Miercoles, 09 agosto 2023
En Santa Fe el uso del monopatín eléctrico se extendió a la salida de la pandemia del coronavirus. Son económicos en relación con otros medios y no consumen combustible. En su mayoría son elegidos por jóvenes que lo utilizan para ir a estudiar o trabajar.
En muchas ciudades del mundo los monopatines eléctricos dejaron de ser una novedad y su uso es frecuente, pero en Argentina y en particular en la provincia de Santa Fe, su incipiente utilización comenzó a partir del 2019 y desde la salida de la pandemia del coronavirus se comenzaron hacer masivos.
El uso del monopatín eléctrico se trata de un fenómeno silencioso pero que tomó un fuerte impulso y fue transformando la manera en que muchos de sus habitantes se desplazan por las calles urbanas. Rápidamente se convirtieron en una alternativa de movilidad cada vez más popular en las ciudades de Rosario y Santa Fe, impulsados por tres grandes ejes: economía, ecología y flexibilidad.
El bajo costo de mantenimiento del monopatín es uno de los principales atractivos. En relación al automóvil o la motocicleta, no consumen combustible, no es obligatorio un seguro y no requiere ningún mantenimiento. En comparación con los taxis y el transporte público, estos vehículos ofrecen una opción más económica y eficiente para moverse por la ciudad. De esta forma se convirtieron en una alternativa atractiva para aquellos que buscan desplazarse de manera ágil sin romper su presupuesto.
Respecto a la parte ecológica, no genera gases ni provoca ruidos externos lo que contribuye a disminuir la contaminación ambiental y sonora. A su vez, su flexibilidad y practicidad lo convierten en un elemento seductor para jóvenes al momento de ir a estudiar o trabajar.
En Argentina, de acuerdo a la resolución del 2020 de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), organismo dependiente del Ministerio de Transporte, los monopatines y patinetas eléctricas sólo pueden circular por las ciudades (calles y avenidas), la velocidad máxima es 30 km/h y la utilización del casco es obligatoria.
Además, este tipo de vehículos deben poseer un sistema de freno que permita una detención total del mismo e iluminación delantera y trasera. Por otra parte, se prohíbe su uso a menores de 16 años y que sólo podrá circular una persona, sin acompañante.

Los monopatines eléctricos en Santa Fe
El auge de los monopatines eléctricos no muestra signos de detenerse. A medida que la infraestructura urbana se adapta para acoger esta nueva forma de movilidad, es probable que el uso continúe aumentando. Sin embargo, es importante abordar cuestiones como la seguridad vial, la regulación del tráfico y la convivencia con otros usuarios de las vías públicas para garantizar un ecosistema de movilidad armonioso.
Desde la Agencia Provincial de Seguridad Vial, indicaron que el aumento de estos vehículos sin una adecuada concientización y regulación puede resultar en un incremento de accidentes de tránsito. Resulta que muchas veces no todas las ciudades están preparadas de la misma manera para convivir en un mismo espacio entre distintos tipos de vehículos y tamaños.
«Representan un enorme desafío para los gobiernos locales, que deben buscar alternativas para encuadrarlos en la normativa garantizando la seguridad de sus usuarios” expresó Osvaldo Aymo, subsecretario de la Agencia.
En Rosario el uso del monopatín eléctrico está regulado por ordenanza desde el 2020. La norma indica que no pueden superar los 25 kilómetros por hora, y los conductores deben ser mayores de 18 años.
A finales del 2020 la ciudad de Santa Fe también avanzó en el ordenamiento del uso de los monopatines. Se los considera «movilidad personal», no pueden ser conducidos por menores de 16 años y tampoco superar los 25 kilómetros por hora.
Ventas, dólar y problemas con importaciones
Las consultas en los locales comerciales van en aumento, pese a que a partir de la suba del dólar, los precios de los monopatines no escapan a la inflación. «El costo arranca en 300 mil y puede llegar, dependiendo de las características al millón de pesos», explica Miguel Campos, vendedor a MDZ.
En el rubro monopatín la fabricación nacional no existe, son todos importados y por ende las variaciones de costos son muy importantes. «Además influyen las marcas, las calidad en las terminaciones, la potencia del motor, los tipos de cubiertas y baterías», detalló.

En el mismo sentido, Luciano Ardana de PulgaBike, agrega que es «muy difícil conseguir los repuestos», a partir de las dificultades que existen con el ingreso de las importaciones. «Eso hizo que, en relación al 2022, las ventas se retraigan un poco, sumado a que la financiación es más escasa y costosa».
Ambos vendedores comparten que las ventas se dividen en formas iguales entre hombres y mujeres, pero apuntan que el rango etario que más consultas y compras realizan son los jóvenes entre los 20 y 40 años.
Como sea, los monopatines eléctricos han logrado más que transformar la forma en que nos movemos; también han estimulado una conversación más amplia sobre el futuro de la movilidad y la importancia de adoptar prácticas sostenibles en nuestras ciudades. A medida que Santa Fe avanza hacia un futuro más consciente y conectado, los monopatines eléctricos están liderando el camino hacia una movilidad más ágil, asequible y respetuosa con el medio ambiente.