movilice, en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo”, concluyó.
Críticas opositoras
Como mostró en su rueda de prensa Feijóo, la interpretación del momento político en España que hace la oposición se sitúa en las antípodas de la de Sánchez. El líder del PP utilizó durísimos adjetivos como “ridículo” o “esperpento” para describir las acciones de Sánchez. Por su parte, el máximo dirigente de VOX, Santiago Abascal, se ha expresado en términos parecidos: “Durante estos cinco días hemos asistido a un teatro burdo, indignante y victimista”.
“Su discurso es el más peligroso de todos los que ha entonado. No acepta la discrepancia. Quiere un país a su servicio y partir en dos a la sociedad española”, espetó Feijóo, que describió a Sánchez como una amenaza para la democracia española por considerar una “anomalía democrática” las críticas de los medios y las investigaciones judiciales. El dirigente conservador considera que España “necesita un cambio de gobierno” y apostó por la celebración de elecciones para salir de la crisis actual.
Alberto Núñez Feijoo
En la sede del PSOE, se pudo oír un grito de alivio, más que un simple suspiro, al conocerse la continuidad de Sánchez. Como ya sucedió durante el fin de semana, hoy el PSOE entero se ha volcado en el respaldo a un líder que ha gestionado el partido de forma personalista. Sus socios más cercanos, en Sumar, también le expresaron un apoyo sin fisuras. La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, urgió a Sánchez a llenar de “contenido, iniciativa y políticas públicas nuevas” la nueva era que dice querer inaugurar.
En cambio, entre los otros socios del PSOE en el Congreso, los partidos catalanes, vascos y gallegos, ha habido una reacción ambivalente, no exenta de cierta crítica. “Para hacer esta declaración no era necesario lo que ha pasado en estos cinco días”, reflexionó el vocero del Partido Nacionalista Vasco, Aitor Esteban. Desde Esquerra Republicana de Cataluña, su portavoz, Gabriel Rufián, advirtió que será un “mal ejemplo” si Sánchez se queda “sin hacer nada porque habrá sido un acto de frivolidad”.
Una vez más, Sánchez volvió a sorprender a propios y extraños, pero esta vez por lo previsible de su anuncio. Toda la puesta en escena de los últimos cinco días, en los que se encerró con su familia en la Moncloa, y ni tan siquiera se comunicó con sus más estrechos colaboradores, auguraban alguna decisión de calado. Quizás una cuestión de confianza o elecciones anticipadas, si decidía finalmente quedarse. Quizás, alguna revelación inesperada, si optaba por dimitir. Al final, nada de eso sucedió. A la creación de un contexto excepcional, le siguió una declaración de lo más convencional. Pedro Sánchez sigue, sin más. La polarización que denuncia, también.