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Desde el Sur, Cristina Kirchner y Mauricio Macri descansan y arman un 2023 que los tenga como protagonistas excluyentes

Ene 1, 2023

Domingo, 01 enero 2022

Cristina Kirchner y Mauricio Macri planifican el año electoral. No se sabe si van a ser candidatos, pero no quieren quedarse afuera de la pelea. El afán de seguir siendo los jefes.

La pelea parece entre Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta por los fondos de la coparticipación. Pero detrás de ese conflicto de la superficie hay uno más profundo. Cristina Kirchner y Mauricio Macri pujan por los fondos para sus bastiones electorales. No pelean por plata, sino por poder. Cada uno hace su negocio en el territorio que actúa como base de su proyección nacional. Esa es la grieta política de fondo. Cristina quiere la plata para el conurbano y Macri (por intermedio de Larreta) para la Ciudad. Después buscan argumentos legales y políticos para sostener una u otra posición.

  • Unos comparan el Presupuesto de la Ciudad con el de otras ciudades del país, desconociendo que CABA tiene un status jurídico similar al de una provincia (Córdoba capital no tiene un senador, por ejemplo).
  • Otros plantean que la Ciudad de Buenos Aires le da servicios a todo el país y no solamente a los habitantes porteños y que por lo tanto merece fondos extra.
  • Unos dicen que hay que distribuir los fondos entre las zonas más pobres.
  • Otros plantean que los fondos solo se distribuyen en el conurbano bonaerense.

En definitiva, es una pelea por distribuir la miseria. Cada uno quiere repartírselo a sus votantes, sea a través de planes sociales o a través de la construcción de una plaza seca en algún callejón porteño. En el medio del tiroteo quedamos todos. Así fue 2022 y así será 2023. La política, cada vez más referenciada sobre sí misma y cada vez más lejos de los problemas cotidianos de la gente.

Quizás la muestra más precisa de esto la dio esta semana el presidente Alberto Fernández. Ya vamos a ir a ese punto.

Las vacaciones de Cristina y Macri

Cristina y Macri están en el sur. La vicepresidenta en Santa Cruz, pasando las fiestas con su familia. Mauricio Macri, en Cumelén, un barrio privado en Villa La Angostura. Ahí suelen brindar a las 12 cuando empieza el nuevo año.

Macri volvió hace pocos días de Qatar. Sus charlas están hegemonizadas por el fenómeno Messi. Está fanatizado. Dice que el modelo de la Selección es el camino a seguir para lograr el éxito: perseverancia, trabajo y bajo perfil. Sintió cierta satisfacción de que los jugadores no se sacaran fotos con Alberto ni Cristina.

En el verano tiene previsto hacer política. Va a presentar su libro en la Costa y se lo verá en distintas recorridas por el país. No va a haber definiciones de fondo sobre candidaturas. Por ahora insiste en que no es candidato a nada. De apoyar a un postulanete del PRO, recién lo haría para abril o mayo. Entiende que los candidatos necesitan lanzarse antes.

Cristina Kirchner no da pistas sobre su futuro inmediato. Había dicho que se bajaba de las candidaturas en 2023. Aunque la semana pasada dejó claro que no lo hace por voluntad propia, sino porque la proscriben.

Cristina y Macri están en el sur. Ella, en Santa Cruz, pasando las fiestas con su familia; él, en Cumelén (Foto: Telam).

Cristina y Macri están en el sur. Ella, en Santa Cruz, pasando las fiestas con su familia; él, en Cumelén (Foto: Telam).

Entre sus prioridades está que Alberto no busque la reelección. Siente que ese es un tema terminado. No es casual que dos de sus funcionarios leales hayan dejado el Gobierno en los últimos días: Felix Crous de la Oficina Anticorrupción; y Victoria Donda del Inadi.

La orden que dio Cristina fue clara: “Todos son mariscales”. O sea, el que quiera lanzarse como candidato, que se lance. Que no esperen el ok de ella. Todos juegan, ella dará su bendición final. El único vetado es Alberto.

En el peronismo quieren que el candidato sea Sergio Massa. Creen que si la inflación llega al 3% en abril tiene chances. Alberto cree algo similar pero con él mismo. Muchos piensan que la fórmula podría ser Massa – “Wado” de Pedro.

