Sabado, 07 enero 2023
Ciertos microorganismos pueden proteger contra la enfermedad mientras que otros contribuyen a su desarrollo, según un amplio estudio del Cedars-Sinai de EEUU
La diabetes es una enfermedad crónica que se presenta cuando el páncreas no secreta suficiente cantidad de la hormona que regula el nivel de azúcar en la sangre (insulina) o cuando el cuerpo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La forma más habitual de esta enfermedad es la diabetes tipo 2, que se da en el 80 a 90% de los casos.
La evidencia científica advierte que, en las últimas décadas, la prevalencia de la diabetes tipo 2 ha aumentado de forma exponencial en todo el mundo y junto con este crecimiento se han multiplicado las investigaciones para profundizar en sus desencadenantes y posibles tratamientos.
Ahora, un estudio en curso dirigido por investigadores del centro médico Cedars-Sinai de Los Ángeles, EEUU. encontró que un tipo de bacteria que se encuentra en el intestino puede contribuir al desarrollo de la diabetes tipo 2, mientras que otra puede proteger de la enfermedad.
Según los hallazgos de los científicos, las personas con niveles más altos de una bacteria llamada Coprococcus tienden a tener una mayor sensibilidad a la insulina, mientras que aquellos cuyos microbiomas tienen niveles más altos de la bacteria Flavonifractor suelen tener una sensibilidad a la insulina más baja. Los resultados fueron informados en la revista Diabetes, la publicación especializada de la Asociación Americana de Diabetes.
Se estima que el 45% de las personas con diabetes no tiene diagnóstico y que, en su enorme mayoría, tienen diabetes tipo 2 (Europa Press)
Durante años, los investigadores han buscado comprender por qué las personas desarrollan diabetes estudiando la composición del microbioma, que es una colección de microorganismos que incluyen hongos, bacterias y virus que viven en el tracto digestivo.
Se cree que el microbioma se ve afectado por los medicamentos y la dieta. Los estudios también han encontrado que las personas que no procesan la insulina adecuadamente tienen niveles más bajos de cierto tipo de bacteria que produce un tipo de ácido graso llamado butirato.
Mark Goodarzi, director del Laboratorio de Genética Endocrina del Cedars-Sinai, encabeza el Estudio de Evaluación Longitudinal de Microbioma e Insulina (MILES, por sus siglas en inglés), que está en curso y cuyo objetivo es analizar los cambios a lo largo del tiempo entre la homeostasis de la insulina y las bacterias intestinales.
Los investigadores involucrados en MILES han estado recopilando información de adultos de entre 40 y 80 años de edad desde 2018. Un estudio de cohorte anterior del ensayo MILES había encontrado que el nacimiento por cesárea está asociado con un mayor riesgo de desarrollar prediabetes y diabetes
Un efecto común de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (es decir, la glucemia elevada), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas del cuerpo, sobre todo los nervios y los vasos sanguíneos (Europa Press)
Para el estudio más reciente que surgió de este ensayo en curso, los investigadores analizaron datos de 352 personas sin diabetes informada. Se pidió a los participantes del estudio que asistieran a tres visitas clínicas y recolectaran muestras de heces antes de las visitas.
Los investigadores analizaron los datos recopilados en la primera visita. Realizaron la secuenciación genética en las muestras de heces para estudiar los microbiomas de los participantes y buscar específicamente bacterias que estudios anteriores habían encontrado que estaban asociadas con la resistencia a la insulina. Cada participante también llenó un cuestionario de dieta y realizó una prueba de tolerancia a la glucosa oral, que se utilizó para determinar la capacidad de procesar la glucosa.
Los investigadores encontraron que 28 personas tenían resultados de tolerancia oral a la glucosa que cumplían con los criterios de diabetes. También encontraron que 135 personas tenían prediabetes , una condición en la que los niveles de azúcar en la sangre de una persona son más altos de lo normal pero no lo suficientemente altos como para cumplir con la definición de diabetes.
El equipo de investigación analizó las asociaciones entre 36 bacterias productoras de butirato y la capacidad de una persona para mantener niveles normales de insulina. Controlaron factores que también podrían contribuir al riesgo de diabetes de una persona, como la edad, el sexo, el índice de masa corporal y el origen étnico.
El reciente estudio señaló que los pacientes con una bacteria llamada Coprococcus tienden a tener una mayor sensibilidad a la insulina, mientras que aquellos cuyos microbiomas tienen niveles más altos de la bacteria Flavonifractor suelen tener una sensibilidad a la insulina más baja (Europa Press)
Los científicos encontraron que Coprococcus y bacterias relacionadas formaron una red de bacterias con efectos beneficiosos sobre la sensibilidad a la insulina. A pesar de ser un productor de butirato, Flavonifractor se asoció con la resistencia a la insulina; el trabajo previo de otros ha encontrado niveles más altos de Flavonifractor en las heces de las personas con diabetes.
Los investigadores continúan estudiando muestras de pacientes que participaron en este estudio para aprender cómo cambia la producción de insulina y la composición del microbioma con el tiempo. También planean estudiar cómo la dieta puede afectar el equilibrio bacteriano del microbioma.
Goodarzi enfatizó, sin embargo, que es demasiado pronto para saber cómo las personas pueden cambiar su microbioma para reducir el riesgo de diabetes.
Respecto a los cambios en la dieta que pudieran disminuir el riesgo de diabetes, el investigador principal dijo que es demasiado pronto para dar indicaciones, aún falta más estudios. “En cuanto a la idea de tomar probióticos, eso sería realmente algo experimental. Necesitamos más investigación para identificar las bacterias específicas que debemos modular para prevenir o tratar la diabetes, pero probablemente eso ocurrirá en los próximos cinco a 10 años”, concluyó el líder de la investigación.