«Hace algunos años, el equipo de Calendar comenzó a agregar manualmente un conjunto más amplio de momentos culturales en una gran cantidad de países de todo el mundo. Recibimos comentarios de que faltaban otros eventos y países, y mantener cientos de momentos de forma manual y constante a nivel mundial no era escalable ni sostenible”, explicó el vocero al sitio web especializado en noticias LGBT.
“Por eso, a mediados de 2024, volvimos a mostrar solo los días festivos y las celebraciones nacionales de timeanddate.com a nivel mundial, al tiempo que permitimos a los usuarios agregar manualmente otros momentos importantes”, indicó.
Sin embargo, más allá de la explicación del vocero, la medida de Google no está aislada: la empresa -cuya casa matriz se encuentra radicada en la progresista California- ha decidido también abandonar sus objetivos de contratar personal perteneciente a grupos minoritarios, uniéndose así a otras grandes corporaciones como Amazon y Meta que han optado por poner fin a sus políticas DEI.
Auge y declive de las políticas DEI
Las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) ganaron prominencia en el mundo corporativo tras movimientos sociales radicales como #MeToo y, sobre todo, Black Lives Matter. Forzadas por una creciente presión social, mediática y política, hace unos cinco años empresas estadounidenses -y también de otros lugares del mundo- comenzaron a adoptar estas iniciativas bajo el argumento de promover entornos laborales más “inclusivos” y “diversos”.
Si bien en la superficie las grandes corporaciones parecieron adherir a esta agenda woke (la cual incluía, en muchos casos, el financiamiento de operaciones trans), por debajo se notaba un creciente malestar por la imposición del estado en las políticas internas de las empresas.
Estas políticas también suscitaron críticas al ser percibidas por algunos como una forma de «discriminación positiva» en detrimento de otros grupos, al tiempo que incrementaban los costos operativos de quienes se veían obligados a contar con un “departamento DEI” en su establecimiento.
El primer gran golpe a esta agenda llegó en 2023 de la mano de la Corte Suprema de Estados Unidos. Un fallo del máximo tribunal, que cuenta con una amplia mayoría conservadora, prohibió el uso de la raza como factor en las decisiones de admisión universitaria. El alcance de la sentencia -afirmaron varios juristas- incluía también a empresas. Era el comienzo del fin.
La victoria de Donald Trump en las elecciones de noviembre de 2024, sin dudas, aceleró la caída de la agenda DEI.
Desde entonces, los cambios parecen ir a una velocidad vertiginosa. A horas de haber asumido un nuevo mandato, el 21 de enero Trump firmó una orden ejecutiva que instruye a las agencias federales a eliminar referencias a principios DEI en subvenciones y contratos, e insta a las empresas a seguir el mismo camino.
“Mi administración ha tomado medidas para abolir todas las políticas discriminatorias absurdas en materia de diversidad, equidad e inclusión (estas eran políticas absolutamente absurdas) en todo el gobierno y el sector privado”, explicó el dirigente republicano ante el Foro de Davos días después.
En el mismo foro empresarial, el presidente argentino Javier Milei también brindó un duro discurso contra el «virus woke». «El gran yunque que aparece como denominador común en los países e instituciones que están fracasando es el virus mental de la ideología woke. Esta es la gran epidemia de nuestra época que debe ser curada, es el cáncer que hay que extirpar», apuntó el líder libertario.
En las últimas semanas, varias firmas, de las más grandes del mundo, y que eran reconocidas por la enorme inyección de dinero a esta agenda, comenzaron a anunciar “revisiones” o directamente la supresión de las políticas DEI.
Entre las grandes marcas que iniciaron este nuevo camino se encuentran Walmart, Ford, Lowe’s, Harley-Davidson y Jack Daniel’s. Más recientemente, McDonald’s también anunció que seguiría el ejemplo, citando un «cambio en el entorno legal y político» como la razón principal de su decisión.
Cambio de era
Las políticas DEI han sido objeto de diversas críticas. Muchos juristas afirman que muchas -por no decir la mayoría- de las iniciativas DEI en territorio estadounidense violan el Título VII de la Ley de Derechos Civiles al considerar características como raza y género en las decisiones de contratación.
De hecho, empresas como CBS, Morgan Stanley y Gannett aún enfrentan demandas que alegan discriminación contra hombres blancos. Un caso destacado es el del holding mediático, cuyo presupuesto dedicado a iniciativas DEI aumentó un 15% anual entre 2020 y 2022, pero enfrentó críticas por despedir a trabajadores blancos para cumplir con objetivos de diversidad.
Por eso, no son pocos los que argumentan que, en lugar de promover la inclusión, estas iniciativas pueden generar divisiones al enfatizar las diferencias entre los empleados. Un estudio de la Universidad de Rutgers encontró que formaciones DEI pueden aumentar la hostilidad racial al resaltar las diferencias grupales.
Además, se cuestiona la eficacia de estos programas en términos de resultados tangibles: al imponer cuotas -de género o raza-, las políticas DEI pueden llevar a contrataciones basadas en criterios distintos al mérito, lo que podría afectar la eficiencia y productividad de las organizaciones.
Por todo ello, es evidente que la decisión de Google de eliminar el «Mes del Orgullo» de su aplicación Calendar y de abandonar sus objetivos de contratación “diversa” es, claramente, un reflejo de un cambio más amplio, no solo en el mundo corporativo sino en términos generales.
Al compartir la noticia en sus redes sociales, el escritor y presidente de la Fundación Faro en Argentina, Agustín Laje, lo sintetizó de la siguiente manera: «Estamos derrotando al wokismo en todos los niveles». Es que, sin lugar a dudas, estamos ante un cambio de era y el ámbito empresarial no es ajeno a los nuevos vientos que corren.