Viernes, 13 setiembre 2024
Durante una rueda de prensa, el sumo pontífice aseguró que la visita a nuestro país “es algo que no está decidido”. Las declaraciones se dieron en una rueda de prensa del avión que lo llevaría de regreso al Vaticano tras terminar su gira por Asia y Oceanía.
El papa Francisco aseguró este viernes que no viajará a la Argentina por el momento “porque hay cosas que resolver antes”, la declaración se dio en el marco de una rueda de prensa antes de subir al avión que lo llevaría de regreso de su gira por Asia y Oceanía.
“Lo de Argentina es algo que no está no decidido. Yo querría ir. Es mi pueblo, pero no está decidido. Hay varias coas que resolver antes”, aclaró el sumo pontífice ante la pregunta sobre un viaje a nuestro país.
En cambio, sí confirmó que está pensando en ir a Canarias, España, por la crisis migratoria que viven las islas, ya que desea mostrar su “cercanía a los gobernantes y al pueblo”.
Una de las opciones era que la visita a Canarias se sumara como una escala en su viaje hacia la Argentina, en vista de que el propio pontífice, de 87 años, ha confirmado que quiere volver, aunque hoy cobró más fuerza que se tratará de un viaje independiente.
A principios de año, Francisco había explicado que tras el viaje que quería hacer a Asia (en principio programado para agosto), se haría el de la Argentina, a donde no ha regresado desde su elección como papa en 2013.
Era una posibilidad que cobró más fuerza tras la declaración del papa a un programa de televisión italiano: “Sí, me preocupa porque la gente está sufriendo mucho allí, es un momento difícil del país y se está planeando la posibilidad de hacer un viaje en la segunda mitad del año”.
Por otro lado, confirmó que no irá a París para la inauguración de la catedral de Notre Dame, reestructurada tras el incendio de 2019.
Otro de los países que le encantaría visitar es China, es su “ilusión”. “Yo quiero ir a China, yo admiro a China y la respeto. Es una cultura milenaria y con una capacidad de diálogo y de entenderse que van más allá de los diferentes sistemas democráticos (o no) que ha tenido”, señaló y agregó: “China es una promesa y una esperanza para la Iglesia”. Además, se mostró satisfecho por el acuerdo que firmó el Vaticano con las autoridades chinas en 2018 (y que ha sido renovado en dos ocasiones) para el nombramiento de los obispos, antes solo en manos del Gobierno de Pekín y que habían creado una Iglesia oficial y otra clandestina, y consideró que se “trabaja con buena voluntad”.