Domingo, 23 octubre 2022
La inflación dispara el monto de la inversión para el tradicional festejo. Los precios del viaje son fijos pero es difícil acceder al dólar, cada vez más caro. Qué cuesta más
Pablo define a su hija como integrante de la generación que no tuvo viaje de estudios en la primaria, e hizo séptimo grado y primer año de la secundaria en la virtualidad. Por eso, cuando se acercaban los 15 no se animaba a la fiesta, temía que sus compañeros faltaran a la cita. En 2021 Pablo averiguó por paquetes a Disney y el más sencillo valía alrededor de cuatro mil dólares. Cuatro meses antes de su onomástico, la nena se decidió y en tiempo récord para este tipo de festejos, que suelen organizarse y pagarse con un año de anticipación, la celebración se concretó a principios de octubre. Pablo la califica como un acontecimiento modesto, con 80 invitados en horario nocturno pero en un salón infantil. Costó 1.200.000 pesos, es decir lo mismo que el viaje de una semana a Estados Unidos si se toma como referencia un dólar a 300 pesos.
“Con la inflación que hay se va muchísimo dinero en una fiesta, que es una sola noche. Habría que pensar en incentivar los viajes, quizás por la Argentina, no necesariamente a Orlando y Miami”, conjetura y le pone palabras al dilema de un sector de la clase media que todavía puede formularse esta pregunta millonaria. La respuesta es incierta.
“Está muy difícil para una familia tipo sostener un cumple de 15, porque una fiesta no baja de los dos o tres millones de pesos. Hay un sector que no puede realizar más ese tipo de festejo, tampoco el viaje a Disney por las dificultades para el acceso al dólar”, plantea Pablo Raimondo Anselmino, productor de eventos. “Paradójicamente la fiesta es más barata que nunca en dólares, el problema es que ningún salario va de la mano del valor del dólar. Antes el viaje a Disney era más accesible, había dólar oficial disponible en grandes cantidades”, resume el planificador de fiestas la complejidad del panorama.
La agencia Fifteen (quince en inglés) anuncia en su página web los montos fijos de sus paquetes para las temporadas 2023, 2024 y 2025 (los contingentes salen en enero/febrero y julio, cuando las chicas tienen vacaciones). Algo difícil de creer en un país donde los presupuestos mueren como las flores de los cactus a las 24 horas; pero claro, aquí están expresados en billetes verdes. El pago se financia en 36 cuotas, con tres años de anticipación. El plan más barato (siete noches) arranca en 4.465 dólares, el intermedio de once noches está valuado en 6.225 y el de 14 noches (algunas en Punta Cana, República Dominicana) en 6.950. Todas las tarifas tienen los impuestos incluidos.
Néstor Franceschina se desempeña en el rubro turismo desde 1994 y a partir de 2008 específicamente con quinceañeras en distintas empresas. Consultado por La Capital, planteó que las niñas empiezan a pensar en trasladarse al reino de Mickey cuando están en séptimo grado o primer año. Si se deciden, ya entonces sus familias pueden firmar un contrato cuyo precio se mantiene en dólares, al punto de que hay operadores que en estos días venden paquetes con salida en 2027.
“En cambio una fiesta para el año que viene no sabés cuánto va a salir. Solo se puede prever lo que pasa hoy”, manifiesta en relación a lo incierto de la economía nacional, pues no solo aumentan los valores de los insumos, sino que es posible que aparezcan nuevos impuestos, como acaba de suceder alterando el precio del llamado dólar turista. Si a esta altura del partido el lector no está mareado, deberá tener en cuenta otro detalle que señala Franceschina: “La visa a Estados Unidos se tramita de forma particular y están dando turnos recién para agosto/septiembre de 2024. Tiene un costo de 160 dólares”.
“No es solo el alquiler del salón o la comida, sino los adicionales”, sigue Pablo sobre su experiencia como padre de una quinceañera que se inclinó por el festejo. Entre los extras suculentos aparecen la ambientación, un sector para fotos, el candy bar, el cotillón, el video cronológico, la maquilladora que llega en medio de la celebración y pinta a todas las invitadas y hasta un robot luminoso y bailarín. “Es un efecto multiplicador, todo un mundo en el que te vas metiendo y del que comen muchas personas, pero cuando te das cuenta es un choclo”, admite.
El productor de eventos Raimondo Anselmino confirma que la tendencia es darle preponderancia a lo visual en las fiestas donde participan jóvenes y adolescentes. “Las puestas en escena se van superando día a día: hay mucha tecnología, se usa que haya contenido todo el tiempo para que los chicos los puedan compartir en redes, que no queden huecos, que sea todo una seguidilla de cosas. Se buscan interacciones”, sintetiza el efecto de la época y aclara: “No es lo mismo la tarjeta de un cumple de 15 que la de una graduación, porque ésta incluye todos los costos de los actores que intervienen y normalmente vale un poco más. Pero en el general del evento, el cumpleaños termina saliendo más porque le vas agregando cosas”. La ventaja es que se puede pagar en cuotas y en pesos.
En cualquier caso, viaje o fiesta, las cifras a abonar alcanzan los seis ceros.