Sabado, 31 agosto 2024
El entonces rey del estado más próspero de la Tierra, con epicentro en Bagdad, mandó a sus representantes con una serie de obsequios para el hombre más poderoso de Europa occidental marcados por la opulencia, la riqueza cultural y el avance científico de su imperio
Carlomagno, quien fue rey de los francos y emperador cristiano de Occidente, ayudó en gran medida a definir el carácter de la Europa medieval
En el año 797, el hombre más poderoso de toda Europa occidental hizo algo un poco inusual. Carlomagno envió unos emisarios a la resplandeciente corte del califa Harun al-Rashid, la cabeza suprema del imperio islámico. Lo que quería exactamente con eso fue debatido extensivamente. “Tenemos una fuente que vivió en su época que nos da una razón y esa fuente era su biógrafo”, dice el historiador Samuel Ottewill-Soulsby.
Einhard, quien escribió Vita Karoli Magni (“Vida de Carlomagno”), no solo fue un académico, sino que sirvió en la corte del rey de los francos y estableció una amistad con él. Así, Einhard contó que Carlomagno mandó a sus representantes porque quería pedirle algo al rey del que en ese entonces era el estado más próspero de la Tierra y cuyo epicentro estaba en Bagdad. Quería nada más y nada menos que un elefante. Y lo consiguió. Pero Harun le mandó más.
Sus regalos dan cuenta no solo de su opulencia, sino de la riqueza cultural y del avance científico de su imperio, que en la cúspide de su resplandor careció de competidor alguno.
Esta es la historia de dos hombres poderosos, un elefante, un reloj y, si has leído “Las mil y una noches”, seguramente de mucho más.
El enemigo de mi enemigo
La petición de Carlomagno fue “bastante audaz”, indica Ottewill-Soulsby, autor del libro The Emperor and the Elephant: Christians and Muslims in the Age of Charlemagne (“El emperador y el elefante: cristianos y musulmanes en la era de Carlomagno”). “Carlomagno y Harun no habían estado en contacto antes”, le señala a BBC Mundo.
Hay teorías que tratan de explicar por qué el emperador cristiano de Occidente quería un elefante y por qué el califa Harun se lo mandó. Una de ellas tiene que ver con una especie de alianza entre ambos líderes.
«Harun al-Rashid en su tienda con los Reyes Magos de Oriente». Óleo sobre lienzo de Gaspare Landi, 1813, Museo de Capodimonte, Italia
El profesor Emilio González Ferrín, islamólogo de la Universidad de Sevilla, explica que Harun había bloqueado comercialmente a Bizancio, que era su gran enemigo.
“Harun decide que va a ser el poder establecido en la zona, un poder que nunca llegó más allá de Egipto. Él lo que quiere es cerrar un espacio, pues no es un conquistador al estilo de lo que pudieron ser los mongoles o los turcos posteriormente”.
“A través de recopilaciones muy mitológicas, llegará después la imagen de Harun al-Rashid asociada a la imagen de César, el paradigma del señor de Estado”, agrega González Ferrín.
Así quedó reflejado en “Las mil y una noches”, donde aparece como un monarca todopoderoso y justo.