Sábado, 12 de abril de 2025
No se hará público, pero el Gobierno tiene in pectore el valor aproximado de equilibrio que el dólar libre podría detentar a partir del lunes.
No se hará público, pero el Gobierno tiene in pectore el valor aproximado de equilibrio que el dólar libre podría detentar a partir del lunes; cuando el sistema financiero habilite la posibilidad de comprar dólares al nuevo precio oficial por parte de las personas físicas. Según las aspiraciones oficiales, este número no debería superar los 1.332 pesos de cierre del mercado del dólar MEP, donde las tradicionales manos amigas estuvieron interviniendo esta jornada. La visión oficial, es que ese número es manejable y el nuevo tope, más allá que el nuevo esquema de bandas, ubique ese techo en los 1.400 pesos.
El análisis del Ministerio de Economía, es que ese nivel fue ubicado más alto (mucho más alto) que el referencial posible del mercado; dada la situación de restricción de posesión de billetes y monedas en poder del público (base monetaria primaria), fruto de la no emisión monetaria y el superávit fiscal.
La visión del oficialismo es que los tenedores de pesos que hasta hoy se teledirigían a las pantallas de home banking y compren el MEP, ahora lo hagan al Mercado Único y Libre de Cambio (MULC) con el nuevo dólar libre. El que, obviamente tardará varias jornadas en encontrar sus nuevos equilibrios. Sin embargo, la visión oficial es que esta demanda no debería llevar el valor del dólar por arriba del precio del MEP de cierre de esta semana. Y que, incluso, se ubique algo por debajo de ese nivel.
Si así sucediera, y partiendo de un dólar oficial a 1.096 pesos, la devaluación de equilibrio se ubicaría en el 21,5%. Un nivel alto, pero menor al 28% de los 1.400 pesos de techo del nuevo esquema de bandas cambiarias. El Gobierno analiza además que ese 21% es suficiente para que los exportadores dejen de quejarse por el atraso cambiario; y que, ahora sí, comiencen las liquidaciones sojeras; las que por estos días ya deberían estar activadas.
Si esto sucediera, se entusiasman en el Poder Ejecutivo, comenzaría a aumentar la disponibilidad de divisas fruto de la liquidación de exportaciones, y, luego habría un incremento en el volumen de reservas del Banco Central. Estas divisas, además, serían reales y fruto del incremento de las ventas al exterior, y no los ingresos de divisas fruto del Facilidades Extendidas aprobado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
¿Qué sucedería si esa oferta de divisas no llegara y si la presión sobre el nuevo MULC fuera superior al nivel de equilibrio que tiene en mente el oficialismo, a partir del cierre de hoy del MEP? La intención del Gobierno es, como siempre para la visión de Javier Milei, llevar la cuestión al extremo. La orden del Presidente, aceptada con gusto por el tándem Luis “Toto” Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausilli, es disponer de poder de fuego suficiente como para disciplinar al mercado y, si hubiera intenciones de provocación de minicorridas (o corridas), aplicar terapia intensiva. Medida en divisas, el BCRA dispondría de 5.000 millones de dólares para aventar peligros desestabilizadores de equilibrios cambiarios.

La idea del oficialismo es que pronto se llegue a nuevos precios de transacción estructurada, y que las bandas operan lejos del máximo y más cerca del mínimo.
Mientras tanto, Luis “Toto” Caputo comenzará a trabajar sobre el próximo evento financiero importante en el cronograma complicado de la economía de pagos de la Argentina para este año. Necesitará el ministro de Economía unos U$S 4.500 millones para pagar el vencimiento de mitad de año de capital e intereses de Bonares y Globales, que deberán liquidarse el 9 de julio.
Anunció el ministro que ya cuenta con unos 2.000 millones de un préstamo que está negociando con bancos internacionales. Ese dinero cuando ingrese, quedará depositado para esta operación de julio. Le faltarán aún unos U$S 2.500 millones a Economía para terminar de contabilizar el dinero necesario para el pago.
La idea de Caputo es poder cumplir con el compromiso con dinero 100% proveniente de la colocación de deuda, para no utilizar dólares de las, ahora más abultadas, reservas del BCRA. Si esto no fuera posible, Caputo tiene el guiño desde el FMI para utilizar los fondos de libre disponibilidad que llegarán del Facilidades Extendidas aprobado ayer por el board del organismo. Para completar la faena, habrá que esperar a junio, y verificar si el riesgo país se redujo a niveles óptimos de colocación de deuda voluntaria.
La deuda que habrá que cubrir por aquellos bonos emitidos en la última reestructuración de deuda del país, alcanza unos U$S 2.898 millones en capital y U$S 1.559 millones en intereses; lo que suma unos U$S 4.457 millones totales; y que completan el primer pago que se realizó en enero pasado, por un monto similar. Entre ambos pagos representan casi el 50% del total de vencimientos de todo el año; con lo que despejado el panorama de este compromiso, ya casi el Gobierno no tendrá deuda importante con cerrar. Al menos durante este ejercicio 2025.
La otra deuda importante era por el pago de intereses con la mismísimo Fondo, además de la deuda con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dinero que, si sale todo bien, quedaría renegociado y al menos en lo que respecta al capital, se pagaría dentro de cuatro año.
La habilitación para que este vencimiento se cumpla con el dinero del FMI no es un logro menor para Caputo y sus huestes negociadoras con el responsable del caso argentino ante el FMI, el venezolano Luis Cubeddu. La ecuación general del préstamo de Facilidades Extendidas implica desde siempre que el dinero que se gire dentro del acuerdo, debe quedar en las reservas del BCRA como si fuera en un escaparate intocable.
Con el único objetivo general de mostrarle al público operador en el mercado financiero, que la entidad que maneja Santiago Bausilli tiene la suficiente fuerza de acción financiar para poder enfrentar tormentas. Y comenzar, ahora sí, a moverse en terrenos de azul y no de rojo permanente como viene ocurriendo desde el gobierno de Mauricio Macri hasta hoy. Para cualquier otra acción dentro del mercado de capitales, queda claro para Washington que deben usarse dólares que el país vaya consiguiendo vía liquidaciones del campo (soja, maíz, etc), del primer superávit energético de peso o de la posible caída de la demanda de turismo por el fin de las épocas estivales.
Sin embargo, saben desde el FMI, que no hay tiempo para que fuera del enorme refuerzo que implica el giro de dinero desde el organismo, las reservas del BCRA puedan recuperarse lo suficientemente rápido como para poder hacer frente al majestuoso vencimiento de julio. Es por eso que se conversó entre las partes negociadores que no haya mayores cuestionamientos para que el dinero del Facilidades Extendidas se utilice para el vencimiento. Más teniendo en cuenta que para junio las posibilidades de recurrir a un potencial préstamo del mercado financiero voluntario de deuda internacional, aún no sería conveniente; dado que en el mejor de los casos, se descarta que el riesgo país tendrá una contracción importante de los más de 750 punto básico que rigen actualmente.
Pero aún lejos de un 300 o aún menos nivel; que le permitan al equipo de Caputo recurrir a la colocación de algún bono de deuda. Menos por un monto como el que se necesita para cumplir con el vencimiento.