Martes, 10 enero 2023
El kirchnerismo acusó a Macri de ser el Bolsonaro argentino y lo relacionó con el atentado a Cristina Kirchner. Macri ensayó un repudio tibio a los hechos en Brasil. ¿Hay chances de que pase lo mismo en la Argentina?
Hordas de manifestantes bolsonaristas tomaron por asalto edificios de los tres poderes del Estado de Brasil pidiendo la destitución del recientemente asumido presidente Lula da Silva. Fue un ataque directo a la democracia brasileña. Ni siquiera existió el aliciente de que estaban reclamando contra alguna medida de gobierno o que fue parte de un estallido producto de una crisis. ¡No! Tampoco pedían «Que se vayan todos». Lo que reclamaban era que se vaya Lula (que ganó las elecciones hace dos meses) y que vuelva Bolsonaro (que las perdió).
El hecho es completamente repudiable en sí mismo. Y además es preocupante para la región. El país más grande y populoso del subcontinente puede servir de modelo para sus vecinos. Una muestra más de que la democracia está en crisis en el mundo en general y en América Latina en particular. Ya no solo se cuestiona la legitimidad de ejercicio, sino la de origen: no importa quién ganó y quién perdió la elección.
Por ahora, la Argentina viene zafando. Institucionalmente, desde 2003 se respetan los tiempos de cada presidencia. Quizás más por la dinámica política que por voluntad cívica: a ningún espacio político le dan los números en el Congreso para iniciar un juicio político ni el volumen político para intentar revueltas populares que terminen con un mandato electo.
Pero la forma en la que la dirigencia política argentina eligió repudiar el intento de golpe en Brasil, pone en alerta a la democracia en el país. Hubo un amplio consenso político en denostar el hecho; las interpretaciones son preocupantes:
La primera en tirar la piedra fue Cristina Kirchner: “Las imágenes de hoy en Brasilia replican con exactitud las imágenes del 06/01/2021 en el Capitolio de Washington. No es casual…”, planteó con fotos de ambos hechos. Y siguió:
“Quienes creemos en lo nacional, popular y democrático debemos darnos además un análisis profundo y descarnado frente a este fenómeno que más allá de la existencia de organizadores, financiadores y responsables (que siempre los hay) captura…”, puso en Twitter; las negritas corren por mi cuenta.
Frente a este ataque a la democracia, Cristina plantea un “nosotros-ellos”. Los que deben darse el “análisis profundo y descarnado” no son los partidos políticos, los representantes electos, los líderes democráticos… sino “los que creemos en lo nacional y popular” como si esta forma de entender la realidad fuera la única verdaderamente democrática. En la mirada de Cristina, los líderes liberales, republicanos y globalizadores no tienen lugar en este sistema.
La respuesta del macrismo
Bullrich y Macri, en tiempos de gobierno de Juntos por el cambio. Ahora el clima es más tenso de cara a las PASO.
Mientras tanto, del otro lado de la grieta, Macri se tomó un tiempito para repudiar los incidentes golpistas en Brasil. Recién a las 8:45 de la noche hora argentina tiró un hilo de tweets. El primero con las palabras protocolares de base: “Repudio los hechos violentos registrados en Brasil”. Una descripción tibia para lo que estaba pasando.
Pero inmediatamente lo relacionó con la Argentina. “El episodio alerta sobre la fragilidad mundial de las instituciones democráticas, que pueden ser atropelladas por una horda como en Brasil o como sucede ahora mismo en Argentina con la Corte Suprema de Justicia a través de mecanismos políticos antidemocráticos igualmente brutales”.
Pequeña diferencia: el mecanismo de juicio político está previsto por la Constitución como mecanismos de remoción de autoridades; la toma por asalto de edificios de los poderes públicos no. Además, el espacio político que él lidera también pidió el juicio político a Alberto Fernández.
Detrás de Macri salieron todos los demás:
- Patricia Bullrich dijo que hasta que no retiren el pedido de juicio político a la Corte, no pueden opinar sobre Brasil
- Vidal que “un Presidente decidido a atropellar el Poder Judicial no tiene autoridad para acusar de golpista a nadie”.
- Milei cuestionó la “doble moral de la izquierda”
En todos los casos, muestra una visión sesgada de lo que pasó en Brasil. En un caso, enfatizando en que fue una acción de la derecha; en el otro, minimizando el hecho porque los manifestantes no son de izquierda.
Pero la cosa no terminó ahí…
Bolsonaro = Macri
El Canciller Santiago Cafiero sentó la posición política del Estado Argentino sobre los hechos: “Lo que representa Trump en Estados Unidos como Bolsonaro en Brasil, en Argentina lo hace Macri”.
Por si no quedaba claro que era una posición oficial, Gabriela Cerruti empezó a Tuitear:
- A Macri: “Las hordas en Brasil responden a su socio político @jairbolsonaro, como las que asaltaron el Capitolio respondían a su amigo @realDonaldTrump”
- A Vidal: “La derecha pro bolsonarista buscando la manera de no repudiar el intento de golpe de estado en Brasil. Cuarenta años de democracia, y debemos seguir alertas”.
- A la Coalición Cívica: “(los antidemocrático son) Los que financian grupos de extrema derecha que atentan contra la vida de la vicepresidenta”.
La portavoz acusa directamente a los sectores moderados de Juntos por el Cambio de intentar matar a Cristina. Vale recordar que hay una investigación en curso y que no existe absolutamente ninguna prueba que vincule a Juntos por el Cambio con el atentado.
Al margen, la Coalición Cívica fue categórica en el rechazo al ataque a la democracia de Brasil: “Condenamos los episodios de violencia y el asalto a los tres poderes del Estado en Brasil. Las instituciones democráticas deben ser respetadas siempre, nuestra solidaridad con @LulaOficial y todo el pueblo de brasileño”, habían puesto.
La democracia y el Otro
La democracia necesita sí o sí del reconocimiento del Otro para poder funcionar a pleno. Si el que está del otro lado -si el que piensa distinto- es un “golpista”, “antidemocrático brutal”, “asesino”, “socio político de golpistas”, la democracia no tiene futuro.
Si la dirigencia argentina sigue repudiando solo los intentos de golpe de los que tienen su misma orientación política, será cuestión de tiempo que algo así pase también en el país.
No hay golpes buenos y golpes malos; no hay destituciones buenas y malas; no hay un poder del Estado que pueda estar por encima del otro.
- En un país que hace 12 años que no crece
- Con índices de pobreza superiores al 35%
- Con inflación descontrolada hace 16 años.
- Con problemas estructurales no resueltos nunca…
La dirigencia argentina –el kirchnerismo y el macrismo- tienen que empezar a reconocer al Otro como parte del sistema. Si los dos tratan de poner al otro afuera, se va a generar una profecía autocumplida. Y en unos años, ni siquiera va a haber sistema.