Sabado, 05 octubre 2024
Muchos nombres y ninguna definición alrededor del sucesor de Daniel Craig, que se despidió del personaje en Sin tiempo para morir
Todavía no hay definiciones sobre el sucesor de Daniel Craig, pero podría haber algún anuncio oficial el mes que viene
Cada 5 de octubre, los fans del espía más famoso de la historia hacen un viaje imaginario hacia el origen de su personaje favorito. Hace 62 años exactos, a las 10.45 de la mañana de un día como hoy de 1962, comenzaba en una sala de cine del centro de Londres la primera proyección en la historia de una película de James Bond.
El escenario era el London Pavilion, un histórico cine de la capital del Reino Unido se cerró en 1981 y hoy es el más reconocido espacio teatral, de entretenimientos y de propuestas gastronómicas de Piccadilly Circus, conocido como Trocadero. Y la película, por supuesto, fue El satánico Dr. No, hito inaugural de un éxito que alcanzaría en las décadas siguientes una importancia cultural y artística de dimensiones colosales.
El recuerdo de esa jornada se transformó en celebración. El 5 de octubre quedó fijado para siempre como el Día Mundial de James Bond. Y esos mismos fanáticos renuevan el mito no solo desde el ejercicio de la memoria. Hoy están más atentos al presente y al futuro. Saben que el espía con licencia para matar volverá, pero nadie les dice cuándo ni cómo.
Daniel Craig, el último James Bond, en tiempos de Operación Skyfall
Esa revelación se oculta detrás de un secreto tan grande como el que envuelve los planes de cualquier misión emprendida por nuestro héroe para salvar al mundo. Y al mismo tiempo se demora más de la cuenta. La impaciencia crece alrededor de otra fecha muy cercana que acabamos de superar. El 30 de noviembre se cumplieron tres años del estreno de Sin tiempo para morir (No Time to Die, 2021), la película número 25 de James Bond y la última conocida hasta el momento.
Hace tres años, por lo tanto, que Bond está ausente de la pantalla. Un tiempo de espera que pudo ser todavía más largo, porque el estreno de Sin tiempo para morir debió postergarse más de una vez por el impacto de la pandemia. La fecha original de lanzamiento, antes de que apareciera el Covid-19, había sido programada para abril de 2020. De no haber aparecido la emergencia sanitaria estaríamos hablando de un silencio de cinco años, todavía sin fecha de vencimiento.
Los fans se inquietan. Quieren certezas, alguna pista al menos del rumbo que tomarán las aventuras de 007 después del desenlace de Sin tiempo para morir, tan cruento y terminante que no abrió hacia adelante otra expectativa que la confianza en la clásica leyenda de cierre impresa en la pantalla después de los títulos y créditos finales: “James Bond Will Return” (James Bond volverá). Es seguro que volverá, pero no sabemos cuándo.
Solo los memoriosos tienen paciencia. Nos recuerdan, por ejemplo, que tuvimos que esperar ¡seis años! para que Pierce Brosnan apareciera en 1995 como artífice del milagro de la resurrección de 007 después del calvario protagonizado por Timothy Dalton. En 1989, tras el derrumbe de la segunda película de Dalton como Bond (Licencia para matar), muchos auguraron el adiós definitivo e inevitable para un personaje que en ese momento no conseguía sobrellevar el desgaste del paso del tiempo.
El novelista Ian Fleming, el creador de James Bond
También se acuerdan que demoró otros cuatro años la siguiente transición, que transcurrió entre la despedida de Brosnan (Otro día para morir, 2002) y la llegada de Daniel Craig (Casino Royale, 2006).
Considerando estos antecedentes, el tiempo de espera que impone una nueva transformación bondiana parece estar todavía instalado dentro de lo razonable. Algunos lo comparan con los cuatro años que se tomó Disney para alumbrar la primera película de Star Wars después de adquirírsela a George Lucas.
Hay razones de peso en el caso del imaginario bondiano para entender por qué se demoran tanto las definiciones sobre el regreso. Entre ellas aparece, quizás en primer lugar, la onda expansiva que dejó a mediano y largo plazo la partida (en el más amplio y aciago sentido del término) de Craig.
