Viernes, 27 setiembre 2024
Las múltiples idas y vueltas de la vieja línea aérea de bandera italiana son un ejemplo de lo que puede ocurrir con esta clase de empresas; las similitudes entre ambas firmas
La línea aérea tuvo varias reestructuraciones
Creadas después de la Segunda Guerra Mundial, las similitudes entre Aerolíneas Argentinas y Alitalia resultan sorprendentes. Al punto que la historia de la empresa que se hizo famosa por transportar a los Papas parece un anticipo de lo que podría ocurrir con la línea aérea de bandera local: el año pasado, Giorgia Meloni dispuso la privatización de Ita Airways, la última forma que adquirió la aerolínea italiana después de décadas de problemas financieros, aportes millonarios del Estado, disputas con sindicatos inflexibles y múltiples reestructuraciones.
Según parte de la bibliografía, las mayores dificultades para Alitalia-Línea Aérea Italiana S.P.A. surgieron en la década de 1990, con el auge del modelo low-cost en Europa, lo que hizo que los vuelos cortos y medianos de la firma se volvieran muy deficitarios. Sin embargo, Leonard Berberi, periodista especializado en aviación del diario Corriere della Sera, explica que las inyecciones de fondos públicos comenzaron en los años 70.
“Según los últimos análisis, Alitalia requirió desde entonces un desembolso de entre 10.000 y 12.000 millones de euros”, comentó en diálogo con periodistas.
Berberi señaló que “el rol del Estado italiano en la gestión, con decisiones que no respondían a criterios de la industria, fue parte del problema”. Un ejemplo de esto fue el fracaso en 2003 del acuerdo casi cerrado entre Alitalia y KLM, la principal aerolínea de los Países Bajos, que habría creado uno de los mayores grupos aeronáuticos del mundo.
Tras el colapso de esa fusión, en 2008, se inició la primera reestructuración de Alitalia bajo el control de un consorcio llamado Compañía Aérea Italiana (CAI), que adquirió la aerolínea para fusionarla con la también quebrada Air One. El consorcio asumió deudas por 625 millones de euros y pagó 427 millones en efectivo.
Sin embargo, en 2014, se produjo una nueva reestructuración cuando Etihad Airways, con sede en Abu Dabi, adquirió el 49% de las acciones de Alitalia. En enero de 2015, Alitalia – CAI transfirió oficialmente sus operaciones a la nueva Alitalia-Sociedad Aérea Italiana, con Etihad controlando el 49% y los accionistas italianos, el 51%.
“El último período de dificultades económicas comenzó a finales de 2016, cuando la inversión de Etihad no produjo los resultados esperados. En 2017, un referéndum interno rechazó un plan de recortes, lo que provocó la salida de Etihad y, el 2 de mayo, Alitalia entró nuevamente en proceso de bancarrota”, relató Berberi.
El periodista destacó la compleja relación con los sindicatos. “En algunos casos hubo connivencia, en otros, una total oposición a cualquier cambio. Esto hizo que la empresa fuera menos flexible y más lenta para adaptarse, a veces bajo la presión de las uniones de trabajadores, que también ejercían una fuerte influencia electoral, lo que les permitía decidir sobre muchas cuestiones”.
Con más de 2000 millones de euros en deudas y cientos de millones en boletos vendidos para vuelos futuros, el Estado italiano otorgó entonces a Alitalia un préstamo de 1300 millones de euros en dos tramos (de 900 millones más 400 millones), que posteriormente la Comisión Europea consideró subsidios indebidos.
Más allá de esto y, ante la falta de ofertas concretas, el gobierno italiano optó por crear una nueva Alitalia en 2020. Sin embargo, a solicitud de la Unión Europea, la nueva aerolínea debía nacer sin los pasivos ni los problemas de la vieja empresa, lo que dio origen a Italia Trasporte Aéreo S.P.A, que posteriormente gestionó la aerolínea Ita Airways, la cual adquirió aproximadamente la mitad de los activos de Alitalia.
El logo de ITA
Más recientemente, en mayo de 2023, el gobierno de Giorgia Meloni anunció la privatización de Ita Airways y, el 3 de julio de este año, la Unión Europea le dio el visto bueno a la compra del 41% de la compañía por parte de la línea aérea alemana Lufthansa.
“Técnicamente, Lufthansa aún no ha ingresado en Ita Airways porque el cierre de la operación está condicionado a ciertos requisitos. El objetivo de los alemanes es entrar con el 41% a finales de 2024 para intentar relanzar la compañía. Como es habitual en Lufthansa, las aerolíneas adquiridas no cambian de nombre ni de centro de operaciones, por lo que Ita Airways seguirá llamándose así (aunque ha adquirido la marca Alitalia, por lo que podría usarla) y su sede central seguirá en el aeropuerto de Roma Fiumicino, con una importante presencia también en la aeroestación Milán Linate”, concluyó Berberi.
El análisis del caso ITA está en los pasillos de las oficinas más influyentes del gobierno por esta posibilidad de armar una nueva línea aérea de bandera con menos personal, mientras que en el Congreso se empezaron a discutir dos proyectos para privatizar Aerolíneas Argentinas.