Miércoles, 02 de Abril 2025
Ubicadas en Córdoba y Santiago del Estero, las escuelas Dignamente proponen que mientras los niños reciben educación, sus padres participan en masterclasses para fortalecer la relación familiar.
La serie de Netflix «Adolescencia» invita a reflexionar sobre el papel de los padres en la crianza de sus hijos, exponiendo emociones como la culpa, el desconcierto y el miedo.
La trama de la serie abre el debate sobre el modelo educativo y la relación entre la escuela y la familia, planteando si ambas instituciones deberían trabajar en conjunto para prevenir problemas en la infancia y adolescencia.
En Argentina, esta idea ya es una realidad gracias a las Escuelas Dignamente. Ubicadas en Santiago del Estero y Córdoba, estas instituciones proponen un enfoque innovador: mientras los niños de hasta tres años reciben educación inicial, sus padres participan en masterclasses diseñadas para fortalecer la relación familiar. A lo largo del año, abordan temáticas fundamentales como la comunicación, la educación emocional, los límites, la tecnología y hasta la economía del hogar.
Leila, una madre que formó parte del programa durante 2024, compartió su experiencia: “Descubrí que pequeños cambios, como leer un libro antes de dormir en lugar de usar el celular, transforman el vínculo con mi hijo. Aprendí a disfrutar más de nuestra relación”.
Las escuelas bajo el modelo Dignamente fueron creadas en Santiago del Estero y Córdoba.
Los encuentros no buscan imponer recetas, sino fomentar el aprendizaje colectivo. “No somos expertos que dan consejos, sino facilitadores que co-creamos conocimientos con las familias”, explicó Beto, uno de los encargados de las capacitaciones.
Sol, quien a su vez es directora institucional, destacó: “Independientemente de las experiencias que se vivan dentro de los hogares, la Escuela es un espacio de experiencias positivas diarias que permiten desarrollar la resiliencia que es tan
importante para la vida de los niños y niñas. Y si a eso le sumamos que a lo largo del año sus padres aprenden habilidades para la crianza, el desarrollo en esta edad tan temprana se ve impactado muy positivamente, siendo un modelo 100% preventivo de lo que viene después”
El impacto del modelo Dignamente va más allá del aula. Al completar el programa, los padres reciben una certificación como Promotores Familiares, avalada por municipios y universidades locales. Este reconocimiento no solo refuerza su rol en la crianza, sino que también puede ser una herramienta útil en el ámbito laboral.
El proyecto, financiado por aportes de socios comprometidos con la educación, demuestra que es posible generar cambios profundos en la sociedad a partir de iniciativas concretas.
¿Podría replicarse en otras regiones? Desde esta comunidad educativa analizan que «si más comunidades adoptaran este enfoque preventivo, el impacto en la infancia y la adolescencia sería incalculable».