Aunque el experimento de poner a un moderado con un kirchnerista duro ya fracasó dos veces. Con Scioli – Zannini en 2015 perdieron la elección; con Alberto-Cristina en 2019 ganaron, pero no pudieron gobernar. ¿Por qué el electorado volvería a apostar por algo así?

Cristina Kirchner espera. Va a seguir construyendo políticamente. No va a dar ningún paso al costado. En el peor de los casos va a ser la jefa de la oposición. Su liderazgo, a diferencia del de Macri, tiene una particularidad: ella gana una PASO en cualquier encuesta entre votantes del Frente de Todos y es la única que enciende esperanzas entre los seguidores del kirchnerismo.

Su ausencia en las boletas, según analizan en el peronismo bonaerense, puede generar una pérdida de 12 puntos entre sus propios votantes; una parte, de esos electores -desencantados- no irían a votar; otros votarían por Javier Milei como opción antisistema.

La situación de Macri es mucho más difusa. Esta semana se conoció una encuesta de la consultora “Circuitos” en la Ciudad, principal bastión del PRO en el país. Se preguntó de manera abierta a qué dirigente prefieren como candidato a Presidente. Juntos por el Cambio se lleva el 48,4%. Pero entre las opciones, Macri aparece tercero en intención de voto:

  • Patricia Bullrich: 21%
  • Horacio Rodríguez Larreta: 16,7%
  • Mauricio Macri 10,7%

Macri es el líder simbólico del espacio. Pero a diferencia de Cristina Kirchner, los votos no lo acompañan. Queda tercero incluso en el lugar donde nació políticamente y donde fue 8 años jefe de Gobierno. Larreta y Bullrich conocen tal debilidad y juegan con eso. En cambio, en el peronismo ningún candidato le gana a Cristina en una PASO. Aunque ella sabe que no tiene chance en la elección general.

Macri y Larreta, ¿una relación rota?

Macri está en Cumelén, el barrio privado de Villa La Angostura en que suele pasar sus vacaciones a fin de año. Casualmente o no, Rodríguez Larreta también se fue ahí a pasar año nuevo. “Sería raro que no nos juntáramos estando a pocos kilómetros de distancia”, había dicho Larreta en una entrevista hace pocos días. Hasta el cierre de esta nota, el encuentro no se había producido o no se había informado.

¿La reunión sería una muestra de apoyo de Macri a la candidatura de Larreta? Nada más lejos. En los próximos días también va a ir Patricia Bullrich a Cumelén, cuando termine sus vacaciones en Brasil. Una muestra de que Macri todavía no eligió. Es el jefe -así se siente- y no va a dejar que nadie le marque la cancha.

En los últimos días trascendió también que le iba a pedir tres ministerios a Larreta en caso de que llegara a la presidencia. En el entorno de Macri lo desmienten. Un jefe no pide nada; exige.

Las cosas entre Macri y Larreta no están del todo bien. Es cierto que hubo acercamientos. Pero hubo algunos gestos de Larreta que cayeron mal en el macrismo.

Las cosas entre Macri y Larreta no están del todo bien: hubo algunos gestos del jefe de gobierno porteño que cayeron mal en el macrismo (Foto: archivo).

Las cosas entre Macri y Larreta no están del todo bien: hubo algunos gestos del jefe de gobierno porteño que cayeron mal en el macrismo (Foto: archivo).

Quizás el más fuerte se dio el día de la conferencia de prensa por la coparticipación, donde sus funcionarios salieron con carteles que decían “Basta de grieta”. No era un mensaje solo para el kirchnerismo.

“Profundizar la grieta es una traición a la patria. Los que se siguen aprovechando de la grieta hoy saben que le están haciendo un daño grande a los argentinos, lo saben», había dicho Larreta. Macri es uno de los polos de esa grieta.

Otro gesto que no cayó bien fue la incorporación de Martín Redrado al gabinete porteño. Guido Sandleris, que fue presidente del Central y que integra equipos de Larreta, lo expuso en Twitter. “Me pregunto si @martinredrado en algún momento se va a retractar de esta pavada que dijo después de las PASO de 2019”, planteó. Redrado había denunciado a Macri en 2019 por “liberar al dólar como un modo de aleccionar a los argentinos” que le habían votado en contra.

