Sabado, 21 diciembre 2024
Contra todo pronóstico, sucedió lo increíble. Por la brutal interna, el oficialismo bonaerense no aprobó el presupuesto y las reelecciones casi quedaron arrumbadas a la espera de un «milagro».
El cronograma electoral ya empezó a correr para la trilogía que compone el dispositivo oficial de la Provincia de Buenos Aires. Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner, ya discuten abiertamente sobre el futuro del único territorio donde los tres disponen de un poder relativo por cuanto una mínima dispersión pondría en riesgo su último bastión.
La mesa de «unidad» en la que se reunieron Máximo, Massa, CFK y Axel Kicillof.
Hay que remontarse a los inicios de este siglo para que se de un desacople tan importante entre un gobernador peronista con sus representantes legislativos. La última vez que sucedió algo parecido fue cuando Felipe Solá se alió con Néstor Kirchner para desprenderse de su exjefe político, Eduardo Duhalde.
Además de las diferencias personales entre los dos gobernadores, las coincidencias sobresalen en que ambos tenían el poder delegado y peleaban por romper con lo que los trajo hasta ese lugar. Pero la diferencia sustancial parece estar en el brazo ejecutor de uno y otro. Mientras que Felipe tenía a Florencio Randazzo, Axel Kicillof lo tiene a Carli Bianco.
Lo sucedido cuando fracasó el tratamiento del presupuesto provincial puede servir de anticipo de lo que se vivirá el resto del año. Unos pujando por una cosa y los otros, por otra. Si bien en dos oportunidades, una en su primer año de gestión y la otra el año pasado, Axel Kicillof no pudo aprobar su presupuesto, nunca pasó que la negociación por el tema esté vinculado directamente con otros de estricto carácter electoral como la reelección de los intendentes, el desdoblamiento electoral y la modificación del sistema de votación para los candidatos provinciales.
Los alcaldes no saben cómo hacer para que se repongan las reelecciones indefinidas. Sergio Massa y Máximo Kirchner están predispuestos a habilitarlas siempre y cuando ellos los acompañen en su presión hacia el gobernador para que éste no desdoble las elecciones provinciales y, además, les permitan a los jefes del Frente Renovador y el Partido Justicialista obtener una única lista de diputados y de senadores provinciales, eliminando el actual que vota por región o sección electoral.
A su vez, si los alcaldes aceptaban este cambio sustancial, donde quedan relegados a la hora de decidir los candidatos a legisladores bonaerenses, Sergio Massa y Máximo Kirchner también pelean para conseguirles más plata provenientes del Fondo de Inversión Municipal a través de sus legisladores, que son mayoría. Axel Kicillof les ofrecía US$150 millones de dólares. Los diputados peronistas, kirchneristas y renovadores habían aprobado, en comisión, US$400 millones. Ese fue el motivo principalísimo que finalmente no se tratara nada.
Esos millones de dólares provienen del endeudamiento de US$1.500 millones de dólares que también estaba sujeto a revisión porque nunca llegaban a conseguir los 2/3 de los diputados y senadores; eso no sale por simple mayoría. La dispersión de todos los bloques opositores también contribuyó para trabar todas las negociaciones. Aquí también se observa una lógica similar a la que vive el oficialismo. Si los libertarios A son beneficiados, se rebelan los liberartarios B. Lo mismo pasa con el PRO y los radicales, aunque estos tienen como ventaja tener más poder presión a través de los intendentes propios.
Kicillof flanqueado por Maggario y Bianco, sus operadores.
Para peor, «con el fallo de la Corte contra Gildo Insfrán, que puso un límite en las reelecciones indefinidas, ahora todos quedamos en la lupa», se confesó un jefe comunal que ya no tiene de donde sacar recursos legales para ir por su propia re re.
«Verónica Maggario lo salvó a Axel cerrando el Senado. Es que si no lo hacía y los diputados conseguían las manos para aprobar lo que querían, iba a ser todo un desastre», reveló un experimentado empleado vinculado con la Presidenta del cuerpo. «Estaban pidiendo votar al presidente del Ceamse con aprobación legislativa o cosas por el estilo», relató.
Otro conocedor de cómo se manejan las tensiones en el oficialismo, fue más categórico, pero en contra de Axel Kiciillof. «Acá el gobernador ganó un round, pero no sé si llega al final de la pelea».
La próxima semana, cuando ya la gente haya guardado las valijas en el baúl de sus vehículos o haya emprendido su viaje de fin de años, será la última oportunidad del año para que todo se encarrile. Hasta ahora no parece que haya tiempo ni espacio para encastrar tantas necesidades diferentes. Pero en política, y fundamentalmente en el peronismo, todo es posible.