Sábado, 12 de Octubre 2024
Aunque tuvieron un fuerte rebote, los precios de los bonos todavía reflejan la posibilidad de que el Gobierno decida avanzar en una nueva reestructuración de la deuda
La aceleración de la caída del índice de riesgo país, que durante la última semana no sólo perforó finalmente los 1.200 puntos básicos, sino que tocó un nuevo mínimo de la era Milei, al cerrar en 1.109 puntos es, sin dudas, un factor que retroalimenta el entusiasmo en el mercado.
El inesperado éxito de la primera etapa del blanqueo generó un ingreso de divisas por la vía del financiamiento privado, con empresas que accedieron al mercado abriendo paso, eventualmente, al Estado en vez de a la inversa como suele ocurrir. Ese fenómeno todavía tiene mucho para dar.
De hecho, asesores financieros y traders intuyen ahora que la suba de los bonos y acciones se sostendrá hasta fin de año por la mayor liquidez del sistema, lo que podría llevar el riesgo país por debajo de los 1.000 puntos básicos. Eso dejará al Gobierno en la antesala de lograr refinanciar o llevar adelante un canje de deuda que descomprima los vencimientos en dólares del próximo año y acelere, a su vez, los desconocidos tiempos para el levantamiento del cepo.
Ese optimismo se plasmó en un reporte que el Bank of America publicó para sus clientes tras una visita a Buenos Aires en las últimas semanas. Igual que muchos grandes bancos de inversión, la entidad norteamericana suele enviar misiones para evaluar in situ la marcha del programa económico de Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo.
Pero, si bien la conclusión fue positiva por lo que el banco mantuvo la recomendación sobre los bonos argentinos, los enviados también advirtieron que los precios de los bonos todavía reflejan el temor a una nueva reestructuración de la deuda.
Esa mirada tiene, a su vez, un aspecto positivo para los inversores: los bonos argentinos siguen siendo una oportunidad, no exenta de riesgo, pero con altas chances de generar buenos rendimientos en caso de que se sostenga el rally.
“Los bonos se han recuperado significativamente en lo que va del año, pero están todavía lejos de valorar las expectativas de que el Gobierno evitará otra reestructuración de deuda”, afirmaron a sus clientes.
De todos modos, aseguraron que el blanqueo mejoró las perspectivas, por lo que volvieron con una mirada más “constructiva” gracias, precisamente, “a la amnistía fiscal, a mejora de la financiación empresarial y el crédito”.
Ese punto es central: gracias a ese ingreso de dólares por parte del sector privado, el Banco Central cerró las primeras semanas de octubre con compras por encima de los USD 800 millones, un resultado tan inesperado como alentador de cara a los próximos meses.
“La novedad es que los dólares del blanqueo empiezan a refinanciar al sector privado y eso permite que el BCRA, que no estaba comprando dólares desde junio, empiece a comprar. Esto se suma a la baja del riesgo país y conforma un panorama estable de corto plazo”, apuntó la economista Marina Dal Poggetto, quien sostiene su mirada crítica respecto del nivel de competitividad del dólar oficial.
En cualquier caso, los dólares del blanqueo hacen un aporte inestimable a la baja del riesgo país, que se inició en agosto en línea con el clima internacional para países de alto riesgo pero que se sostuvo, e incluso profundizó, en un contexto más adverso durante las últimas semanas.
“Entre agosto y octubre el riesgo país argentino bajó de 1.600 puntos básicos a menos de 1300. La tendencia es parecida a otros países de alto riesgo (Ecuador, Egipto, El Salvador, Ghana, Pakistán y Sri Lanka), aunque la baja acumulada fue mayor”, aportaron desde Econviews, sin llegar a contemplar la caída hasta casi los 1100 bps del viernes.
Al flujo de divisas subestimado a la hora de lanzar el blanqueo se sumaron, además, algunas condiciones que colaboran en el ciclo positivo:
- Por un lado, la baja de la inflación por debajo de 4% (se ubicó en 3,5% el mes pasado) y las mediciones preliminares que la ubican al menos medio punto más abajo este mes abonan al clima festivo.
- Por el otro lado, el mercado miró con alivio cómo el Gobierno lograba evitar por segunda vez que se rechazara un veto presidencial a una ley de aumento del gasto público.
Son gestos que, junto con los dólares que Caputo ya envió a Nueva York para el próximo pago de deuda, hacen que los inversores elijan creer.