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De la euforia a la prudencia: Bolsonaro y Lula relanzan sus campañas mientras crece la división en la calle

Lunes, 03 octubre 2022

Desde San Pablo | El resultado final de la elección presidencial en Brasil le dio un impulso al actual mandatario e hizo recular al Partido de los Trabajadores. El final está abierto.

Jair Bolsonaro Luiz Inácio Lula da Silva serán los principales actores de una novela dramática que concluirá el próximo 30 de octubre cuando se conozcan los resultados definitivos de la segunda vuelta presidencial en Brasil. Muchos deseaban que todo se definiera este último domingo, pero las encuestas volvieron a fallar y el final quedó abierto.

A lo vibrante que ya de por sí es San Pablo, a lo largo de los últimos días se le sumó un vértigo digno de una sociedad tan polarizada y dividida como la brasilera. Muestra fehaciente de ello es la cantidad de votos que en conjunto sacaron los dos principales candidatos: sumaron el 91,36% de los sufragios, lo que significa que 108.329.392 personas -de las 156 millones habilitadas- eligieron por alguno de ellos dos.

“Primó el voto vergüenza”, analizaban las columnas de opinión de Folha do Sao Pablo y O Estado de Sao Pablo, los diarios más importantes del estado. Hacen referencia a esos votantes que, previo a las elecciones, no querían decir que se inclinarían por el actual presidente pero a la hora de concurrir a las urnas electrónicas terminaban por ingresar el número electoral de Bolsonaro.

El sube y baja de emociones también se sintió en la noche de ayer en gran parte de las calles de todo Brasil, pero sobre todo en el búnker del Partido de los Trabajadores. La fiesta estaba armada para festejar un triunfo en primera vuelta como preveían los sondeos. Pero a medida que los resultados se iban consolidando, la alegría inicial pasaba a preocupación para terminar en prudencia.

Calle caliente y sociedad dividida

“Ganará Lula”, lanzaba uno. “No, eso es mentira, las encuestas siempre mienten”, le respondía otro. Esta conversación se repite en gran parte de los espacios públicos por los que transitó TN en los últimos días en San Pablo. Las históricas elecciones no fueron la excepción: la avenida Paulista, las escuelas y muchas otras esquinas de esta vibrante ciudad se colorearon con remeras y afiches a favor de Lula o Bolsonaro.

De la euforia a la prudencia: Bolsonaro y Lula relanzan sus campañas mientras crece la división en la calle

A medida que se acercaba el horario de cierre de las urnas electrónicas -que tuvieron un buen desempeño pese a las críticas y dudas iniciales que el presidente brasileño intentó sembrar- era evidente cómo iba creciendo la expectativa y el nerviosismoBares con grupos de simpatizantes del mismo partido mirando la tele. Otros caminando de acá para allá con la radio en el celular. Fuegos artificiales aislados.

El Partido de los Trabajadores, tal vez con exceso de optimismo según reconocieron por debajo a este medio alguno de sus más importantes miembros, había organizado todo para que fuese una fiesta. Un gran hotel a pocas cuadras del centro de San Pablo tenía una gran sala destinada a periodistas, otro anfiteatro listo para el discurso y una caravana de seguridad que llevaría a Lula a reunirse con sus seguidores en la avenida Paulista.

El esquema se cumplió, pero no con el final previsto por el propio Lula. Las sonrisas empezaron a desdibujarse temprano cuando los primeros votos dejaron de ser meras tendencias aisladas y se volvían números concretos de lo que terminaría siendo el resultado final: una diferencia mucho más chica de la esperada que abre la puerta a un final incierto en la segunda vuelta del 30 de octubre.

Volver a empezar

Cada comando de campaña pidió puertas adentro que fuesen los candidatos quienes dieran una mirada. Fue así como Lula dio un discurso en San Pablo y Bolsonaro lo hizo en Brasilia, donde esperó el resultado de las elecciones en el Palacio de la Alvorada, residencia presidencial oficial. Ninguno festejó. Tampoco bajaron el tono. Sí coincidieron en que empezaba una nueva campaña que, se espera, será incluso más intensa que la anterior.

El propio PT convocó a una reunión de coordinación para el lunes a la tarde. Lula fue claro: “Mañana mismo -por el lunes- empezaré la nueva campaña”. De este lado de la vereda buscarán tejer alianzas y atraer el voto de Simone Tebet y Ciro Gomes, que entre los dos suman unos 7% de votos fundamentales para ganar la segunda vuelta.

Por su parte, confiado con el impulso que le dio el número final, el presidente Bolsonaro saldrá a buscar a esos votantes que no votaron por Lula por los antecedentes de corrupción que tuvo el PT, pero que tampoco lo eligieron a él para que gobierne otros cuatro años en Brasil. Tal como graficó Folha do Sao Pablo “ambos enfocarán su campaña en aquellos estados donde 4 de cada 10 votantes los votó”.