Sabado, 12 agosto 2023
Se llega a las elecciones en un clima de gran incertidumbre económica y uno de los temas que más preocupa es la inflación. El rubro alimenticio es uno de los más afectados. Las expectativas de los consumidores no son alentadoras. El pesimismo sobre la posibilidad de una solución es grande.
La situación económica será una de los ejes que jugarán un papel fundamental a la hora de decidir en las elecciones PASO de este domingo. Eso quedó reflejado en los últimos días por la inestabilidad vivida en el mercado cambiario. La variación en la cotización del dólar acaparó toda la atención.
En ese clima de incertidumbre, el tema de la inflación parece haber quedado en un segundo plano en los debates de campaña.
Sin embargo, los consumidores siguen sufriendo ese flagelo mientras no se ofrecen respuestas concretas. El segmento de los alimentos es uno de los más acuciantes por el impacto en los sectores de menores recursos.
Un relevamiento muestra que el aumento de precios, en este rubro, está muy por encima del índice general. Además, según la mayoría de los consumidores consultados, la solución de este problema no se verá en el corto plazo.

La medición realizada por el Centro de Producción Documental de la Fundación GEO de Estudio y Opinión se llevó a cabo entre la tercera semana del mes de abril de 2023 y la tercera semana del mes de julio, lo que aproximadamente abarca el relevamiento de precios durante 3 meses. Para este trabajo se tomaron los precios de una serie de productos que integran la Canasta Básica Alimentaria y se los comparó entre las dos fechas relevadas.
Los resultados muestran que hay alimentos que aumentaron hasta 57% en tres meses. Es el caso del litro de leche. También sufrió un importante incremento el kilo de azúcar con una suba del 49% o el de arroz, con un ajuste de 42%. La manteca por 200 gramos, el litro de vinagre, el litro de yogur y el paquete de 500 gramos de pan lactal aumentaron por arriba del 28%.
“Las variaciones de precios observadas para cada bien son muy disímiles, aunque con una tendencia clara al alza, en algunos casos muy pronunciadas y evidentes y en otros no tanto”, dice el estudio.
Asimismo, durante el último mes de relevamiento, el pasado mes de julio, se realizaron dos encuestas, a través de las redes sociales, con el fin de tomar en consideración la percepción de los consultados sobre la problemática en torno a la inflación. Además, se indagó sobre la percepción de las estadísticas oficiales, el parecer sobre la incidencia de medidas gubernamentales y, fundamentalmente, en cómo perciben la inflación a través de los precios de distintos bienes y servicios presentes en su vida cotidiana; tales como el transporte público y algunos productos de la CBA.
“Los resultados exponen una clara desconfianza en las posibilidades de nuestro país de resolver a corto plazo el problema de la inflación y también de ofrecer estadísticas adecuadas al respecto”, explica el trabajo. El 78% de los consultados consideró que el problema de la inflación no se resolverá en el corto plazo.
Respecto a la confianza sobre las cifras oficiales, el 36% dijo no confiar “en absoluto” y otro 34% mostró reservas. Al momento de reconocer las causas de la inflación, el 69% de las personas que contestaron la encuesta le atribuyó alguna responsabilidad a la falta de transparencia en los precios y la información económica. Por otro lado, un 76% de los participantes en la encuesta manifestó haber notado un aumento en los precios de los servicios públicos debido a la inflación. En lo referente al precio de alimentos particulares, las respuestas no demuestran acuerdos tan claros.
En este sentido, en el gráfico precedente observamos que las respuestas se dividen bastante equitativamente entre quienes percibieron un aumento mayor al que se infiere de las estadísticas oficiales y quienes, al pensarlo en términos concretos, perciben que los precios se ajustan en buena medida a lo que estas sostienen.
Asimismo, las expectativas en torno a los precios de alimentos concretos no son del todo pesimistas, a pesar de aquel desaliento inicial en torno a la solución de la inflación como un problema más general. Apenas rondan el 50% quienes afirman la opción que visualiza un aumento más grande en el precio de los productos relevados.