Pero al mismo tiempo, el devastador cierre de Sin tiempo para morir alentó la demanda de respuestas rápidas. La mayoría de los fans las pide en un momento histórico en el que nadie parece dispuesto a aceptar prórrogas o dilaciones para casi cualquier cosa. Quieren respuestas inmediatas, alimentadas simultáneamente desde los medios, las redes y todos los espacios de conversación que estimulan todavía más toda esa ansiedad.
Hoy se cree, más que nunca a lo largo de estos últimos tres años, que las definiciones están cada vez más cerca. Y algunos hasta arriesgan una fecha concreta para el anuncio oficial. Hablan del 17 de noviembre, el día en que los dueños de la marca Bond desde hace 30 años, Barbara Broccoli y su medio hermano Michael G. Wilson, recibirán el Oscar honorario en la celebración anual conocida como Governors Awards. La Academia de Hollywood los investirá con la estatuilla que lleva el nombre de Irving G. Thalberg y reconoce cada año a aquellos productores “cuyo trabajo refleja una alta y constante calidad en la producción cinematográfica”.
Barbara Broccoli, dueña de la marca y de la última palabra sobre el futuro de James Bond
Los dos hijos del legendario Albert R. Broccoli son los productores de las películas de Bond desde 1995, después de tomar de inmediato la posta y el legado paterno. Cubby Broccoli estuvo detrás de Bond a partir del primer día, lo manejó con exclusividad desde 1975 (cuando le compró su parte al histórico socio que compartió hasta allí todo el tramo inicial de 007 en el cine, Harry Saltzman) y permaneció allí hasta su muerte.
Ahora, los herederos se encuentran ante una encrucijada histórica. Lo vienen admitiendo de manera muy escueta (es muy raro escucharlos en público o concediendo entrevistas) desde junio de 2022. “Estamos reinventando a James Bond y eso lleva tiempo. Diría que nos faltan al menos dos años para empezar a filmar la próxima película”, reconoció Barbara Broccoli en ese momento.
Ese mismo año se produjo otro hecho clave. Amazon pagó 8500 millones de dólares por la compra de Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) y se aseguró de inmediato el control de la gran joya del catálogo del histórico estudio: las 25 películas de Bond. Con la misma operación se convirtió en dueño de la mitad de EON, la productora de Broccoli y Wilson.
Aaron Taylor-Johnson, el nombre mencionado con más fuerza en los últimos meses para ocupar el lugar de James Bond en las próximas películas
El gigante del e-commerce tendrá mucho que decir sobre el futuro de 007. Por lo pronto, volvió a estar disponible en Prime Video la filmografía completa de Bond, los 25 títulos oficiales que van de El satánico Dr. No hasta Sin tiempo para morir, entre 1962 y 2021. En estos días se especula mucho sobre una probable conexión entre los futuros anuncios sobre la próxima etapa de Bond y el aprovechamiento que pueda hacerse de ellos en el mundo del streaming. Con una salvedad: Broccoli y Wilson dijeron que mientras Bond les pertenezca como marca no renunciarán nunca al estreno de sus próximas películas en los cines. Nada de lanzamientos directos en otras ventanas.
Mientras tanto, van sucediéndose pistas e indicios que permiten configurar más de una hipótesis. Lo primero es el reconocimiento de que un Bond reinventado deberá moverse en un entorno bien realista, similar a lo que vino ocurriendo durante la última etapa. En las películas protagonizadas por Craig se habla todo el tiempo de amenazas terroristas de alcance global y otros temas de la agenda geopolítica de nuestros días.
También abundan los comentarios sobre el perfil que debería tener el futuro Bond. “No será alguien de 20 años”, advirtió la directora de casting de las últimas películas, Debbie McWilliams. “Ya es un veterano. Tiene bastante experiencia. El personaje funciona para alguien que ande por los 30 años”, agregó Wilson. Un estudio reciente fijó en 33 años la edad ideal para el posible nuevo 007, que puede provenir de cualquier grupo étnico y rincón geográfico de la vasta área de influencia del Commonwealth británico. Aunque podría tener un par de años menos.
Daniel Craig recorre la alfombra roja del estreno mundial de su última película como Bond, Sin tiempo para morir, en septiembre de 2021
“Lo que nunca será Bond es una mujer”, dijo sin vueltas Barbara Broccoli, honrando seguramente la identidad de origen y el respeto a lo que imaginó y escribió Ian Fleming en sus novelas. Puede haber espías con rostro femenino y licencia para matar en el plantel del MI6, el servicio secreto británico. De hecho, Lashana Lynch es 007 en Sin tiempo para morir. Pero no habrá dama alguna que responda al apellido Bond. Es un personaje identificado por completo con la masculinidad, aunque en la reinvención encarnada por Craig haya perdido buena parte de aquel poder seductor que en tiempos de Roger Moore llegó casi a la autoparodia.
