• 26 de marzo de 2025 00:53

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Engaños, desilusiones y estafa: cómo operaba la empresa que vendía departamentos desde el pozo hasta seis veces

Mar 23, 2025
Buenas Aires. Nota estafas inmobiliarias. Frente México 1640. Foto: Matías Martin Campaya

Domingo, 23 de marzo de 2025

  • Algunas obras ni empezaron y otras quedaron con escasos avances.
  • Las denuncias ante la Justicia y las empresas señaladas.
Engaños, desilusiones y estafa: cómo operaba la empresa que vendía departamentos desde el pozo hasta seis vecesEl frente de una de las obras de la estafa. Foto: Matías Martin Campaya

En el sector inmobiliario, las inversiones desde el pozo suelen ser vistas como una oportunidad atractiva para aquellos que desean aumentar su capital. Sin embargo, para más de 200 personas, esta chance terminó siendo una amarga experiencia llena de engaños, desilusiones y promesas rotas. Una empresa constructora vendió propiedades inexistentes, lo hizo con las mismas unidades varias veces y dejó a decenas de personas sin sus ahorros, sin propiedades y con la sensación de haber sido estafadas por una red de engaños cuidadosamente organizada.

«Buen día, alguien de la calle Potosí estafado?», pregunta con desesperación un hombre en un grupo de Facebook llamado «Icons.tech es INDUPLACK, los grandes estafadores de la construcción», que tiene hasta el momento 88 miembros. Una catarata de personas comienzan a responder. «Hola, te paso número del Dr. Peña Balboa, a él ya le pedís que te agregue al grupo damnificados de tu edificio», respondió uno. En el mismo perfil aparece un sinfín de personas que buscan entre ellas algún consuelo ante la gran incertidumbre. Algunos preguntando si es real, si seguir pagando las cuotas o si en algún momento van a volver a ver la plata que invirtieron.

La estafa y la promesa de la construcción nunca cumplida

Lo que parecía ser una buena oportunidad se transformó rápidamente en una tragedia financiera para cientos de inversores. La constructora Induplack Fiduciaria, una empresa familiar (encabezada por Vito L’Abbate), ofrecía a través de redes sociales y plataformas inmobiliarias promociones de propiedades en pozo a precios irresistibles. Sin embargo, una vez que los compradores realizaban sus pagos, descubrían que los departamentos nunca se construían o que las obras se detenían sin previo aviso.

Luz González, una de las víctimas, recuerda cómo comenzó todo en 2021. «Yo me enteré de la propuesta vía Instagram, me interesó por el precio que tenía del pozo y una persona me empezó a mandar promociones de ofertas, era una mujer que se llamaba Silvina Lorenzo, que trabaja para ellos y los asesoraba en inversiones». Luz, motivada por una oferta tentadora, compró dos monoambientes en la calle México al 1640 al contado, abonando 60 mil dólares a razón de 30 mil por unidad.

El cartel y la oferta desde el pozo que afectó a una de las damnificadas, en México al 1640. Foto: Matías Martín Campaya
El cartel y la oferta desde el pozo que afectó a una de las damnificadas, en México al 1640. 

«Supuestamente, hasta ahí estaba todo bien. Hasta que en diciembre de 2023 yo había cobrado un dinero y me vuelve a asesorar para que lo invierta en otro departamento de ellos. En marzo de 2024 invierto en otro pozo de Acuña de Figueroa. Pasa un tiempo y empiezo a ver en redes todo lo que estaba pasando con la constructora. Cuando se destapa todo le pregunto a Silvina que pasaba y ella me cuenta que una vez tuvo que perseguir a uno de los dueños porque había una operación duplicada«, cuenta Luz.

Su historia no es aislada, y a medida que otros damnificados comenzaron a compartir sus testimonios, se descubrió que varios compradores fueron estafados de la misma manera: propiedades que nunca existieron o que fueron vendidas varias veces, como en su caso, en la última que compró en marzo de 2024.

Manipulación psicológica y promesas vacías

El modus operandi de la constructora y sus representantes fue más allá de las estafas financieras. Según los testimonios, los vendedores usaban técnicas psicológicas para generar una falsa sensación de confianza en los compradores. «Toda esta gente te vendía departamentos, te los mostraba terminados», explica Luz. «Los vendedores tenían distintas estrategias. Algunos eran de la propia familia del grupo porque es una empresa familiar». En muchos casos, los compradores fueron convencidos de que estaban realizando una inversión segura.

Luz continúa: «A todos nos hacían el mismo verso, les decíamos qué el departamento nos gustó y nos contestaban ‘justo lo estamos por vender’, te llamaban a la semana, te dejaban picando y te volvían a llamar diciendo te conseguí otro con el mismo metraje pero en otro piso». Esta táctica fue diseñada para que los compradores sintieran que estaban tomando una decisión correcta, cuando en realidad estaban siendo manipulados para comprar propiedades inexistentes.

Propiedades duplicadas

El abogado Miguel Marcos Mitrione, quien está llevando adelante el caso legal contra los responsables, detalló la magnitud del fraude. «Lo que hacían era, a través de un mecanismo delictivo, una falsificación, vendían departamentos en pozos que no los construían. O iniciaban la obra y las paralizaban». Según Mitrione, unas 300 personas fueron afectadas por esta estafa, y algunas de ellas compraron propiedades que ya habían sido vendidas a otros. «Tengo casos que las personas compraron el mismo departamento, una misma unidad que se vendió, por dar un ejemplo, hasta seis veces», explicó el abogado, refiriéndose a la venta duplicada de propiedades como una de las principales formas de estafa.

