Viernes, 27 enero 2023
El consorcio encaró la reconstrucción de la fachada de los departamentos de Urquiza y Entre Ríos proyectados por el arquitecto Alejandro Bustillo en los años veinte
Punto de atracción y selfie obligada de cualquier turista que visite la ciudad, el edificio de Urquiza y Entre Ríos, donde Ernesto Che Guevara pasó sus primeros meses de vida, estrenará a mediados de abril una nueva cara. La construcción casi centenaria y declarada de interés patrimonial es la única obra privada que realizó en la ciudad Alejandro Bustillo, uno de los arquitectos más relevantes de la historia de la profesión en el país, proyectista junto a Angel Guido del Monumento a la Bandera y autor de otras construcciones emblemáticas como el Museo Nacional de Bellas Artes, en la ciudad de Buenos Aires; el Gran Hotel Provincial de Mar del Plata o el Llao Llao de Bariloche, por citar algunas.
Las obras de recuperación del edificio se pusieron en marcha a principios de mes y están íntegramente financiadas por los integrantes del consorcio. La primera etapa de los trabajos se concentran en la fachada que da por calle Entre Ríos, donde se trabaja en la recuperación de desagües, tratamiento de humedades y filtraciones y reparación de grietas y fisuras en los revoques originales de los muros.
La segunda etapa contempla la recuperación del sector del edificio que da a calle Urquiza. Para eso se está tramitando alguna ayuda del programa de preservación de patrimonio del municipio. Según el cálculo de los consorcistas, toda la obra tiene un presupuesto varias veces millonario.
Edgar Pampaluna es arquitecto y titular de la empresa constructora que lleva su apellido. Desde principios de año está a cargo además de las obras de recuperación del edificio que empezó a construirse en 1925. «Fundamentalmente estamos haciendo un hidrolavado del frente, sellado de las grietas que puedan existir y después trabajos de impermeabilización de las mansardas, recuperación de las canaletas de desagües que están rotas y cambio cañerías de desagües», explica.
La empresa tuvo a su cargo la recuperación de los salones principales de la ex Sociedad Rural, en el parque Independencia; el edificio del ex Batallón 121, en Lamadrid y Ayacucho; las fachadas de la Biblioteca Argentina en pasaje Alvarez; el antiguo Banco Piano, de Sarmiento y San Lorenzo; y el túnel Celedonio Escalada.
«Son trabajos que presentan un desafío especial, que se hacen para la gloria», señala Pampaluna y advierte que son obras costosas y muy difíciles de realizar sólo con fondos privados. «Son trabajos en los que nadie te paga lo que valen, pero se hacen por compromiso con el patrimonio de la ciudad», afirma.
En el catálogo de bienes del patrimonio histórico, arquitectónico y urbanístico de Rosario, el edificio de Urquiza y Entre Ríos figura con una categoría B, al que acceden «aquellas que se diferencian dentro del tejido urbano por presentar una conformación morfológica homogénea, ya sea por sumatoria de unidades o por ser parte de un proyecto general».
De acuerdo a la ordenanza que aprobó el inventario de edificios patrimoniales para el área central (Nº 7.156, de 2008), el edificio tiene una protección que alcanza a sus fachadas y las partes y espacios consideradas de valor, donde deben aplicarse criterios de restauración científicos.
Un edificio casi centenario
Según recuerda el especialista en historia y subdirector del Monumento, Miguel Carrillo Bascary, la construcción de Urquiza y Entre Ríos es la única obra en Rosario del célebre arquitecto Alejandro Bustillo. El profesional tiene una importante trayectoria en el país. Proyectó, entre otros, el Hotel Llao-Llao, en Bariloche; el Casino de Mar del Plata; el Palais de Glace; el Museo Nacional de Bellas Artes y el Banco Nación, en la ciudad de Buenos Aires.
En 1925, la Compañía de Seguros La Rosario le confió el proyecto para levantar un edificio de viviendas en el centro de la ciudad. La construcción culminó entre 1926 y 1927, estuvo a cargo de la firma Ferrarese Hnos. (Enrique y Guido) y Cía., también radicada en la ciudad.
La planta baja se destinó a a locales comerciales, durante muchos años la petrolera estatal tuvo allí su sede zonal, por lo que muchos hablan del “edificio YPF”.
Los pisos de departamentos son cinco y alojan 40 viviendas; 20 con ingreso por calle Entre Ríos y 10 por cada una de las entradas que se abren en Urquiza 1332 y 1334. Pero lo más bello de la construcción es un patio central verde que brinda luz y aire a todas las unidades.
«Es un edificio muy característico de la ciudad, con un estilo muy francés», resume Bascary y destaca el remate del quinto piso, coronado con mansardas recubiertas de pizarras negras, muy comunes en los países europeos.
La solidez que transmite su fachada se deja ver también en los detalles de los departamentos: muros gruesos, pisos de pinotea, aberturas de madera, herrajes de bronce y cielorrasos con ornamentos de yeso. Bascary destaca «la nobleza de los materiales originales que, en su mayoría, fueron importados del exterior, así como su sólida estructura de vigas de acero remachado».
De interés histórico
En junio del año pasado, el Concejo Municipal de Rosario declaró al edificio de Urquiza y Entre Ríos como “Sitio de Interés Histórico, Cultural, Tradicional y de Memoria e Identidad Colectiva”. En uno de los departamentos, Ernesto “Che” Guevara pasó sus primeros días de vida.
El proyecto fue impulsado por Ariel D’Angelo, un trabajador del Palacio Vasallo. El autor de la iniciativa aseguró que la idea es darle “mejor vida” a esa esquina y aclaró que las intervenciones se harán en la vereda y no en el edificio.