Martes, 08 de Abril 2025
La administración de Javier Milei pasa por su peor performance en la gestión desde que asumió. Caída en la imagen, pérdida de la conversación y Cristina Fernández de Kirchner de nuevo en el ring.
Javier Milei no encuentra el rumbo para volver a controlar la agenda pública. El mes de marzo se destacó por una caída en la imagen negativa de la administración libertaria, como marca un informe de la consultora Ad Hoc.
Marzo fue el mes de mayor nivel de negatividad del Gobierno en menciones.
Javier Milei entró en una pendiente que, hasta el momento, no cesa. Marzo fue el segundo mes consecutivo con balance negativo para la gestión libertaria en el ecosistema digital. Según el informe, el 53% de las menciones al presidente tuvieron tono negativo, lo que constituyó un nuevo récord. Desde inicios de la gestión que no se observaba esta tendencia ya que, comparando con valores del año pasado, el volumen de negatividad en 2024 había alcanzado un máximo mensual de 47%.
La narrativa oficialista se vio opacada durante todo marzo por encuadres negativos que dominaron la conversación en las redes sociales. Según Ad Hoc, desde la apertura de sesiones legislativas hasta las marchas por los jubilados, pasando por la crisis en Bahía Blanca y el escándalo de $LIBRA, el Gobierno no logró articular respuestas para frenar la caída en la imagen negativa.
Momentos de mayor conversación digital desde Davos hasta fines de marzo.
La movilización de jubilados del 12 de marzo marcó un punto de inflexión, que incluyó críticas ante la represión llevada adelante en el fuerte operativo policial desplegado en aquella jornada. No obstante, exponen desde Ad Hoc, el clima adverso ya estaba instalado desde antes: la publicación del New York Times que involucró a Karina Milei y las sospechas sobre la gestión de fondos impactaron en los primeros días del mes. La hermana del presidente se convirtió en una figura que cosechó un amplio rechazo, con un 79% de negatividad sostenida en redes sociales.
Por otro lado, y en el marco de una dura disputa con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, las inundaciones en Bahía Blanca no carecieron de impacto para Javier Milei. La reacción- tardía según el relevamiento de Ad Hoc-, del Ejecutivo contrastó con la presencia activa del mandatario bonaerense, quien capitalizó digitalmente la crisis. Más de la mitad de las menciones que vinculaban al presidente con el desastre fueron negativas. Así, de las menciones a ambos dirigentes, un 54% de los sentimientos negativos expresados en las redes sobrevolaron al presidente libertario, mientras que, por el lado de Kicillof, la negatividad llegó a un 47%.
Comparación Milei y Kicillof respecto al trabajo realizado por Bahía Blanca.
El resultado que arroja el estudio de Ad Hoc es tajante: el Gobierno nacional perdió el control de la agenda digital. A diferencia de febrero, cuando logró imponer su narrativa en torno a la inseguridad, marzo mostró una incapacidad para imponer la agenda. Las menciones crecieron solo en momentos de crisis y siempre con saldo negativo. La combinación de inacción, represión y falta de comunicación efectiva consolidó un mes negativo para Javier Milei. Mientras que en enero y febrero los porcentajes de negatividad hacia Milei alcanzaron el 43%, en marzo trepó al 53%. Por su lado, la positividad alcanzó el 8%, su valor más bajo en lo que va del mandato.
El Gobierno perdió el control del juego digital, según Ad Hoc.
En la vereda de enfrente, Cristina Fernández de Kirchner volvió a emerger como una figura central en la conversación digital. Su crítica al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y su posicionamiento en redes volvieron a darle centralidad a la expresidenta en la discusión pública. En contraste, la figura presidencial quedó asociada a términos como “dictadura”, “estafador” y “deuda”, que dominaron los intercambios entre los usuarios.
CFK nuevamente en el centro de la escena.
Según Ad Hoc, 40 millones de argentinos están conectados a redes sociales y pasan un promedio de diez horas diarias buceando en internet; mientras que unas cuatro en redes sociales. En esta línea, marzo cerró con un duro golpe a la imagen del Gobierno que no supo revertir. Es decir, el oficialismo está perdiendo en el terreno donde más cómodo se sentía.