Sábado, 10 de Febrero 2024
Miles de transeúntes que visitan el primer cuadro de la urbe no lo notan pero este es el importante motivo de su estadía
Todos los días miles de personas acuden al primer cuadro de la Ciudad de México con el fin de pasar un momento agradable, realizar diversas compras o incluso, llegan hasta este punto por temas de trabajo o escuela; sin embargo, la celeridad con la que los trayectos se llevan a cabo evitan que nos percatemos de detalles que engrandecen la arquitectura de la ciudad, justo como le pasa a la cabeza de un león que adorna una de las principales vialidades de la urbe.
A diferencia de las estatuas que se localizan tanto en la capital como en todo el país que son colocadas con el objetivo de honrar a alguien, la presencia de esta cabeza de león es más un recordatorio de uno de los momentos más complicados que atravesó la ciudad y el cual tiene que ver con un fenómeno meteorológico.
Fue el 21 de septiembre del 1629 cuando una intensa tormenta azotó a la capital (que entonces era llamada la Nueva España) pero esta tuvo una duración de 36 horas, causando intensas inundaciones cuyos niveles alcanzaron la misma altura que hoy tiene esta olvidada pero importante figura, es decir, más de dos metros.
Cabe destacar que la lluvia causó no solo la inundación del primer cuadro de la capital, sino que además afectó a las dos mil familias que residían en esta zona dejando con vida a solo 400 personas.
Esta escultura ha estado por siglos en el primer cuadro de la urbe por este importante motivo Crédito: X @argentoenmexico
Así era la ciudad antes de la colocación de esta cabeza de león
Historiadores y arquitectos que han analizado cómo está conformado el primer cuadro de la capital mexicana, han dado a conocer que en 1606 no había un sistema de desagüe, por lo que, a fin de hacerle frente a las inundaciones, se planeó la construcción de uno ubicado en el canal de Huehuetoca y el cual tuviera un desagüe en el Río Tula.
Concluirlo demoró más de 200 años, tiempo en que las inundaciones aunadas a las inclemencias del tiempo, cobraron la vida de al rededor de 30 mil personas que vivían en la Nueva España.
A pesar del tiempo, la estructura se ha mantenido en buenas condiciones Crédito: X @argentoenmexico
Sin embargo, la gran inundación de la Ciudad de México, la cual sucedió en 1926 es la que más vidas cobró y la que además tardó mucho tiempo más en quedar atrás pues deshacerse de las grandes cantidades de agua acumulada llevó casi cinco años, tiempo en que los pocos sobrevinientes tenían que transitar a bordo de trajineras que recorrieron las mismas calles que desde hace unos días, el Gobierno de la Cuidad de México anunció serían solo de corte peatonal.
Con el fin de no olvidar este importante episodio de la capital mexicana, la cabeza de león fue colocada en 1634 para recordar que por cinco años la urbe fue inhabitable a consecuencia de las inclemencias del tiempo. Sobre su ubicación, puedes encontrarla en la esquina de la calle Madero y Motolinía, donde hoy por hoy miles de personas transitan aunque las tiendas que ahí se encuentran son las que llaman más la atención que esta estructura.