Aaron-Taylor Johnson tiene 34 años, nació al noroeste de Londres y tiene la mayoría de los requisitos que parece exigir el próximo ocupante del puesto que dejó vacío Craig en las actuales circunstancias: pinta, arrojo, destreza física, experiencia en películas de acción y cierto misterio y oscuridad interior.
En marzo último, algunos medios sensacionalistas y amarillos del Reino Unido anunciaron con toda la pompa que había sido elegido para ser el séptimo Bond de la historia. Como se esperaba, nadie lo confirmó en ese momento y tampoco lo hará ahora. En todo caso, su nombre se suma a una lista cada vez más larga de contemporáneos suyos que, al menos en los papeles, llegan con las mismas posibilidades de ganarse ese lugar.
Para muchos, llegar a ser Bond es el máximo honor al que puede aspirar un actor británico. Para otros, una verdadera jaula de oro de barrotes infranqueables para quien quiera salir antes de lo previsto. Craig podría decir muchas cosas al respecto. Según anticipó Barbara Broccoli el año pasado, el nuevo Bond debería extender su dedicación exclusiva al personaje a los próximos 10 o 12 años. El equivalente a tres o cuatro películas, por lo menos.
Idris Elba y Henry Cavill, dos de los que quedarían fuera de la sucesión por cuestiones de edad
Estos requisitos dejan afuera a los candidatos de más larga data, nombres como Idris Elba, Henry Cavill y Tom Hardy, mencionados en varias ocasiones y hoy virtualmente fuera de carrera por cuestiones de edad. A lo que se suma otro factor clave: los dueños de la marca no piensan tanto en el próximo James Bond como una estrella previamente consagrada, sino en una figura menos conocida y con potencial suficiente para que sea Bond quien lo convierta en estrella.
De a poco van surgiendo nuevos nombres de aspirantes que responden a ese perfil. Allí están por ejemplo Callum Turner (34 años, figura de la serie Masters of the Air), Jamie Campbell Bower (35, el Henry Creel de Stranger Things), Jonathan Bailey (36, el Anthony Bridgerton de la serie homónima), Lucien Laviscount (32, el galán de Emily en París), Fabien Frankel (32, Criston Cole en La casa del dragón), Robert Aramayo (31, Elrond en Los anillos del poder) y Daryl McCormack (31, el partenaire sexual de Emma Thompson en Buena suerte, Leo Grande).
No son los únicos. Detrás aparecen representantes de una generación más juvenil, pero que igualmente encaja dentro de las expectativas que despierta el futuro Bond: Leo Woodall (28), Jacob Elordi (27), Tom Glynn-Carney (29) y el mucho más conocido Paul Mescal (28), de quien se hablará muchísimo una vez que se estrene Gladiador 2.
Sean Connery, Daniel Craig, Timothy Dalton, George Lazaby, Pierce Brosnan y Roger Moore, los seis nombres de la historia de James Bond
La incógnita no solo incluye al gran protagonista. También se extiende al resto del elenco estable que acompaña en cada nueva aventura a 007. Así lo vislumbró Ben Whishaw, el encargado en las últimas tres películas de personificar a Q, el experto en gadgets y armamentos. “No creo que vaya a estar en la próxima. Creo que los productores van a empezar de cero y con un reparto completamente nuevo. No tengo ninguna noticia oficial al respecto, pero esa es mi intuición”, le dijo el mes pasado a la BBC.
Todos aguardan la revelación del nombre del próximo James Bond porque su rostro estará durante la próxima década y media en el documento de identidad de uno de los personajes más icónicos de toda la historia del cine, y seguramente el que mejor identifica a la identidad británica en el mundo desde los parámetros más duraderos de la cultura pop.
Pero quien conozca a fondo el pensamiento de los dueños de la marca saben que un anuncio como ese no llegará antes de que se defina por completo cuál será el lugar del próximo Bond en la historia del mundo y la del propio personaje, y sobre todo de qué manera conceptual y estratétiga se instrumentará esa reinvención de la que viene hablando Barbara Broccoli.
