El procedimiento comenzó a las 7.25 y finalizó antes de las 8.30 y, según Kalil. “El procedimiento fue un éxito, se acabó. Ahora irá a la misma cama que estaba en la UCI”, dijo Kalil a los periodistas.
El procedimiento realizado consiste en una punción en la ingle, a través de la cual se introduce un catéter hasta el sitio donde se produce la embolización, la cual puede realizarse bajo sedación o anestesia general.
La estancia hospitalaria del presidente no debería cambiar, según el equipo médico. La expectativa es que salga de la UCI dentro de dos días y regrese a Brasilia la próxima semana.
Junto a Ana Helena Germoglio, médica de la presidencia, Kalil afirmó la tarde del miércoles que la intervención ya estaba prevista como seguimiento de la cirugía. Los dos expertos afirmaron que la situación del presidente no ha sufrido mayores cambios y que durante el procedimiento se retirará un drenaje que se encuentra en la cabeza de Lula.
“La evolución del presidente fue estupenda, se desarrolló bien, sentándose, hablando, comiendo y comiendo. Este tipo de embolización ya se estaba discutiendo como complemento al procedimiento quirúrgico”, afirmó el médico en rueda de prensa. “Cuando se drena el hematoma [como ocurrió en el procedimiento del lunes] existe una pequeña posibilidad de que, en el futuro, las arterias meníngeas provoquen un pequeño sangrado. No es imposible que suceda”, agregó.
Kalil reforzó que este procedimiento se realizará como una forma de minimizar la posibilidad de que vuelva a ocurrir sangrado.
“Es parte de los protocolos actuales y es un procedimiento de bajo riesgo que se discutió mucho con el equipo médico hoy [miércoles]”, dijo Kalil.
Según la columnista Vera Magalhães, de O Globo, la decisión de realizar el trámite, ya discutida por el equipo del presidente, fue tomada efectivamente el miércoles por la tarde. La explicación dada por los médicos de Lula al presidente y su familia fue que la medida reduce la posibilidad de nuevas hemorragias en los próximos dos meses del 10% a algo así como entre el 2% y el 3%.
El equipo médico abogó por hacer pública la información sobre la intervención recién esta mañana, pero Lula y la primera dama, Rosangela da Silva, conocida como Janja, prefirieron adelantar la noticia. El procedimiento fue informado por el equipo médico en el boletín publicado por el Hospital Sirio-Libanés a las 16.30 del miércoles. El texto también destacó que el presidente “pasó el día bien, sin complicaciones, realizó fisioterapia, caminó y recibió visitas de familiares”.
“Ya estaba planeado desde el procedimiento quirúrgico. No hablamos antes porque estamos esperando una muy buena evolución del presidente”, dijo el cardiólogo. “Se podría haber hecho hoy, o el viernes, pero decidimos hacerlo mañana [por hoy] precisamente para quitar el drenaje”, agregó.
Según la columnista Malu Gaspar, de O Globo, Lula se sorprendió al saber que la información sobre el procedimiento no había sido incluida en el boletín médico difundido al mediodía, según fuentes que están en contacto con los médicos y la pareja presidencial. El petista evaluó que una filtración de la noticia sería inevitable y muy mala desde el punto de vista comunicacional, ya que los médicos garantizan que es un procedimiento sencillo y que ya se sabía que podría ser necesario. “Si alguien se entera mañana, pensarán que me estoy muriendo”, dijo Lula, según los informes.
En sus perfiles en las redes sociales, Janja escribió el miércoles que Lula vivió “otro día pacífico de recuperación” y que, pronto, “volverá renovado para seguir trabajando”. “Está comiendo bien y ha recibido visitas de familiares. Siempre rodeada de cariño, cariño y sonrisas”, afirmó la primera dama.
Lula fue trasladado de urgencia de Brasilia a San Pablo el lunes por la noche para someterse a una cirugía de emergencia en la que se le hizo un agujero en el cráneo para acceder al cerebro y drenar una hemorragia. El miembro del PT tuvo una hemorragia entre las capas media y externa del cerebro en el lado izquierdo de la cabeza. Según los médicos, este tipo de sangrado tardío es común en casos de contusión cerebral. En octubre, el presidente se golpeó la cabeza al caer en el baño del Palacio de la Alvorada.
Antes de la internación, Lula reportó dolor de cabeza y los asistentes que trabajaron con él durante todo el lunes dijeron haber notado un cambio en su comportamiento. El agente parecía indispuesto, abatido y, contrariamente a lo que solía hacer, dijo poco.
Al final de la tarde, Lula interrumpió una reunión con los presidentes de la Cámara, Arthur Lira (PP-AL), y del Senado, Rodrigo Pacheco (PSD-MG), y entró en el Hospital Sirio-Libanés, en Brasilia, donde Se le realizó una resonancia magnética, en la que se identificó el sangrado. Entonces, el equipo médico decidió trasladar a Lula a la unidad hospitalaria de San Pablo.