Sábado, 26 de Octubre 2024
No todo ritual ni pensamiento repetido indican esta enfermedad. Señales de alerta del Trastorno Obsesivo Compulsivo en niños, adolescentes y adultos, y cuál es la forma de enfrentarlo para recuperar calidad de vida y bienestar emocional
La importancia de tomar conciencia del trastorno
- Del 10 al 16 de octubre se celebró la Semana Internacional de Concienciación sobre el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
- El TOC afecta a 1 de cada 100 adultos; según expertos, suele diagnosticarse tardíamente y requiere mayor visibilidad.
- El tratamiento eficaz combina terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, medicación para manejar los síntomas.
Lo esencial:
Durante la Semana Internacional del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), especialistas buscaron generar conciencia sobre este trastorno, que a menudo pasa desapercibido o sin tratamiento adecuado. Según la Fundación Internacional de TOC (IOC, en inglés), el TOC afecta a 1 de cada 100 personas y puede iniciar desde la niñez. Con síntomas como obsesiones y compulsiones repetitivas, el TOC afecta significativamente la calidad de vida, y puede incluir desde rituales como el lavado excesivo de manos hasta pensamientos intrusivos. Los expertos recomiendan una combinación de terapia psicológica y, en casos graves, medicación para interrumpir el ciclo de obsesiones y compulsiones y mejorar la funcionalidad del paciente.
Por qué importa:
El TOC es una enfermedad compleja y subdiagnosticada que impacta profundamente en la salud mental, el desarrollo infantil y la vida diaria.
- La detección temprana y el tratamiento adecuado reducen complicaciones.
- Promover la visibilización ayuda a combatir el estigma y facilita el acceso a terapias.
- Crear conciencia sobre los síntomas y tratamiento permite a las familias y a los pacientes identificar y buscar apoyo profesional a tiempo.
El TOC, un “bucle de pensamientos”
El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) afecta a 1 de cada 100 adultos, según la Fundación Internacional de TOC de Estados Unidos (IOC en inglés). Puede empezar en cualquier momento, desde la edad preescolar hasta la adultez. Pero ¿cómo distinguir entre una costumbre muy arraigada y un trastorno como el TOC?
“El Trastorno Obsesivo Compulsivo podría graficarse como una mente que se queda atrapada en un bucle de pensamientos que no se puede detener fácilmente. Por ejemplo, una persona podría pensar obsesivamente si cerró la puerta de su casa con llave, y sentir la obligación de volver a revisar una y otra vez para verificar esta cuestión”, explicó la licenciada Liliana Traiber (MN 43.326), coordinadora de la Clínica de Ansiedad y Trauma del Departamento de Psicoterapia de INECO.
“Estamos atravesando una crisis de salud mental, pero si bien existe una creciente conciencia pública sobre el TDAH, la ansiedad y la depresión, el TOC sigue siendo una afección muy incomprendida”, afirmó el doctor Himanshu Tyagi, neuropsiquiatra del proveedor de salud mental Priory a Daily Mail.
Y agregó: “El TOC grave puede ser tan incapacitante como otros trastornos graves de salud mental y afectar significativamente la capacidad de una persona para funcionar en la vida diaria. Lamentablemente, solo alrededor de un tercio de los pacientes con TOC recibirán alguna vez un diagnóstico clínico, en parte debido a la comprensión limitada de la enfermedad, especialmente en sus primeras etapas o presentaciones más leves, cuando también es probable que responda mejor al tratamiento, expresó Tyagi.
La doctora Silvia Ongini, psiquiatra Infanto-Juvenil del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 69.218), explicó a Infobae que el trastorno obsesivo y compulsivo también se manifiesta en la infancia y adolescencia. “Si bien en proporción es menos frecuente que los que se diagnostican en adultos, también están presentes estos casos. Hablamos de TOC cuando encontramos que un niño tiene pensamientos persistentes, recurrentes e intrusivos, e impulsos que no puede frenar y que también son recurrentes. Muchas veces esos impulsos, conductas o rituales tienden a mitigar el malestar que generan esos pensamientos intrusivos”.
Y añadió: “En chicos se manifiesta en general después de los 6 o 7 años, y es más frecuente diagnosticarlos después de los 12, porque a veces se subestiman los síntomas. Tienen algún detonante, alguna situación que termina después magnificándose en estos pensamientos intrusos”.
Qué es el TOC
De acuerdo al Instituto de Neurología Cognitiva – INECO, el Trastorno Obsesivo Compulsivo es una patología de salud mental que se caracteriza por la presencia de obsesiones y/o compulsiones. Las obsesiones son pensamientos intrusivos, involuntarios y persistentes que causan malestar emocional. Por su parte, las compulsiones o rituales son comportamientos y/o pensamientos voluntarios que tienen la finalidad de disminuir el malestar que generan las obsesiones.
Los ejemplos comunes de TOC incluyen el miedo a la contaminación, la necesidad de orden y simetría, los pensamientos violentos o sexuales no deseados, el lavado excesivo de manos, la verificación y repetición de acciones, entre otros. Estos suelen ocupar mucho tiempo en la vida de las personas que lo presentan y les causa malestar emocional (ansiedad, temor, angustia).
“Muchas personas sufren en silencio debido a la vergüenza o el bochorno por su condición, dijo el doctor Himanshu Tyagi y agregó: “El TOC crónico conduce a altas tasas de hospitalización e intentos de suicidio, reduce significativamente las posibilidades de que las personas experimenten relaciones saludables e impide que disfruten de vidas normales y felices”, dijo.