El acuerdo se está buscando. Pero no es solo con Horacio. No va a desconocer a Patricia, que hoy lidera cualquier encuesta dentro del espacio. Con ella se juntó en los días que estuvo en Buenos Aires tras la salida del mundial”, dicen cerca de Macri. Además, relativizan el peso de los acuerdos superestructurales que sella Larreta. “La gente no sabe quién es Redrado o Lospenatto”, se ríen.

En el macrismo reconocen que Larreta es el que más tracciona votos por el centro y el dirigente con mejor imagen neta del país. Pero hoy Patricia Bullrich lidera la intención de voto en las PASO. “La gente, para una pelea, quiere a los duros, no a los blandos”, plantean.

Algunos en el PRO insisten en que Macri y Larreta son socios (o jefe y empleado), y que a la larga Macri lo va a terminar eligiendo. Además, el expresidente desconfía de Patricia Bullrich.

Otros dicen que las diferencias con «Horacio» son irreconciliables. Después del 2020 y el manejo de la pandemia, Macri tuvo un enojo permanente con Larreta que no se quita.

Mientras tanto, las prioridades de Alberto Fernández

En el medio (y al margen de esto) está Alberto Fernández, el Presidente de la Nación. Es uno de los dirigentes con peor imagen del país, según todas las encuestas.

En medio de esa decadencia, producto de una gestión que hace agua por todos los costados, dio el miércoles una entrevista al canal amigo C5N. Dejó importantes definiciones de lo que son sus prioridades. La entrevista duró 1 hora 20 minutos.

  • Los primeros 5 minutos habló de la economía con Massa.
  • Los siguientes 45 minutos habló de la Justicia y la Corte Suprema.
  • Solo volvió a la agenda de temas cotidianos por una pregunta de un panelista.
  • “Mi primera preocupación es que el Frente de Todos gane en 2023”, dijo. Ni la economía, ni la educación, ni la obra pública… El Presidente se levanta y se va a dormir pensando en su reelección o en la de alguno de se espacio.
“Mi primera preocupación es que el Frente de Todos gane en 2023”, dijo en una entrevista (Foto: archivo).

“Mi primera preocupación es que el Frente de Todos gane en 2023”, dijo en una entrevista (Foto: archivo).

Después se dedicó a la poesía barata :

  • “Enfrentamos la pandemia, enfrentamos a la guerra y este año vamos a salir adelante”.
  • “Proponen que estamos gastando mucha plata en Salud y en universidades”.
  • “Lincoln decía que no se le puede mentir a todos, todo el tiempo” (frase apócrifa por cierto).
  • “No hemos logrado resolver muchas cosas. Hemos hecho hacer una Argentina más desigual, con un norte y un sur más empobrecido”. Y luego siguió con descripciones de las soluciones que habría que implementar pese a que no lo hizo en tres años…
  • Por último habló de temas internacionales, propuso mediar para resolver la guerra en Ucrania y cerró hablando otra vez de Justicia con el caso Milagro Sala.

Otra vez: ¿dónde tiene puestas las energías el Gobierno? ¿Dónde las tendrá el año que viene? ¿Se puede pensar en las soluciones de largo plazo del país si la principal preocupación de Alberto Fernández es cómo se gana las elecciones?

Más allá de esto, resultó interesante un tramo de la entrevista en que habló de la transparencia en su gobierno:

  • “Durante años, los espías iban a los tribunales a tranzar con los jueces la resolución de la causa. Eso hace mucho que no pasa”.
  • “Y la AFI me trae informes sobre lo que pasa en Ucrania y Rusia, pero no sobre lo que ustedes hacen (los periodistas) ni sobre dirigentes opositores”.
  • «Tampoco hay empresarios que me puedan decir que les mandamos a la AFIP por criticar al Gobierno”.
  • “Y no hay un solo empresario que pueda decir que alguien le pidió una coima para darle obra pública”.
  • “Y no hay un solo empresario que pueda decir que Alberto Fernández le pidió un 1% para que yo hiciera campaña”.

“¿Esos no son cambios importantes en una Argentina que debatió décadas esa miseria?”, se preguntó.

Alberto Fernández advirtió que es un problema de “décadas”: de hecho, la mayoría de esas prácticas se atribuían al gobierno de Néstor y Cristina. Contrastes.

Por Fabian