Sabado, 06 mayo 2023
«Esto pasa porque saben que ganamos nosotros», se entusiasman en las cercanías de Patricia Bullrich. Cristian Ritondo se postula como otro de los precandidatos a gobernador que apoyará a la exministra de Seguridad aunque varios lo niegan. Joaquín De la Torre salió a marcar la cancha con su postura.
Cuando hace varios meses Patricia Bullrich lo visitó en la sede de Los Indios, en Bella Vista, la precandidata a presidenta y Joaquín De la Torre hablaron más de dos horas y luego, ante la presencia de poquísimos testigos, convinieron que el exintendente de San Miguel la iba a acompañar en su proyecto a cambio de ser el candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, un rol que en aquel momento ocupaba el jefe comunal de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel.
Tiempo después, por pedido de Mauricio Macri, se sumó otro intendente a la pelea: Néstor Grindetti de Lanús. Tres referentes con conocimiento de la administración municipal y la complejidad que tiene la provincia es un potencial que no posee Horacio Rodríguez Larreta, que lleva a su ex vicejefe de gobierno, Diego Santilli, como candidato a la gobernación. La ventaja del “Colorado” es el que mejor intención de voto tiene.
De la Torre le pidió total franqueza, algo que, percibió, es algo que le sobra a Bullrich. En el diálogo hubo muchas más coincidencias que diferencias, pero un único punto el actual senador provincial quiso dejar más claro que los otros: que en caso de ocurrir una alteración de los acuerdos, él se iba. Irse, claro está, no es retirarse.
¿Cuáles eran las modificaciones que podría haber entre dos personas de semejante conocimiento? Que finalmente María Eugenia Vidal desistiera de su precandidatura a presidenta y que Cristian Ritondo, de ser su candidato a gobernador, pasara a serlo de Bullrich.
Diferente sería la situación si hay una lista única y las PASO provinciales llevan a un solo candidato. Eso conllevaría otra negociación. De la Torre tampoco tendría inconveniente si, por una cuestión personal, Bullrich elige entre Iguacel o Grindetti. «Entre nosotros tres, no hay problema», dijo.
El exintendente de San Miguel está convencido que lo que viene no puede ser modificado con los procedimientos «consensuados» que pide la dirigencia política tradicional. «Eso nos trajo hasta la crisis que tenemos. El cambio debe ser muy profundo», aseguró.
“Hasta la fecha del cierre de las listas hay tiempo. Yo creo que hay que competir y que los dos candidatos presidenciales tienen que llevar sus propios candidatos para la gobernación. La competencia fue una experiencia virtuosa en 2021 y hoy no veo ningún beneficio que la reemplace”, le dijo De la Torre ayer a Paulino Rodrigues en LN+.
Bullrich está diciendo y dejando muy claro que Ritondo no es su candidato. Ayer lo reiteró. También lo dicen sus colaboradores provinciales, quienes la acompañan a todos lados y le arman las presencias en las diferentes ciudades y secciones electorales. Pero el presidente del bloque del PRO en la Cámara de Diputados y exministro de Seguridad de Vidal insiste que será él el precandidato provincial. Cerca de la candidata tienen pensados otros planes para él, menos la gobernación, por ahora.
“Realmente no está en el ADN de Patricia romper este tipo de acuerdos. Tiene un lío bárbaro no definiendo por ninguno de los tres que ya tiene. Se tiraría un tiro en los pies y quedaría mal con ellos», explicó una fuente cercana a la dirigente halcón. La idea que pesa entre los estrategas es que «el presidente se lleva el gobernador. Nadie empieza votando por ahí».
Las dificultades que se observan en ambos lados de la grieta PRO son agudas. Porque los intendentes y territoriales que, en su mayoría, defienden la idea de que Santilli sea su candidato a gobernador, creen que Rodríguez Larreta debe “soltarlo” para que se transforme en candidato de “los dos, también de Patricia”.
Lo hacen con una doble intención. La primera, de estricto carácter político, porque el Frente de Todos presentará una sola variante provincial y las peleas internas podrían provocar pérdidas en distritos casi ganados con un efecto cascada sobre el resto de las listas bonaerenses.
Y segundo porque muchos temen perder ante un ignoto porque la lista de su rival presidencial mide más que todo lo demás. Esto es, que Patricia Bullrich, en ese distrito, esté mejor que Larreta. A nadie le extrañaría una lista única compuesta por Santilli y un radical, que podrían ser o Maxi Abad, el presidente del partido, o Martín Lousteau, más disruptivo que el legislador provincial. Pero, como advirtió Emilio Monzó ayer a MDZ, «si Juntos gana no es por estrategia… Es por casualidad».