La doctora Ongini explicó que en los niños hay rituales o compulsiones que son más frecuentes como el lavado de manos, el orden, fijarse o controlar que los enchufes estén bien o que el teléfono esté de una determinada manera: “Es una necesidad de controlar, verificar y reiteradamente cerciorarse que algo está de una determinada manera y no de otra. El malestar que genera percibir que no cumple con ese criterio, produce altos niveles de ansiedad y lleva a estos rituales para neutralizar. Estos pueden interferir en la vida cotidiana”.
Por ejemplo, completó la médica: “Hay chicos con TOC que llegan tarde al colegio porque estuvieron 20 minutos o media hora cepillándose los dientes, o porque controlan varias veces que tengan las cosas en la mochila. Los rituales en el TOC siempre cumplen la función de bajar el nivel de ansiedad”.
Hay algunos TOC más frecuentes como obsesiones por estar sucio, limpio o por los gérmenes, afirmó la doctora. “Estos se incrementaron e invisibilizaron durante la pandemia. Es el caso de, por ejemplo, chicos que estaban con trastornos obsesivos y compulsiones que llegaban al lavado de manos persistente con lesiones en la piel como consecuencia. Pero que quedaban justificados por la pandemia y muchas veces llegaron tardíamente al diagnóstico”.
Otro TOC frecuente son los pensamientos catastróficos anticipatorios, “como que algo malo va a ocurrir, sobre todo a las personas allegadas, y entonces tienen que hacer ciertos rituales que van a impedir que eso ocurra.
Obviamente, son pensamientos mágicos, pero eso los obliga a repetir determinadas acciones. También uno muy frecuente es la simetría, el orden, la exactitud de las cosas. Y preocupaciones también por las funciones corporales, ya sea transpiración u otras”, ejemplificó la experta.
¿Cómo saber si mis síntomas son TOC?
Según el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, no todo pensamiento repetido es una obsesión ni no todo ritual o hábito es una compulsión. Sin embargo, por lo general, las personas con trastorno obsesivo-compulsivo presentan estas características:
- No pueden controlar sus obsesiones o compulsiones, incluso cuando saben que son excesivas.
- Dedican más de una hora al día a sus obsesiones o compulsiones.
- No obtienen placer con sus compulsiones, pero estas les pueden dar un alivio temporal de su ansiedad.
- Tienen problemas importantes en la vida diaria debido a estos pensamientos o comportamientos.
“Algunas personas con trastorno obsesivo-compulsivo también tienen un trastorno de tics que implica movimientos o sonidos repetitivos. Los tics motores son movimientos repentinos, breves y repetitivos, como parpadeo y otros movimientos de los ojos, muecas faciales, encogimiento de hombros y espasmos en la cabeza o en los hombros. Los tics vocales incluyen cosas como carraspeos repetitivos, olfateos o gruñidos. Es frecuente que a las personas con TOC también se les diagnostique un trastorno del estado de ánimo o de ansiedad”, afirmó el instituto.
Por su parte, la doctora Ongini recomendó diferenciar los rituales del TOC de los que son típicos de la edad, en el caso de niños y adolescentes. “Estos son parte del crecimiento y placenteros, por ejemplo, tener un determinado orden en relación a ir a un lugar, saludar, leer un cuento al acostarse. No generan alta ansiedad. Los rituales normales que acompañan el crecimiento no interfieren en la vida cotidiana, sino que ayudan a ordenarla. Son parte del juego, del crecimiento, de pasarla bien”, expresó la experta.
Y completó: “Cuando un niño, una niña o un adolescente pasa mucho tiempo cepillándose los dientes o acomodando su computadora o verificando si el teléfono está cargado, por dar algunos ejemplos, son generados por ansiedad, generalmente persisten y por eso requieren tratamiento. En cambio, los otros rituales, típicos del crecimiento disminuyen o desaparecen, aproximadamente entre los 7 y 8 años”.
Cuál es el tratamiento
El tratamiento para el TOC generalmente consiste en psicoterapia, pero si ésta no tiene éxito a veces se combina con medicamentos como antidepresivos que pueden combatir algunos de los síntomas.
La profesional de INECO agregó: “Una terapia psicológica adecuada puede ayudar al paciente a exponerse a los pensamientos intrusivos y evitar la realización de rituales. Esto lo ayuda a perder el temor a los pensamientos, desarmando la percepción de que estos y rituales están conectados, lo cual mantiene el problema. De esta manera, se podrá romper el círculo vicioso de obsesiones y rituales”.
En caso de tener un trastorno obsesivo compulsivo diagnosticado, se recomienda realizar una terapia de orientación cognitivo conductual, a través de la cual no solo se podrá conocer más acerca del TOC, sino que también será de ayuda para poder incorporar herramientas adecuadas para tener un mejor manejo de los pensamientos intrusivos y rituales. Además, se puede consultar con un psiquiatra con el fin de explorar opciones de medicación, que ayuden a reducir los síntomas del TOC. El tratamiento específico para el TOC requerirá de paciencia, tiempo y motivación para poder lograr cambios, afirmaron los especialistas de Ineco.
La doctora Ongini recomendó a los padres estar atentos y distinguir cuando estos síntomas están alterando la capacidad del niño, niña o adolescente de jugar, disfrutar, dormir, comer.
“Cuando eso sucede, requiere una consulta profesional adecuada. Antes de empezar un tratamiento, debe haber un diagnóstico claro. El tratamiento busca dar acompañamiento al niño, niña o adolescente y entendimiento a la familia. Si los síntomas son muy persistentes e irrumpen en la calidad de vida y el desarrollo del niño, las medicaciones pueden mitigar estos síntomas y ayudarlos a lidiar con esta sintomatología para evitar que se cristalice y persista a lo largo de la vida”, finalizó la especialista.