Domingo, 30 de marzo de 2025
Con Santiago Caputo como figura, concentran la estrategia política del Gobierno y cajas importantes; empresarios y gobernadores golpean a sus puertas; el rol sobre las empresas privatizables

Santiago Caputo
Uno se aboca a la gestión política; otro, a la estrategia electoral de La Libertad Avanza; el tercero concentra el grueso de la publicidad oficial; el cuarto asesora a políticos que no integran el oficialismo; y el último tiene un pie en Europa y el otro, en la gestión del área de Salud. Juntos dieron forma a “Move Group”; juntos conforman ahora la consultora del poder.
El rostro más conocido es, hoy, el de Santiago Caputo (39). El tercer vértice del “triángulo de hierro”, junto al presidente Javier Milei y la hermanísima Karina, secretaria general de la Presidencia. Mero “asesor” en los papeles; en los hechos traza la estrategia política del Gobierno y sobrevuela algunos de los ejes más sensibles de la gestión. A él responden los titulares de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), la unidad antilavado (UIF) y la Agencia de Recaudación y Contralor Aduanero (ARCA, ex AFIP). Es decir, las tres áreas que más información reservada manejan de todo el Estado nacional. También coordina las huestes libertarias en las redes sociales y diversos funcionarios como el número dos del Ministerio de Justicia, Sebastián Amerio. O Belén Stettler, figura decisiva de la comunicación oficial.

Por fuera del Gobierno, pero alineado a la Casa Rosada, se mueve Tomás Vidal (44), que en los registros todavía aparece como socio gerente de la consultora Move, cuyo nombre formal es Green Consult SRL. Algunos le adjudican una silla en la “mesa política” del Gobierno, pero no es así. Sí es cierto que trabaja para La Libertad Avanza y que su función es coordinar la estrategia electoral del oficialismo para que los candidatos de Milei se muevan con un mensaje unificado en las 24 elecciones distritales de los próximos meses. No sólo eso: arma equipos de campaña, ordena y procesa encuestas, ayuda a seleccionar postulantes y los “coachea”.

El tercer integrante sí ocupa un cargo formal. Guillermo Garat (47) integra el comité ejecutivo de Yacimiento Petrolíferos Fiscales (YPF) como vicepresidente de Relaciones Institucionales, Comunicación y Marketing desde diciembre de 2023. En otras palabras, maneja la mayor caja de publicidad y “pauta” vinculada al Gobierno, que ascendió a $97.110 millones durante 2024, según surge de los números oficiales de la petrolera. Una fortuna de la que él procura despegarse: aduce que delegó la distribución de fondos y que, por tanto, se quitó de encima los ruegos, aprietes y alcahuetes que siempre merodean las grandes billeteras.
Son otros tiempos para Garat. Durante la presidencia de Mauricio Macri, aportó lo suyo a la entonces gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. Y durante la campaña presidencial de 2023, vivenció una situación singular: él asesoró al primer candidato presidencial del kirchnerismo, Eduardo “Wado” de Pedro, mientras que Caputo dialogaba con Milei y, también desde “Move”, Diego Carlos “Derek” Hampton (42) recorría el país con la entonces candidata del PRO, Patricia Bullrich.
No son pocos los entonces aliados que ahora le pasan facturas a Bullrich. Uno de los más recientes fue el diputado nacional por la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, que en enero le enrostró su salto de las filas amarillas a las libertarias. “No quiero faltar al resguardo de las conversaciones que tuvimos, pero no puedo dejar de recordar lo que decías vos, tu equipo de campaña y Derek Hampton sobre Javier Milei”, la chicaneó.
Al igual que Vidal, Hampton se mantuvo lejos del sector público. Aportó ideas a Bullrich durante sus primeros meses en el Ministerio de Seguridad nacional, pero optó por permanecer en el sector privado y atiende a quienes requieren los servicios de la consultora del poder. Hay empresarios y hay gobernadores. El más conocido es Rolando Figueroa, quien logró derrotar al Movimiento Popular Neuquino (MPN), una proeza que parecía imposible.

Hampton se mueve con comodidad en la Patagonia. También aportó lo suyo a la derrota del kirchnerismo en Santa Cruz, y en Río Negro colabora con el gobernador Alberto Weretilneck, aunque mantiene la ciudad de Buenos Aires como base de operaciones. ¿Y en el exterior? El encargado de subirse a los aviones que sean necesarios es el socio más reciente de la consultora, el santafesino Federico Falco. Suele volar a México y República Dominicana, entre otros países del hemisferio.
Experiencia en campañas
Caputo, Vidal, Garat y Hampton acumulan ya muchas campañas sobre sus espaldas. Hicieron sus primeros palotes en la comunicación política y la gestión electoral bajo la égida de Jaime Durán Barba, del que algunos llegaron a ser socios en la Argentina. Tiempos en los que el ecuatoriano pugnó por convertir a Macri en “Mauricio” para suavizar su imagen, y no pocos los apodaban a ellos “los jaimitos”, mote que detestan.
Algunas figuras kirchneristas los mantienen, desde entonces, entre ceja y ceja. Daniel Filmus todavía mastica bronca contra Durán Barba y Garat por la campaña sucia que padeció desde un call center durante la campaña de 2011. Aquello desembocó en una causa penal y una serie de allanamientos que ordenó la jueza María Servini y que padeció Garat, hasta que el expediente pasó a la Justicia porteña, donde se diluyó.
Tras el escándalo Filmus, la relación entre los socios de “Move” y Durán Barba no volvió a ser la misma, pero la bronca mayor se concentró en Marcos Peña. Una bronca que, bravuconada aparte, acaso explique el cuchillo con que, en una oficina de la Casa Rosada, Caputo ensartó en el libro de quien fue jefe de Gabinete nacional entre 2015 y 2019. Uno de los socios de la consultora lo resumió con claridad ante el periodista: “Peña se portó como el culo”.

Durán Barba y Garat no fueron, sin embargo, los únicos que quedaron bajo la lupa judicial y de la prensa por la campaña sucia contra Filmus. También abarcó al último y gran referente de “Move”, Rodrigo “Rolo” Lugones (50), al que todos dentro y fuera de la consulta consideran “el distinto” o “el genio”, el que aporta una mirada superadora, mucho más allá de la coyuntura.
Su recorrido es largo. Trabajó en la campaña presidencial de Fernando de la Rúa, en 1999, y en 2004 formó parte del equipo de campaña del entonces senador demócrata, John Kerry, en Estados Unidos. Luego retornó a la Argentina y asesoró a Diego Santilli, comenzó a ganar espacio dentro del Pro hasta que, tras la “tormenta Filmus”, cruzó el Atlántico.
Hoy, Lugones pasa parte de su tiempo en Madrid, donde radicó a su familia. Pero viaja a la Argentina todos los meses. Entre otros motivos, porque su padre Mario (77) es el ministro de Salud, además de manejar el Sanatorio Güemes y ser el único socio al que Enrique “Coti” Nosiglia reconoce como tal en los papeles. Juntos aparecen en Consultora Nueva Buenos Aires SA, aunque en otra firma aparece Mario Lugones con Francisco, hijo del “Coti”.
Socio de su padre Mario en RL SA y de Garat en Opinión Confidencial SA (2008), múltiples empresarios, lobistas y funcionarios –por ejemplo del PAMI y del Banco Nación- miran a Madrid. Y no son pocos los que le adjudican a Rodrigo Lugones la última palabra sobre las empresas estatales que el equipo del titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, Diego Chaher, debe privatizar, transferir o cerrar.
El jueves, los socios de “Move”, Lugones incluido, se encontraron en Buenos Aires.