Trump dice que servirá para potenciar a la industria y producción norteamericana, pero el mundo promete reaccionar y uno de los países, de los que más aranceles altos tendrá que pagar, puede ser el gran beneficiado de manera indirecta: China.
Jueves, 3 de abril de 2025
El presidente estadounidense presentó unas enormes tablas con los «aranceles recíprocos» para 100 países. La medida que busca compensar el intercambio comercial de ese país, en realidad, puede disparar una crisis que beneficie a otro.

«En mi opinión, es uno de los más importantes días de la historia de los Estados Unidos». Como no podía ser de otra manera, Donald Trump anunció así las medidas arancelarias que se aplican a 100 países en todo el mundo desde el mismo momento de la presentación.
La Casa Blanca usó un cálculo elemental para definir los valores para esta nueva guerra arancelaria. Y Con China – que le cobra tasas altas a las exportaciones de los EE.UU. – decidió que deberá pagar un arancel del 34%.
Sin embargo, la «revolución global» que ya asoma en el comercio puede darle un papel preponderante al gigante asiático: es el «destino alternativo natural» a donde el resto del mundo vaya a buscar colocar la producción que dejará de enviar a los Estados Unidos.
Aranceles recíprocos: ¿desarrollo nacional o un tiro en el pie?
A Trump no le daban las manos en el acto del miércoles por la tarde. Mostraba sus «tablas» (como Moisés) con los ajustes tarifarios para cada país. Y también, quería mostrar la clásica gorra con la sigla «MAGA» (hacer grande otra vez a Estados Unidos). Para el presidente, las «tablas» llevarán a la «gorrita». Cobrando aranceles más altos a los países con superávit comercial con los Estados Unidos, habrá una mejora para las condiciones de la producción estadounidense. Pero eso habrá que verlo y llevará tiempo, tal vez más del que tiene Trump.
Lo primero que ya está sucediendo es un cimbronazo en los mercados financieros del mundo, anuncios de represalias y hasta salir a buscar otros mercados. Y es allí en donde aparecen las señales de alerta sobre lo que acaba de hacer el «presidente del pelo naranja».
El departamento de Comercio, (como un ministerio en la Argentina) elaboró una tabla en base a un cálculo muy simple para los «aranceles recíprocos”.
- Exportaciones – importaciones
- Déficit o superávit en la balanza comercial bilateral
- Divide el déficit comercial entre las importaciones. Eso da un porcentaje, del 39% en el caso de la Unión Europea, o del 67% en el de China,
- Luego lo «divide a la mitad» y se redondea para el valor del arancel norteamericano.
- En algunos casos, se replica la tasa que se le cobran a los productos norteamericanos
La tabla de Trump y el cálculo para colocar sus «aranceles recíprocos».
Por ejemplo, con China. Las exportaciones de Estados Unidos deben pagar aranceles del 67%. Al dividir por dos y redondear, llega al 34%, el arancel que se le aplica desde ahora a ese país.
En el caso de la Argentina, hay un «empate» del 10% entre las importaciones y las exportaciones. ( no hay división en esos casos).
Pero el tema de China sirve para que se disparen dos preguntas clave en todo el mundo: ¿Cómo le irá a EE.UU. en una nueva guerra comercial?¿Habrá un «beneficiado» como efecto «colateral» de la tablita de Trump?
China anuncia represalias… y se frota las manos
Xi jinping siempre que habla dice que no le conviene a nadie una «guerra» entre Estados Unidos y China. Que apuesta por una competencia con reglas claras para el crecimiento de la economía mundial. Entonces, aunque en un primer plano, China aparezca entre los países con mayor tasa a aplicar a sus exportaciones (34%). Pero de fondo, puede ser totalmente diferente el panorama para el gigante asiático.
Beijing ya habló de tomar represalias tras los anuncios desde Washington. Al mismo tiempo, se abre una oportunidad para la segunda economía mundial, tal vez única. Si la Unión Europea (20% en nuevos aranceles), Japón(24%), Corea del Sur (25%) India (26%), Tailandia (36%) o Taiwán (32%) decidieran represalias, el precio interno de los productos en los Estados Unidos, subiría.

La prensa refleja en caricaturas la arriesgada jugada de Trump, que como efecto colateral, puede terminar con un beneficio global para China. (Foto: Gentileza GobalTimes)
Trump cree que así, empresas del mundo se radicarán en su país para evitar esos aranceles y así, aumentará la producción y las fuentes de trabajo en Estados Unidos. Asumiendo que puede ser posible, hay un elemento que parece no tuvo en cuenta: ¿Cuánto tiempo requiere a una empresa levantar sus centros de producción en sus países o filiales y establecerlos todos ellos en Estados Unidos? ¿Qué pasaría, mientras tanto, con la existencia de mercaderías, la circulación y finalmente, el precio? Antes de ver los potenciales beneficios, la inflación y la recesión, están en el horizonte cercano. Y hay algo peor para el plan de «MAGA».
China puede ofrecer mejores condiciones para el comercio ahora que los Estados Unidos. La medida de Trump coincide con el propósito de Xi Jinping de potenciar la expansión económica china en los mercados mundiales. Su punto más débil desde que llegó al gobierno en Beijing.
¿A dónde podrían ir los productos europeos, coreanos, japoneses y de la India, por solo poner un ejemplo, si entrar en el mercado norteamericano es mucho más caro desde ahora? Ni que decir con los microprocesadores de última generación que Taiwán tiene casi el monopolio de la producción mundial. Son vitales para la economía del futuro y asociados al desarrollo de la Inteligencia Artificial. Estados Unidos y China compiten por ellos. Los aranceles de Trump, como efecto colateral pueden borrar por los chips, la tirantez entre Beijing y Taiwán.
Es apenas el primer día tras la «liberación» anunciada por Donald Trump. Cuando lo hizo, tablas en mano, dijo: “Dentro de unos momentos, firmaré la histórica orden ejecutiva que instituye aranceles recíprocos a países de todo el mundo. Recíprocos. Eso significa que lo que ellos nos hacen a nosotros, nosotros se lo hacemos a ellos. Más sencillo imposible”.
Puede ser, pero lo que la mitología griega nos enseñó hace miles de años, es que cuando se abre la «caja de pandora», no se sabe qué puede pasar. Esta vez, vino en forma de Tablas con aranceles.