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Crece en Rosario la migración desde las escuelas privadas a las públicas

Ago 30, 2023

Miercoles, 30 agosto 2023

En el Ministerio de Educación admiten que la crisis económica hace crecer los pases de alumnos a los establecimientos oficiales. Los subsidios son fundamentales para sostener los establecimientos

El fenómeno comenzó durante la pandemia y se aceleró en los últimos meses, acompañando el crecimiento de la inflación y la disminución del poder adquisitivo de los salarios. En las oficinas administrativas de los colegios de gestión privada empezaron a recibir más pedidos de pases de alumnos hacia escuelas de menor arancel o establecimientos públicos. En el Ministerio de Educación de la provincia reconocen que la migración de alumnos a las escuelas oficiales está en alza, sobre todo en el nivel secundario. Y en los colegios privados advierten que hay más pedidos de ayuda de las familias y más morosidad en el pago de las cuotas. En este escenario, los subsidios que reciben las colegios son clave para mantener el servicio educativo.

Este movimiento de estudiantes es otro de los costados de la crisis que atraviesa la economía argentina. De acuerdo a los últimos datos del Instituto de Estadísticas y Censo (Indec) en julio pasado, el valor de la canasta básica total registró una suba del 7,1 %; por encima de la inflación del mes, que fue del 6,3 %. Una familia de cuatro integrantes (una pareja, con niños de 8 y 6 años) necesitó reunir en julio $ 248.962 para no caer en la pobreza. Los gastos relacionados con educación representan el 2 % del costo de sostener un hogar.

En Rosario, de acuerdo al relevamiento de precios que realiza el Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (Ceysac), el monto fue mayor. El gasto de una familia tipo en julio fue de $ 337.821,72; los costos de los denominados «servicios para las personas», entre los que se encuentra la educación, se incrementaron en un mes un 8,61 %.

«La cuota de un colegio es lo último que se deja de pagar o que se recorta de los gastos familiares, pero a veces no hay más opciones», asegura el responsable legal de un colegio del centro de la ciudad, donde este último año notaron que la mayoría de sus nuevos alumnos llegaban desde escuelas con altos aranceles.

Para el directivo, «este corrimiento de chicos que dejan de asistir a colegios de cuotas altas para sumarse a instituciones de valor intermedio pasa también entre los alumnos de los colegios de aranceles medios que ingresan a escuelas públicas».

No hay estadísticas oficiales que muestren estos traslados. Sin embargo, es un tema frecuente de conversación entre supervisores, directores y docentes. «Los pases de escuela se efectivizan entre las mismas direcciones de los establecimientos. Por eso no hay un registro cuantitativo y riguroso de estos movimientos. No obstante, desde la pandemia estamos viendo una migración sostenida de la educación de gestión privada a la de gestión estatal», explica el titular de la delegación local del Ministerio de Educación provincial, Osvaldo Biaggiotti.

En el sistema centralizado de información educativa (Sigae) se manifiesta un incremento de la matrícula de los colegios de gestión pública y cierta merma de algunas escuelas privadas. «No es contundente, pero la curva de pases de privadas a públicas está levemente en alza», dice el funcionario y advierte que «este fenómeno ocurre en todos los períodos de crisis económica y de afectación de poder adquisitivo del salario».

La migración se verifica sobre todo en el nivel secundario y también tiene una territorialidad singular. «Se nota más en los barrios periféricos, del sur, norte, noroeste y oeste, en la franja más cercana a la avenida de Circunvalación. Las escuelas privadas del microcentro suelen tener más estabilidad en la matrícula», señala Biaggiotti.

En Santa Fe hay 850 escuelas de gestión privada a las que asisten unos 250 mil alumnos. Esto significa que 3 de cada 10 chicos santafesinos van a una escuela privada. El último aumento en las cuotas se registró en el mes de mayo. Entonces, los colegios pasaron a cobrar entre 10 mil y 32 mil pesos, de acuerdo al porcentaje de aporte estatal que reciben.

Sin embargo, muchos están por debajo de estas cifras. Sobre la primera mitad del año empezaron a notar un aumento en la morosidad en los pagos de las cuotas que, actualmente, llega en algunos colegios al 50 % del alumnado. «En algunos colegios la cuota no pasa de 4 mil pesos, y siempre es voluntaria», señala Javier Bilbao, secretario ejecutivo de la Junta Arquidiocesana de Educación Católica de Rosario (Jaec), la institución que representa a 110 escuelas confesionales que dependen del Arzobispado local.

Bilbao destaca que «en épocas de inestabilidad, como esta, se produce un efecto cascada: los alumnos pasan de una escuela de mayor cuota a una de aranceles más bajos o a una escuela pública». De todas formas, advierte que «en los colegios se acompaña a las familias en sus dificultades, por eso no hay tantos pases entre escuelas».

Para surfear las dificultades económicas, explica que en las escuelas se siguen las mismas estrategias que en las familias de sus alumnos: se renueva menos el equipamiento, se reducen salidas educativas, el mantenimiento del edificio se baja a lo elemental. «Son las cosas que se ajustan para poder seguir desarrollando nuestra tarea», resume Bilbao.

Subsidios, la clave

Esta semana, desde la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia de Buenos Aires, se advirtió que existen por lo menos unos 30 colegios asociados a la entidad que están en riesgo serio de cierre por la imposibilidad de afrontar la situación económico financiera.

La realidad de los colegios santafesinos no es tan crítica, debido a los subsidios que reciben desde el gobierno provincial. La mayoría de los colegios de nivel inicial, primario y secundario recibe ayuda estatal para su funcionamiento. De acuerdo a datos oficiales, 644 colegios (el 75 por ciento) perciben el cien por ciento de subsidio estatal para cubrir los costos de su planta docente, otras 109 escuelas reciben 80 por ciento de subsidio para el pago de sueldos y además hay 41 escuelas que reciben aportes que van del 60 al 40 por ciento. Sólo 50 establecimientos no reciben aportes.

«Las familias tienen problemas de pago, pero eso no impacta tanto en la economía de los colegios santafesinos por el aporte que hace el Estado», explica el titular del gremio que representa a los docentes de escuelas privadas (Sadop), Martín Lucero.

Según analiza el referente sindical, «existe un grupo de colegios que en tiempos de crisis económica ven resentidos el pago de las cuotas. Pero también es cierto que Santa Fe tiene una particularidad: es la provincia del país que más aporta a la educación privada. La educación privada santafesina es muy pública, ya que el 94 por ciento de los colegios reciben algún subsidio del Estado, cosa que no pasa en ningún lugar del país», remarca el gremialista.

Este año, la provincia destinará 150 mil millones de su presupuesto anual al subsidio de escuelas privadas. «Por eso los colegios pueden sentir algún coletazo de la crisis, pero no se trata de una crisis terminal, porque es altísimo el subsidio que reciben, y como este aporte aumenta en función de la paritaria docente, mantiene su valor», concluye.

Por Fabian