Lunes, 18 diciembre 2023
La sede de la nueva final que disputará Rosario Central ante River Plate está prevista de nuevo en el incómodo Madre de Ciudades, pero la quieren en el Kempes y hasta Mendoza tiene chances. Antecedentes que deben tomarse en cuenta.


Se viene la definición del Trofeo de Campeones entre River Plate y Rosario Central. Seguro será el próximo viernes 22 por la noche. Lo que resta definir es la cancha. Y después de todo lo que ocurrió en el Madre de Ciudades, con el caótico ingreso de los hinchas auriazules, sería un despropósito jugar una nueva final ahí con la cantidad de gente que movilizará uno y otro club, pese a que Santiago del Estero tiene este último partido del año del fútbol argentino ya asignado. La lógica indica que debe jugarse en el Mario Alberto Kempes de Córdoba, también existe la chance del Malvinas Argentinas de Mendoza. Este lunes seguramente habrá una definición.

Estadio Mario Kempes (Córdoba)

Estadio Islas Malvinas (Mendoza)
Las plazas se compran. Santiago del Estero, con su moderno estadio, viene picando en punta en atraer grandes partidos, pero no todo fue color de rosa en la final de la Copa de la Liga entre Central y Platense. Y ante la magnitud de un encuentro tan trascendente, como lo será la nueva final y con la presencia de River, hay cuestiones que deben tenerse muy en cuenta.
Y en dos de ellas la plaza santiagueña quedó en deuda para la final. Una fue sin dudas el ingreso de los hinchas auriazules, sobre todo en el retén ubicado a casi 500 metros de la entrada propia al Madre de Ciudades. Faltaban tres horas para el inicio del encuentro y todo se transformó en un caos cuando las fuerzas de seguridad apenas habilitaron dos espacios para que pueda pasar una verdadera multitud. Todo un despropósito, agravado porque en el medio de los empujones, encima con una temperatuta agobiante, la policía empezó a repartir palos y encima llegó la barra canalla para pasar sus enormes banderas y bombos.
El caos amenazó con agravarse, hubo muchos hinchas sofocados y hasta se lo vio al exDT canalla el Kily González ayudando a varios hinchas a pasar el mal trago. Por fortuna, o porque a alguien se le ocurrió que primara el sentido común, se abrieron los grifos de los ingresos, los simpatizantes auriazules empezaron a sortear el retén más rápido y rápidamente se normalizó la situación. Eso sí, de acuerdo al testimonio de muchos, hubo poco o nulo control de entradas y DNI como se exigía.
Por eso, suponer que Central y River pueden jugar ahí movilizando multitudes de ambos lados, asoma de mínimo como un riesgo. Hubo errores claros en la organización de la seguridad y aunque pueden corregirse, el antecedente ya hace desconfiar.
Además, otro ítem importante es que el césped del Madre de Ciudades lució en muy malas condiciones. Demasiado poceado, se vio seguido como en determinadas acciones se levantaba el pasto y es impensado suponer que en solo seis días podrá estar en perfectas condiciones.
Central fue claramente local el sábado porque Platense desplazó un tercio de la gente que llevó Central, pero con River no cabe otra que debe ser mitad y mitad, y para ambos lados será insuficiente. El traslado también es un inconveniente adicional, sobre todo ahora que los precios de los combustibles fueron liberados y aumentaron desproporcionadamente.
Sin dudas, el Kempes. Pero…
No caben dudas de que por cuestiones de capacidad en el estadio, de logística para ambos planteles y parcialidades, el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba debe ser la sede elegida. Es más, en Central confiaban que finalmente así será.
El ejemplo del partido jugado el sábado 9 de diciembre, por las semifinales de la Copa de la Liga, habla a las claras de que se puede organizar un evento así sin problemas. Los hinchas nunca se encontraron en el trayecto, llegaron por caminos diferentes al estadio y una vez ahí la organización de la seguridad fue impecable.
Los retenes dispuestos fueron organizados de manera que el ancho era importante y había muchos agentes abocados a la tarea al mismo tiempo, tanto de supervisar las entradas como inmediatamente después para el cacheo. Así el ingreso se hizo muy ágil, pese a que también los hinchas debieron pasar las entradas por el molinete. Y hubo casi 30 mil entradas para cada uno, una cifra más que acorde para canallas y millonarios.
El inconveniente por estas horas pasa por saber cómo quedó el campo de juego, luego de que el sábado a la noche se montara el escenario para la Aplanadora del rock, el histórico grupo Divididos que tocó por más de tres horas. Gran parte del público se ubicó, claro, en el lugar donde puede rodar la pelota el viernes. Y se sabe que nunca un recital deja buenas secuelas para el fútbol, sobre todo si hay lluvia de por medio.
La alternativa mendocina
El estadio Malvinas Argentina de Mendoza siempre aparece como alternativa, porque también dispone de amplios ingresos y tiene más capacidad que el santiagueño, unas 42 mil personas, diez mil que el santiagueño.
Ahora bien, hace mucho no se utiliza, no se ha hecho para los partidos decisivos de esta Copa de la Liga, y hoy aparece claramente como una tercera opción.
El Madre de Ciudades es el lugar asignado para la definición del Trofeo de Campeones, que enfrenta al campeón de la Liga Profesional y al de la Copa de la Liga. Si la dirigencia de River y Central se ponen de acuerdo, puede haber cambio de sede. Está por verse.