Viernes, 30 junio 2023
Hasta ahora, Julio Zamora se mantiene firme y volverá a presentarse como candidato a intendente de Tigre. La mayoría de su espacio le pide, como hace cuatro años, que arregle con Sergio Massa, que esta vez está decidido a no tener en cuenta sus demandas. La última oferta es que sea diputado.
A las 23.59 de hoy se deben oficializar todas las listas de candidatos de todos los frentes. Pero las miradas están puestas en Tigre, donde Malena Galmarini quiere retomar el legado de su esposo que le dio el triunfo al peronismo luego de dos décadas de administración vecinalista.
Enfrente está Julio Zamora, su antiguo aliado y amigo. Él reclama competir en las PASO. La decisión de los apoderados de Unión por la Patria es de negarle esta posibilidad y privilegiar el pedido directo que realizó Sergio Massa hace ya varios años, cuando tuvo que ceder ante Alberto Fernández cuando se constituyó el Frente de Todos.
Faltan horas nomás para que se sepa lo que muchos ya conocen. Faltaría Tom Hagen, el consiglieri, avisándole al Don que su hijo había fallecido y que el otro, el preferido, había tenido que huir hacia Italia. La guerra política se desatará en Tigre si Zamora no acepta la oferta que recibió y se transforma en primer candidato a diputado provincial para que así Malena Galmarini pase a convertirse en la nueva candidata de la unidad de Unión por la Patria.
Con métodos muchos más sofisticados y lejos de haber amenazas directas, la escenificación tiene que ver con el definitivo divorcio político que también ya todos sabían que pasó pero nunca se había oficializado. Sergio Massa, para muchos el hombre con más poder en el oficialismo -por más que Cristina Fernández de Kirchner haga denodados esfuerzos por mantenerse en la centralidad, dando ordenes y pidiendo que se junten para mantener la unidad del frente gobernante-, ya no banca más la demanda de su antiguo tutelado.
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El jefe comunal viene advirtiendo que no renunciará a su deseo de reelección y pidió, por todos los medios, que le permitieran participar en las PASO, Inclusive Cristina dijo entenderlo, pero las tiempos y las prioridades han cambiado. Massa, de continuar el derrotero implosivo que ya empezó a corroer a Juntos por el Cambio, tiene serias chances de ingresar al ballottage. Directamente podría ser el próximo presidente de la Nación.
«Sabés por qué no me quieren dar la PASO… Porque pierden. ¿Sino, por qué no me permiten participar de Unión por la Patria? Ellos van a tener todo los medios, todos los fierros, entonces, ¿por qué no puedo competir?… Porque les gano», aseguró este jueves a la tarde el intendente de Tigre, quien está esperando la resolución de la Junta Electoral del frente en el que quiere participar sobre si lo dejan integrar o no la lista completa, con todas las categorías, al igual de la que ya tiene asegurada Galmarini.
Luego de una semana de extrema tensión, en la que la gestión municipal y la proyección política del intendente se vio resentida por la renuncia de varios funcionarios claves, entre ellos su hermano Mario, más el anticipo de una investigación periodística lanzada por un medio nacional sobre los grises que siempre rondan en las construcciones de una de las zonas más ricas y rentables del país, la última oferta que se realizó para zanjar el conflicto es darle la primera diputación provincial en representación de la Primera Sección Electoral.
Rubén Eslaiman sería el afectado por este enroque que podría realizarse hasta el último minuto en el que se determine la oficialización de todas las nóminas de candidatos. Extraña la elasticidad de las normas electorales, que podría desembocar, también, en otro inconveniente. Que el actual presidente del bloque del Frente Renovador bonaerense termine recalando en otra lista de Unión por la Patria, ya cerrada, en otra sección electoral. Y, para peor, no hay otra que elija diputados que le ofrezcan al oficialismo alguna chance de competir en paridad contra Juntos. «Esto no termina hasta que se termina», repitió hoy Eslaiman.
Si la pelea entre Zamora y Massa escala, nadie sabe hasta donde podrá llegar. Y, como en los Roses, el daño puede ser mutuo. Mientras que el precandiato presidencial y ministro de Economía manda un claro mensaje no solo para Tigre sino para el resto del peronismo kirchnerista, como el nuevo conductor y líder, que debe ser ratificado con la victoria electoral, el gobernador Axel Kicillof estará pensando por qué él debe ser el más dañado.
La salida de Zamora no será inocua. Con un candidato que puede llevarle un porcentaje más que importante y mayoritario en la PASO, en una puja tan pareja en toda la Provincia, su suerte puede correr serio riesgo si no se alinean todos los planetas en un mismo territorio.