Miércoles, 12 de marzo de 2025
Javier Milei y los funcionarios del área económica dijeron varias veces que “no hay pesos” para que se desate una corrida cambiaria. Los economistas privados afirman que la credibilidad es un punto fundamental.

El Gobierno presentó este martes el acuerdo con el FMI vía decreto de necesidad y urgencia. Allí, aseguró que los dólares se usarán para cancelar deuda del Tesoro con el Banco Central (BCRA) y para hacer frente a los pagos de al propio organismo multilateral.
Entre otras cosas, el Ejecutivo dijo que es fundamental recomponer las reservas para poder levantar el cepo cambiario. La salida de los controles de capitales es el examen financiero más importante que el Gobierno tiene por delante y ya le puso fecha: el 1° de enero de 2026 no habrá más restricciones, según anticipó Javier Milei.
La gran incógnita de la llegada de fondos frescos pasa, precisamente, por el uso. Mas allá de las declaraciones, algunos analistas creen que el Gobierno podría usar parte de esos dólares para controlar la cotización del tipo de cambio a la salida del cepo. Si eso sucede, la capitalización del BCRA podría terminar siendo momentánea.

El argumento oficial -expresado por los funcionarios y por el propio Presidente- es que no hay pesos suficientes para correr contra el dólar. Explican que se interrumpió la emisión monetaria para financiar al Tesoro, que ya no tiene déficit sino superávit. Sin embargo, en un contexto de menor inflación y recuperación de la actividad económica, la base monetaria creció en los últimos meses por encima de la inflación. Además, se inyectan pesos por otras vías, por ejemplo, para comprar dólares en el mercado.
Salir del cepo: una cuestión de confianza
Los economistas privados coinciden en que es lógico y esperable que la cantidad de pesos crezca en este contexto, pero el argumento de “no hay pesos” les resulta un poco débil. El diagnóstico, según lo que pudo sondear el periodista, sería más bien que hay pesos, pero no se irán al dólar en tanto el Gobierno mantenga ancladas las expectativas y siga generando confianza.
“La salida del cepo cambiario es un paso necesario y está bien que el Gobierno avance en esa dirección. De todas formas, en un proceso de recuperación del nivel de actividad y, en particular del crédito, el agregado monetario más amplio, que es el M3, creció. El mismo BCRA muestra que lo hizo en 1,9 puntos del PIB entre abril de 2024, que fue cuando tocó un piso, y febrero de 2025”, indicó Claudio Caprarulo, economista de Analytica.

Según datos que publicó el BCRA este martes, la base monetaria tradicional creció 79,6% real (por encima de la inflación) en los últimos 12 meses. Por su parte, el M3 privado (que incluye los pesos circulantes en poder del público y los depósitos en pesos del sector privado no financiero, ya sea a la vista, a plazo u otros) tuvo un aumento real de 30,8% en el mismo período.
El Gobierno, por su parte, enfatiza que la “base monetaria amplia” se mantiene constante desde mediados de 2024, cuando arrancó la fase 2 del programa económico. Sin embargo, Kevin Sijniensky, economista jefe de Econviews, sostuvo que ese indicador no se suele usar como medida. El analista resaltó que hoy la demanda de pesos creció en un contexto en el que el BCRA no está emitiendo para financiar al Tesoro, al tiempo que el Gobierno convenció a los agentes económicos de que el dólar no se va a mover y que el peso es más conveniente, al menos por ahora.
“La credibilidad es un punto clave para mantener la demanda de pesos. Pero pesos sí hay y, si se pierde la credibilidad por cualquiera que sea el motivo (porque no se cree que se pueda contener el dólar, porque se pierden muchas reservas o por algún shock externo) los pesos van a sobrar, y tanto los depósitos como los bonos en pesos pueden volcarse fácilmente a demandar dólares”, sostuvo Sijniensky.

A su turno, Melisa Sala, economista jefe de LCG, también discrepó con la idea de que no hay pesos para dolarizarse. “Sólo en tiempos de estabilidad, el circulante es totalmente transaccional. En una crisis, aunque no se corra usando billetes, ese agregado transaccional se minimiza para comprar dólares o bienes. Pero mucho más se usan otros activos financieros que se tienen a disposición: plazos fijos, fondos comunes de inversión o títulos públicos, entre otros. En una corrida, como el objetivo es correr del peso, se corre con lo que tengas”, sostuvo.
Por eso, dado que los pesos están, los analistas indican que las expectativas son la clave. Por ahora, reconocen que el Gobierno hizo un buen trabajo en ese frente, especialmente por el ancla fiscal. El acuerdo con el Fondo, una vez conocida la letra chica, también ayudará.
“Cerrar con con FMI refuerza la confianza en varios sentidos. Por un lado, si existen fondos frescos, las reservas se robustecen y permiten pensar en una liberación más controlada de las restricciones; por otro, es esperable que el organismo brinde una marco más robusto al programa económico, que todavía no sabemos cuál es”, cerró Sala.