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Juicio político: el lugar donde se harían trizas los sueños de Alberto Fernández

Ene 5, 2023

Jueves, 05 enero 2023

El presidente Alberto Fernández quiere, sí o sí, llevar a juicio político a la cúpula de la Corte Suprema de Justicia, aunque tiene un oscuro panorama en la Cámara de Diputados.

Luego de que diez gobernadores firmaran el documento impulsado por el presidente Alberto Fernández para iniciar juicio político contra la cúpula de la Corte Suprema, se activó la cuenta regresiva en la Cámara de Diputados, donde una comisión ad hoc comenzaría a trabajar durante el período de sesiones extraordinarias en el marco de un largo proceso que probablemente culmine sin el resultado deseado por el oficialismo.

Sucede que el Frente de Todos carece de las mayorías calificadas necesarias en ambas cámaras para desplazar a los magistrados.

De todos modos, el espacio cuenta con la ventaja inicial de que en la comisión de juicio político presidida por la diputada albertista Carolina Gaillard hay 16 integrantes del oficialismo sobre un total de 31, lo que le garantiza la mayoría simple para sentar en el banquillo a los cuatro magistrados, cuyo accionar quedó en el ojo de la tormenta en los últimos días por los supuestos chats que se filtraron, los cuales tienen como protagonista a Silvio Robles, el vocero y director general de la vocalía del presidente de la Corte, Horacio Rosatti.

Con ese número, el Frente de Todos podrá abrir un sumario e iniciar la acusación formal por mal desempeño en sus funciones (según el artículo 53 de la Constitución) contra Rosatti y los otros tres cortesanos: el vicepresidente Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda, y Ricardo Lorenzetti.

A esa primera etapa preliminar le sigue una «etapa informativa sustanciando el sumario con medidas de pruebas, informes, citación a testigos, careos, derecho de defensa de los acusados», detalló el diputado oficialista Marcelo Casaretto sobre esta fase vinculada a la investigación de los hechos.

En esta etapa, la estrategia del oficialismo será dejar al desnudo cada uno de los accionares irregulares que le imputan a los jueces del alto tribunal, como por ejemplo la presunta complicidad con el Gobierno porteño expuesta en el llamado «fallo Robles» que favorece «arbitrariamente» a la Ciudad en el conflicto por la coparticipación de recursos federales, o también en la injerencia de la Corte en la conformación del Consejo de la Magistratura, arbitrando otra vez a favor de la alianza Juntos por el Cambio en detrimento del Frente de Todos.

El oficialismo espera sustanciar con elementos de prueba su postura y de esa manera lograr que no solamente sean los 116 diputados propios quienes acompañen el dictamen.

De todos modos, para aprobar la formación de la causa necesitaría de una utópica mayoría calificada de dos tercios de los miembros presentes en el recinto durante la votación.

Si tal como se prevé la iniciativa quedara rechazada en el pleno de la Cámara, podrá ser retomada ya que no perderá estado parlamentario por tres períodos, es decir, hasta el 30 de noviembre del 2025.

Pero si milagrosamente Diputados aprobara el dictamen, el siguiente paso se daría en el Senado, donde uno o dos integrantes de la Cámara baja deberían presentar la acusación.

En el Senado también se requiere de una mayoría de dos tercios, en este caso para declarar culpables a los jueces de la Corte y de esa manera desafectarlos del máximo tribunal, inhabilitándolos de por vida a ejercer cargos públicos.

Entre «los hechos de mal desempeño» por los que se los acusa, Casaretto mencionó «las declaraciones que buscan condicionar el ejercicio de sus potestades por parte de los otros poderes políticos del Gobierno Federal; los atropellos en el Consejo de la Magistratura; y la vinculación de Rosatti con el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires«.

Añadió a su vez «el asalto al Consejo de la Magistratura; la Acordada N° 34/2022 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación; la causa sobre la coparticipación; y respecto de Horacio Rosatti, los vínculos de su principal colaborador con funcionarios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el fallo sobre la coparticipación».

Quiénes son los 31 miembros de la decisiva comisión de Juicio Político

El oficialismo controla la mayoría de esta comisión clave con 16 miembros propios y además cuenta con la presidencia a manos de Carolina Gaillard, diputada entrerriana que responde al gobernador Gustavo Bordet.

Este mandatario provincial participó virtualmente de la reunión de Alberto Fernández con gobernadores, pero se abstuvo de firmar el documento en el que solicitan formalmente a la Cámara de Diputados que inicie el juicio político.

A diferencia del juego ambiguo de su gobernador, quien prefiere no asumir riesgos, Gaillard sí impulsa el juicio político y la destitución de Rosatti y compañía.

En la comisión de juicio político hay otros pesos pesados en temas judiciales como Leopoldo Moreau, quien preside la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de los Organismos y Actividades de Inteligencia. También es miembro otro de los alfiles judiciales del kirchnerismo como Rodolfo Tailhade, un activo denunciante del macrismo que además es miembro del Consejo de la Magistratura y suele involucrarse en discusiones subidas de tono con dirigentes de la oposición.

Está también allí la kirchnerista Vanesa Siley, secretaria general del de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Judiciales y reelecta recientemente como consejera de la Magistratura.

Germán Martínez (jefe bloque FdT), Marcos Cleri, Hugo Yasky, José Luis Gioja y Leonardo Grosso también integran la comisión por el oficialismo, entre otros.

Juntos por el Cambio está representado en la comisión de Juicio Político por 14 miembros, entre quienes figuran el vicepresidente Juan Manuel López (Coalición Cívica), y los secretarios Mario Negri (jefe bloque UCR), Omar de Marchi (PRO, vicepresidente de la Cámara) y Álvaro González (PRO, integrante del Consejo de la Magistratura, cercano a Horacio Rodríguez Larreta).

Por el momento, la Cámara de Diputados está paralizada, con la mayoría de los legisladores de vacaciones y no hay señales de pronta reactivación, más allá de que la solicitud de juicio político por parte del presidente reavivó los grupos de chats de diputados y asesores para empezar a tejer estrategias.

En este contexto, se espera que se convoque a sesiones extraordinarias en febrero, y se especula con que se incluirá en el temario el Juicio Político.

Será claramente una apuesta de riesgo, dado que esa iniciativa contra los miembros de la Corte podría repeler a Juntos por el Cambio, y de esa manera obturar la posibilidad de que la principal alianza opositora colabore con la agenda económica que impulsa el ministro del área, Sergio Massa.

Se trata de una nueva moratoria jubilatoria, un blanqueo de capitales, aumentos de algunos impuestos para financiar el adicional de coparticipación que la Corte le concedió a la Ciudad, y una reforma a la ley de lavado de activos.

Por Fabian