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“Mula”: el pandillero salvadoreño que se convirtió en leyenda en Tijuana por sus nexos con el Cártel de Sinaloa

Abr 4, 2023

Martes, 04 abril 2023

El nombre de Flores Pacheco aún resuena con fuerza en las calles de la “ciudad del pecado”

Nelson Alexander Flores Pacheco fue un prominente miembro de las MS13 en EEUU (U.S. attorney’s office)

El nombre de Nelson Alexander Flores Pacheco, mejor conocido en el mundo criminal “Mula”, aún resuena con fuerza en las calles de la “ciudad del pecado”.

Nacido el 26 de junio de 1971 en el departamento de Santa Ana, al occidente de El Salvador, la infancia de la “Mula” fue todo menos apacible y tranquila.

La Guerra Civil de El Salvador fue un conflicto que lo marcó profundamente. Dos de sus hermanas fueron asesinadas en un ataque terrorista contra un autobús, y su madre fue baleada en un fuego cruzado.

A los 16 años decidió huir de la guerra, emigrando por primera vez al país de la barras y las estrellas y asentándose con uno de sus hermanos en el estado de Nevada.

De carácter violento, fue cuestión de tiempo para que terminara involucrándose con las pandillas de centroamericanos en los Estados Unidos, concretamente con los miembros de la Mara Salvatrucha (MS13) asentados en Los Ángeles, California.

Un pandillero de la Mara Salvatrucha (MS-13)nen el centro penal de Izalco (EFE)
Un pandillero de la Mara Salvatrucha (MS-13)nen el centro penal de Izalco (EFE)

Después, ya con cierta experiencia en las calles, fundó su propia pandilla o clicla: los Columbus Criminal Locos, que su vez le serviría de puente con grupos pandilleriles más pesados con sede en El Salvador, Honduras y Guatemala.

Pandillero funcional, pues al mismo tiempo que trabajaba en su “clica” tenía varios empleos legales que consiguió gracias a falsos documentos de identidad. Uno de los empleadores lo calificó como un trabajador “educado, respetuoso y puntual”.

Sin embargo, su doble vida se vino abajo por un accidente menor de tráfico. La policía descubrió su veradera identidad y lo sentenciaron a 71 meses de prisión en Englewood, Colorado, para después trasladarlo a la prisión de Big Sandy en Kentucky.

Lejos de propiciar su reinserción, Big Sandy supuso para su carrera criminal un gran salto, pues ahí conoció a José Landa Rodríguez, alias “Fox”, un respetado mafioso de California que se imponía como miembro de la Mexican Mafia (eMe).

También conocidos como “carnales” o “Señores”, se trata de un pequeño grupo de jefes pandilleros, nacidos en el sistema pentienciario de California, despiadados y buenos en los negocios, que ejercen un gran poder e influencia sobre el resto de pandilleros y latinos que purgan condenan en cárceles federales de los Estados Unidos.

Operación en EEUU contra la "Mexican Mafia" (REUTERS/Mike Blake)Operación en EEUU contra la «Mexican Mafia» (REUTERS/Mike Blake)

“Mula” empezó a ganar notoriedad y respeto entre las filas de la MS13 por sus fuertes conexiones con la Mexican Mafia. Su nexo con los mexicanos fue tal, que al momento de su cumplir su condena ya tenía todo un plan trazado con sus nuevos jefes y socios: establecerse en Tijuana y encargarse del tráfico de drogas para la EmE.

Debido a su fuerte vínculo con “Fox” en Big Sandy, Flores fue recibido por el longevo carnal de la eMe, Robert Ruiz, alias “Peanut Butter”, en Tijuana, y a través de él logró ampliar su agenda de conexiones criminales con un nuevo socio muy poderoso: los Caballeros Templarios, originarios del estado de Michoacán.

Un hombre que conoció muy de cerca a Flores le explicó a Insgiht Crime, organización especializada en narcotráfico, que Flores no solo se empleaba para los Caballeros Templarios, sino para cualquier cártel que quisiera darle mejor precio. Según el allegado de Flores, este también trabó negociaciones con un pequeño grupo de San Luis Río Colorado en Sonora y con el Cártel de Sinaloa.

Con el tiempo su fortuna empezó a crecer, al mismo tiempo que lo hacían su poder e influencia, pero su estrecha relación con la Mexican Mafia terminó por generar desconfianza y envidia en otros líderes de la MS13.

El 20 de mayo de 2020 fue detenido en Tijuana y un año después fue sentenciado a 5 años de cárcel. Según su ficha carcelaria, quedaría en libertad el 30 de septiembre de 2024.

Sin embargo, en julio de 2021, a tan solo unos días de su sentencia en Ohio, la corte del Distrito Sur de California le abrió un nuevo caso y lo acusó de distribuir metanfetamina e importarla ilegalmente a Estados Unidos. Aún faltan los resultados de este nuevo juicio.

Por Fabian