Los interrogantes aparecen de inmediato: ¿Cómo será la película número 26 de Bond? ¿Desechará por completo el final de Sin tiempo para morir y hará de cuenta que todo lo que vimos allí no ocurrió, para retomar las aventuras de Bond desde el momento en que terminó Spectre? ¿Viajará de nuevo al origen del personaje, como se hizo en 2005 a través de Casino Royale, para empezar a reescribir la historia una vez más? ¿Convertirá a Bond en una especie de símbolo o talismán que podría tener más de una encarnación humana, duplicándose o triplicándose? ¿Será acaso nada más que un nombre funcionando como clave, señal o brújula dentro del complejo ajedrez político de estos tiempos?
El futuro del personaje
Escribir unas cuantas páginas de la próxima agenda de Bond (política, histórica, simbólica, cinematográfica) aparece como una condición previa al anuncio del nombre propio que representará al personaje y lo pondrá en acción. En esta etapa crucial, cuando se definen en todo gran proyecto cinematográfico nada menos que la trama, los personajes principales, los sets de filmación y sobre todo las ideas y los conceptos básicos, será fundamental escuchar a Amazon y saber cuál es su pensamiento estratégico sobre el destino inmediato de la primera gran franquicia de la historia. ¿Estará pensando en un posible relanzamiento de James Bond a través de un plan que incluya algo parecido a una trilogía? Circulan algunas especulaciones al respecto.
También circulan versiones sobre un posible paso al costado de la dupla Broccoli-Wilson después de la ceremonia de investidura con el Oscar honorario. Quienes las sostienen aseguran que Wilson, de 82 años, quiere descansar del personaje al que le dedicó casi toda su vida. Y que Broccoli está mostrando con varios proyectos muy diversos su voluntad de despegarse de Bond. El más importante de todos, sin embargo, parece llevarla de vuelta a su destino: está preparando la adaptación cinematográfica de puesta teatral de Otelo, ambientada en tiempos de la guerra de Irak, en la que Daniel Craig viene interpretando a Yago desde 2016 en Londres y en Nueva York. Un trascendido firme indica que Broccoli salió a buscar financiamiento en Qatar y, en retribución, tendría luz verde para filmar la película 26 de Bond en Doha.
“¿Por qué lleva tanto tiempo encontrar al nuevo James Bond?”, se preguntaba a fines de agosto desde un título muy destacado el diario inglés The Telegraph. La respuesta va a aparecer una vez que existan acuerdos, consensos y precisiones respecto de unos cuantos asuntos previos. El nombre del protagonista llegará después. Está al final de la lista. Pero todos coinciden que no puede demorarse mucho tiempo más. El 5 de octubre de 2025, en el próximo festejo del Día Mundial de James Bond, el viaje imaginario de los fans tendrá un destino más claro.
Las películas de James Bond en secuencia cronológica
- El satánico Dr. No (1962), con Sean Connery.
- De Rusia con amor (1963), con Sean Connery.
- Dedos de oro (1964), con Sean Connery.
- Operación trueno (1965), con Sean Connery
- Solo se vive dos veces (1967), con Sean Connery
- Al servicio secreto de su Majestad (1969), con George Lazenby
- Los diamantes son eternos (1971), con Sean Connery
- Vivir y dejar morir (1973), con Roger Moore
- El hombre con el revólver de oro (1974), con Roger Moore
- La espía que me amó (1977), con Roger Moore
- Moonraker, misión espacial (1979), con Roger Moore
- Solo para tus ojos (1981), con Roger Moore
- Octopussy (1983), con Roger Moore
- En la mira de los asesinos (1985), con Roger Moore
- Su nombre es peligro (1987), con Timothy Dalton
- Licencia para matar (1989), con Timothy Dalton
- Goldeneye (1995), con Pierce Brosnan
- El mañana nunca muere (1997), con Pierce Brosnan
- El mundo no basta (1999), con Pierce Brosnan
- Otro día para morir (2002), con Pierce Brosnan
- Casino Royale (2006), con Daniel Craig
- Quantum of Solace (2008), con Daniel Craig
- Operación Skyfall (2012), con Daniel Craig
- Spectre (2015), con Daniel Craig
- Otro día para morir (2021), con Daniel Craig