Alejandro Del Vecchio, otro de los damnificados, detalló su experiencia al adquirir un monoambiente en pozo en la calle Catamarca al 544. A pesar de haber realizado un pago de 40 mil dólares al contado, nunca recibió lo prometido.

«Yo investigué bastante en internet a ver cómo era la referencia de la empresas y encontré una página muy marginal, donde hablaban un poco mal de la empresa, pero eran pocos casos de reventas de departamentos», manifestó. Tras preguntarle al vendedor llamado Maxi, sobre las quejas de reventa, le explicó que eran «casos muy puntuales» y que todo estaba solucionado. Con el tiempo, Alejandro descubrió que el problema no era la reventa, sino una estafa a gran escala, donde los departamentos vendidos nunca se construyeron.

El edificio donde Alejandro Del Vecchio compró a mediados del 2020 y que finalizaría en 2022, actualmente quedó en el 30% de su construcción.  Foto: Matías Martin Campaya
El edificio donde Alejandro Del Vecchio compró a mediados del 2020 y que finalizaría en 2022, actualmente quedó en el 30% de su construcción.

«Maxi me dijo ‘mirá, te va a parecer gracioso lo que te voy a decir, pero trabajábamos con una empresa que tenía un Excel y nosotros teníamos otro Excel. Entonces, al vender esa empresa y vender nosotros, a veces había en departamentos que estaban repetidos’. Y me dijo que ya no trabajaban más con esa empresa, así que no hay posibilidad de que se revenda algún otro departamento. Cuando llega el momento de firmar, me bajó al precio. Y me dijo, bueno, te lo bajó a us$ 39.900 como para persuadirme de que lo compre igual», relató.

Al año de comprar, Alejandro se dio cuenta, a través de redes sociales, que la constructora había cambiado los planos de su edificio y jamás se lo habían comunicado. En 2022 era la fecha pautada para la entrega de su unidad. Un día cualquiera se animó a ir a la dirección para ver como era su edificio, pero solo encontró un terreno baldío. Cuando firmó el contrato había una clausula que decía que si al momento de la entrega la unidad no estaba, como compensación debían darle 150 dólares por mes.

Luego de idas y vueltas en las que la constructora no solo se negaba a pagar, sino que también a contestar el teléfono, comenzaron a pagarle. «Me pagaron hasta diciembre y sin considerar los meses que me debían. Hasta me encajaron muchos dólares falsos. No me respondieron nunca más. Eran mis ahorros de todo una vida», le dice Alejandro a el periodista.

El colapso de la empresa y la quiebra

A medida que las denuncias de los damnificados fueron aumentando, la constructora comenzó a desmoronarse. Las oficinas fueron cerradas, y muchos de los empleados involucrados desaparecieron. «En marzo de 2024 fue la última operación que hice. En julio ya me contactaba con el gerente comercial, Gastón Flores, que es uno de los peores. Él me reconoció que estaba al tanto de todo y que obedecía órdenes. Eso me lo reconoció por WhatsApp, donde me dice que todo estaba planificado», relata Luz.

Este colapso de la empresa dejó a los compradores sin recursos, sin información y sin esperanza de recuperar su dinero. Como señaló el abogado Mitrione, las compañías detrás de la estafa cambiaron de nombre constantemente para evitar la responsabilidad legal y seguir operando bajo nuevas fachadas. «Ellos cambiaban de nombre a cada rato. Tengo boletas de Induplack, Inconstech, después otra que está como fiduciaria. Yo fui y mi lote está vacío, no construyeron nada, no tiene ni un ladrillo, tiene un cartel», dice Luz.

La magnitud de la estafa quedó clara cuando se descubrió que las personas encargadas de las ventas eran parte de una red más amplia. El abogado Mitrione también explicó que la estructura de la estafa tenía tintes de una operación piramidal. «Hacían internet, en inmobiliarias prestigiosas como Remax y Century 21», explicó.

El futuro incierto: justicia y esperanza

El caso está ahora en manos de la Justicia, pero muchos de los damnificados siguen sin recuperar sus ahorros. «Yo pedí la suspensión de la quiebra», comentó Mitrione, quien busca que los afectados puedan recuperar algo de lo que perdieron. Sin embargo, la resolución de este caso podría tomar años, y las víctimas siguen luchando por que se haga justicia.

«Todos estamos mal. Impotentes por lo que nos pasó. Si a mí me hubiera vendido el dueño de la constructora, yo no le compraba nada. O sea, la gente intermediaria que usaban era gente completamente creíble y confiable», dijo Luz.

Mientras tanto, los damnificados continúan presionando para que los responsables enfrenten las consecuencias, mientras luchan por recuperar el dinero que invirtieron con la esperanza de tener un futuro mejor. La causa la lleva adelante la fiscal Mónica Cuñarro en la Fiscalía N°16. el periodista intentó comunicarse con la constructora, pero no quisieron dar testimonio.

Además, crearon una casilla de mail para que otros damnificados se sumen al reclamo: damnificadosinduplack@gmail.com.

 

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