Miércoles, 9 de abril de 2025
La Unesco compartió la historia de Apio Sharon Ibedo, una profesora que pone el foco en la educación de las jóvenes de su país para que logren su independencia económica

Uganda es uno de los países africanos que sigue enfrentando grandes desafíos con respecto al acceso educativo en sus diferentes niveles, como así también las disparidades de género que se presentan a nivel cultural y social.
Apio Sharon Ibedo es una docente que trabaja para empoderar a las estudiantes en su aprendizaje y lograr un impacto positivo en términos de igualdad de género e independencia económica una vez que egresan de la universidad.
Ibedo forma parte del equipo docente del Bukalasa Agricultural College que está situado a 50 kilómetros de Kampala, la capital de Uganda, y es una de las instituciones que fue beneficiada con el proyecto “Mejor Educación para el Desarrollo de África”; financiado por la República de Corea y gestionado a través de la UNESCO durante los años 2017-2022.
Este proyecto —que fue impactado por la pandemia de la COVID-19— se focalizó en lograr que jóvenes de Etiopía, Kenia, Madagascar, la República Unida de Tanzania y Uganda tengan una mejor oportunidad para acceder a empleo formal y/o desarrollar sus propios emprendimientos económicos.
Habilidades para la vida

Cuando se piensa en la educación no solo se trata de contenidos curriculares, sino también en la posibilidad de enfrentar la vida con más y mejores herramientas. Apio Sharon Ibedo fue una de las docentes que se comprometió con el proyecto gestionado por la Unesco y sacó un gran provecho de la financiación del gobierno coreano.
Ibedeo asegura que la propuesta le permitió hacer un cambio en su forma de entender su rol en el aula y “adoptar una ética de enseñanza holística” que permitió hacer una diferencia entre sus estudiantes.
En diálogo con la Unesco, la docente planteó: “Además del contenido académico en mis clases, también empecé a tener en cuenta el bienestar socioemocional de mis alumnas y el papel que desempeñaba como docente comenzó a incluir la tutoría y la creación de un entorno de aprendizaje enriquecedor. Establecí contactos con empresas locales para inspirar a mis alumnas, facilitar la búsqueda de pasantías y garantizar que nuestra formación siguiera siendo pertinente en un mercado laboral en constante cambio.”
Voces que son escuchadas

“En mi trabajo diario, me he visto confrontada a desafíos importantes, como casos en los que se presionaba a las estudiantes para que ofrecieran favores inapropiados a cambio de buenas calificaciones. Estas preocupantes circunstancias hicieron necesaria mi intervención inmediata para proteger el bienestar de las estudiantes y la integridad del proceso educativo”, aseguró la docente que cumplió un rol clave en lograr la permanencia de sus estudiantes.
Y agregó: “Gracias a la formación en materia de género y la prevención de la explotación y los abusos sexuales, pude capacitar a estas estudiantes para resistirse y denunciar estos casos, fomentando la integridad y la equidad en nuestra universidad. A pesar de los obstáculos, me centré en inspirar a las estudiantes para que se apoyaran en sus propios esfuerzos para alcanzar el éxito”.
“Esta labor de promoción me permitió ascender para ofrecer mejor asesoramiento y orientación a mis estudiantes. Mis esfuerzos también permitieron la creación de un puesto de representante sobre cuestiones de género en el seno del consejo académico para combatir eficazmente las discriminaciones relativas al género.”, planteó con orgullo.
Enseñar es liderar

Estar ante un grupo de estudiantes que no siempre se encuentra en igualdad de condiciones socioeconómicas o de género, es un desafío que muchos docentes enfrentan cada día en su trabajo.
Ibedo, que trabaja en una institución que depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Uganda (MAAIF) y que fue fundada en 1929 bajo un régimen colonial como centro de cultivo de algodón, es consciente de las batallas que todavía debe dar.
“En el futuro, aspiro a asumir un papel de liderazgo que promueva la igualdad de género en ámbitos tradicionalmente dominados por estudiantes masculinos, como la mecanización y la innovación agrícolas”, reflexionó.
Y aseguró: “Mi objetivo es estimular y empoderar a las jóvenes para que sigan estos cursos con confianza, velando porque reciban el apoyo necesario para destacarse en los ámbitos que elijan”.