Lunes, 27 mayo 2024
Al tiempo que el mundo queda deslumbrado por la los talentos, las presiones por cumplir expectativas sobrehumanas superan lo tolerable.
Park Boram falleció a sus 30 años
En los últimos años, el k-pop, o pop coreano, se ha convertido en un fenómeno global, conquistando audiencias con sus melodías pegadizas, coreografías impresionantes y producciones visuales de alta calidad. Originado en Corea del Sur, este género musical incluye un vasto número de bandas y solistas, ídolos admirados por su talento, carisma y estética impecable.
El k-pop no solo se limita a la música, sino que abarca una cultura completa que incluye series de televisión, películas, moda y una intensa interacción con los fanáticos a través de redes sociales. Este fenómeno ha logrado penetrar mercados tan diversos como Estados Unidos, Europa y América Latina, aunque en Argentina todavía está en proceso de hacerse un nombre significativo.
Detrás del brillo y el glamour de la industria del k-pop, existe una realidad oscura y preocupante: las altas tasas de suicidios entre las estrellas del k-pop.
Estos ídolos enfrentan una competencia feroz y a un sistema de entrenamiento riguroso desde una edad temprana. Antes de debutar, pasan años en programas de adiestramiento que pueden ser física y mentalmente agotadores. La presión para mantener una imagen perfecta y sobresalir en canto, baile y actuación puede generar sentimientos de insuficiencia y baja autoestima.
Los fans del k-pop son extremadamente devotos y sus expectativas pueden ser abrumadoras. Los ídolos deben satisfacer continuamente las demandas de sus seguidores en términos de apariencia, comportamiento e interacciones, lo que añade un estrés significativo. Además, las relaciones parasociales (vínculos emocionales unilaterales que los fans desarrollan con los ídolos) pueden tener efectos tanto positivos como negativos en la salud mental de los artistas.
Corea del Sur tiene una de las tasas de suicidio más altas entre los países desarrollados. La sociedad surcoreana pone un fuerte énfasis en el éxito, el logro y la conformidad, y aquellos que no cumplen con estas expectativas pueden enfrentar una presión social intensa. La estigmatización de la salud mental impide que muchos ídolos busquen ayuda, exacerbando sus problemas.