Miércoles, 04 de Diciembre 2024
Si se usa de manera ineficiente durante un tiempo prolongado, su consumo puede elevar considerablemente el monto de la factura.
El consumo energético es uno de los principales culpables del elevado costo de las facturas de luz. En este marco, uno de los grandes interrogantes es el siguiente: ¿Cuál es el electrodoméstico que más energía consume? La respuesta es concisa: el aire acondicionado.
El aire acondicionado, especialmente en épocas de calor, puede llegar a representar una gran parte del gasto mensual en electricidad. Si se usa de manera ineficiente o a temperaturas demasiado bajas, su consumo puede elevar considerablemente el monto de la factura.
Este electrodoméstico consume tanta energía porque necesita mantener una temperatura constante en un espacio cerrado. A medida que está en funcionamiento, usa un sistema de refrigeración que implica compresores y ventiladores, que requieren mucha energía.
¿Cómo reducir el consumo de aire acondicionado?
- Mantenerlo en una temperatura razonable, entre los 24 y 26° C.
- Optar por modelos con etiquetas de eficiencia energética A+++, que garantizan un menor consumo sin sacrificar el rendimiento.
- Realizar un buen mantenimiento, como la limpieza periódica de los filtros y verificar el sellado de las puertas y ventanas, ya que esto puede mejorar la eficiencia del aparato.
- Usar ventiladores en lugar de encender el aire acondicionado.
Tres materiales para limpiar los filtros del aire acondicionado
- Aspiradora.
- Agua tibia.
- Detergente suave.
El procedimiento para limpiar los filtros del aire acondicionado
- Apagar y desenchufar el aire: antes de iniciar el proceso, garantizar que la unidad esté apagada y desconectada.
- Acceder a los filtros: quitar la cubierta frontal o lateral que resguarda los filtros, dependiendo del modelo del aire (ante la duda consultar el manual).
- Retirar los filtros: extraerlos con cuidado para no dañarlos.
- Aspirarlos: con la aspiradora darle una primera limpieza superficial para eliminar polvo y suciedad.
- Limpiarlos: verificar en el manual que sean lavables; usar agua tibia y un detergente suave.
- Enjuagar: lavarlos con agua tibia y dejar secar al aire.
- Reinstalarlos: una vez que estén completamente secos, alienarlos y colocarlos nuevamente.
- Encender el aire acondicionado: prenderlo y dejarlo un rato para asegurarse de que funcione correctamente.